El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha publicado este viernes su último informe sobre España, en el que insiste que se trata de una de las economías más afectadas por la crisis del coronavirus. Con la vista puesta en la recuperación, la organización advierte al Gobierno de que las medidas fiscales que tengan un impacto “desproporcionado” sobre los ciudadanos con rentas bajas deberán esperar a que la recuperación avance con paso firme.

El FMI hace referencia a un incremento del IVA, así como a impuestos medioambientales, entre los que se encuentra el conocido como impuesto al diésel. El Ejecutivo español incluyó en los Presupuestos Generales del Estado una subida al impuesto especial sobre el diésel, sin embargo, la portavoz del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se ha comprometido a negociar con los demás partidos este tributo que preocupa muy especialmente a la industria de la automoción.

Este impuesto se incluye dentro del marco de la fiscalidad verde por la que quiere apostar Moncloa. El cambio en el diésel, de 30,7 céntimos por litro a 34,5, recaudaría 500 millones de euros para las arcas públicas.

Por otra parte, el FMI considera que aquellas “medidas que transfieran ahorros de lo privado a lo público, como incrementos en la contribución tributaria de aquellos más pudientes y menos afectados, podrían considerarse ya en 2021”. De hecho, el proyecto presupuestario ya incluye una subida del IRPF para las rentas más altas. Según los cálculos del Gobierno, con esta medida se recaudarán 491 millones de euros.

El FMI opina que la relación entre la carga tributaria y el PIB de España es más baja que en otros países del entorno, por lo que considera que hay margen para impuestos medioambientales o incrementar la recaudación del IVA, así como para reducir las ineficiencias del sistema tributario. Pero para el IVA y los tributos verdes, la organización cree que hay que esperar.

Ayudas enfocadas a colectivos

La institución apuesta porque el apoyo financiero del Gobierno se mantenga, pero señala que “a medida que la pandemia retrocede, debe centrarse en grupos vulnerables y empresas viables”. El FMI no es el único que considera que las ayudas deberían evitar mantener a flote a empresas zombis. También se ha pronunciado en estos términos Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España. “No tiene sentido que mantengamos sectores o empresas zombis durante mucho tiempo”, afirmó ya en verano.

Sobre el uso de los fondos europeos, el FMI celebra que España haya centrado su estrategia en la digitalización, la lucha contra el cambio climático, y en definitiva hacia una economía más productiva. Con todo, insiste en la necesidad de “coordinación”, puesta en marcha y “vigilancia” de los planes que se desarrollen.

Además, el FMI vuelve a poner en valor los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). No obstante, recomienda que se lleve a cabo una re-formación de aquellos trabajadores que no puedan recuperar sus puestos. De esta forma, podrían desarrollar su carrera en otros sectores con más futuro. Ya en octubre, la institución proponía que los trabajadores del turismo se trasladasen al sector del comercio electrónico.

Previsiones macroeconómicas

El FMI mantiene la caída estimada del 12,8% del PIB aunque cree que en 2021, el crecimiento será del 7,2%. Esta es la previsión que la institución desveló en octubre, cuando mejoró las perspectivas de todas las economías desarrolladas excepto la española. “La recuperación depende del rebote en el consumo privado así como del incremento substancial del gasto público”, subraya.

Con un déficit previsto del 14,1% este año y del 7,5% el próximo y con una deuda que superará el 120% del PIB, el FMI señala que “la posición proyectada deja poco margen fiscal para afrontar futuros choques adversos, especialmente en un entorno de tipos de interés más altos”.