La idea de los equipos más poderosos de Europa de establecer una competición cerrada (Superliga) ha provocado que se se resquebrajen las entrañas de los organizadores de las grandes asociaciones futbolísticas como FIFA o UEFA.

Porque, además de que se produzca un hito sin precedentes en lo deportivo (las grandes potencias se negarían a jugar por primera vez en la historia una competición internacional), el roto económico que le puede suponer a las principales patronales futbolísticas es de grandes magnitudes. 

Por ejemplo, UEFA ingresó el año 2019 (temporada sin coronavirus) algo más de 2.800 millones de euros en concepto de televisión y publicidad. Un negocio redondo. Bien es cierto que el organismo europeo reparte a los clubes participantes casi un 50% de este montante. Por ejemplo, ese mismo año la autoridad deportiva repartió un total de 1.800 millones de euros. 

El reparto de las ganancias entre todos los clubes participantes se dividen, por un lado, en los ingresos obtenidos por el rendimiento deportivo y, por otra parte, por el market pool (valor de mercado televisivo). Este es un dinero fijo que se asigna a cada país y que se reparte entre los equipos participantes. De esta cantidad, el 50% se distribuye en función del número de partidos jugados por los equipos de un determinado país. El otro 50% depende de la clasificación del año anterior.

Lo mismo ocurre en España, los derechos televisivos son el objeto más codiciado en nuestro fútbol y, como siempre, los tres grandes suelen llevarse el mejor trozo de pastel. Aunque LaLiga reparte el 50% de los derechos audiovisuales a partes iguales, el otro difiere en función de algunas variables. Un 25% en función de los resultados deportivos. 

El otro porcentaje restante se computa por diferentes ratios como el número de socios, el capital de cada club, etc.

Con todo, el Fútbol Club Barcelona fue el club que más dinero se embolsó la temporada pasada con un total de 165 millones, seguido de Real Madrid (158 millones) y Atlético de Madrid, con un montante de 124 millones. Las cantidades fueron inferiores al de otros años, por la crisis del coronavirus. De hecho, la Superliga destinará 3.500 millones de euros, en parte para reparar el agujero que ha dejado la pandemia. 

Telefónica ofrece Liga y Champions

Los ingresos por televisión y publicidad son uno de los pilares esenciales para la generación de facturación en las competiciones europeas. Es aquí dónde LaLiga podría sufrir un revés si, finalmente, Real Madrid, Atlético y Barcelona no juegan la competición liguera.

Javier Tebas ha amenazado con no dejarles disputar el campeonato nacional si los tres clubes siguen adelante con la Superliga, un hecho que podría ocasionar un agujero de más de 3.000 millones de euros en ingresos en concepto de televisión.

Este septiembre se debería producir la nueva subasta para los derechos de LaLiga. Telefónica es dueña de la emisión de los partidos de la competición (al igual que en la Champions) hasta la finalización de la temporada 2021-2022. Es decir, dentro de dos temporadas la patronal del fútbol español tendría un nuevo contrato. La última cifra que pagó la teleco española por hacerse con la propiedad de los goles de los clubes españoles fue de 2.940 millones de euros. Esta cantidad era la que Javier Tebas esperaba arrancar de los operadores, a pesar de la pandemia.

De hecho, el presidente de LaLiga daba por hecho la entrada de otros actores en la puja como Amazon o plataformas digitales del estilo para elevar la competencia por hacerse con los derechos televisivos. 

Pero tal y como señalan fuentes del sector de las telecomunicaciones, el nuevo escenario cambia todo. “No es lo mismo que el Real Madrid, Barcelona y Atlético estén o no estén. Habrá que esperar para ver que sucede en las siguientes semanas y, en función de eso se valorará las posibilidades en el mercado”, explican a El Independiente. Por ahora, fuentes de la LaLiga aseguran que es “complicado saber si se producirá” dicha subasta en el mes de septiembre.

Algo parecido ocurre con la Champions, aunque la situación es muchísimo más delicada. A pesar de que la idea de los clubes participantes es la de no abandonar sus respectivas ligas, no ocurre lo mismo con el trofeo que acredita al mejor equipo de Europa. La empresa liderada por Álvarez-Pallete, compró los derechos del torneo el año pasado por 1.000 millones de euros, para que sus abonados puedan disfrutar de los choques de los clubes españoles hasta 2024.

Pero, Real Madrid, Barcelona y Atlético tienen decidido no volver a jugar la Champions. De cumplirse la promesa supondría, según apuntan fuentes del sector, la revisión de los contratos con UEFA, tal y como podría suceder con la competición doméstica.

Santander, doble patrocinador

La otra empresa que estudia el impacto del adiós de los tres clubes de LaLiga y Champions es Banco Santander. Desde el año 2016, la entidad presidida por Ana Botín da nombre a Primera y Segunda división. Según fuentes del mercado, el banco paga cerca de 20 millones de euros por temporada, por lo que la compañía ha desembolsado un total de 100 millones de euros.

Se da la circunstancia de que la semana pasada tanto Santander como LaLiga rubricaron la alianza hasta el año 2024. “Nos sentimos muy orgullosos de seguir poniendo nombre a la mejor Liga del mundo, LaLiga Santander. Porque el fútbol es Marca España, es ver los partidos con los amigos y con la familia. Además, representa valores con los que nos sentimos muy identificados todos los que trabajamos en Banco Santander, como el esfuerzo, el trabajo en equipo o el compromiso”, explicó la entidad en la presentación.

Pero, como suele ocurrir en estos casos, un giro radical de la competición podría lastrar el patrocinio. Si bien Banco Santander por ahora no valora cancelar el acuerdo, según fuentes cercanas a este tipo de firma de patrocinio recalcan que si Barcelona, Atlético de Madrid o Real Madrid abandonan la competición española las condiciones del acuerdo “serían completamente diferentes”. 

Banco Santander también es patrocinador de la Champions League, competición que también está herida de muerte puesto que sus principales clubes abandonarían el torneo más prestigioso del mundo a nivel de equipos. Desde el año 2017, la entidad apuesta firmemente por el formato de la UEFA. No obstante, la continuidad de la empresa española no está confirmada ya que no se ha renovado el compromiso para las próximas campañas.