En los años 2000, alrededor del 70% de los convenios colectivos de españoles se actualizaban anualmente con la inflación. En 2003, 2005 y 2006, el porcentaje fue algo superior, el resto, ligeramente inferior, pero la mayor parte de los trabajadores no perdían poder adquisitivo aunque subiesen los precios. Esos años, la inflación se situó, de media, entre el 3 y el 4%, todo según datos del Banco de España.

En España, la mayoría de los trabajadores están protegidos por un convenio colectivo que puede revisarse para adaptarse a la situación de los precios actuales, tal y como se ha hecho con los sueldos de los funcionarios o con las pensiones. El Estado actualiza regularmente los salarios de sus empleados para compensarlos por el encarecimiento de los bienes, y a partir de enero las pensiones subirán año a año tanto como lo hagan los precios.

Fuente: Banco de España

Sin embargo, ahora solo alrededor del 15% de los convenios cuentan con estas cláusulas que permiten que los sueldos sean revisados en relación con los precios, en un momento en que la inflación está marcando cifras récord mes a mes. En 2021, el índice de precios al consumo (IPC) marcó máximos no vistos desde hace 30 años, subiendo hasta un 6,5% en diciembre en tasa interanual.

Y los precios no parecen que vayan a relajar su escalada hasta la primavera o mediados de año. De media, tanto el Banco de España como la Comisión Europea y la OCDE estiman que la inflación de 2022 será mayor que la de 2021. Por tanto, los trabajadores verán recortados aún más sus salarios, al encarecerse la electricidad, los productos del supermercado y los carburantes frente a los precios de hace un año.

El responsable del gabinete económico de CCOO, Carlos Martín, explica que el progresivo desuso de estas cláusulas tuvo que ver con la entrada en un proceso deflacionista, que hizo que perdieran relevancia, y con la reforma laboral de 2012, que llevó a los negociadores a centrarse en otros aspectos más indispensables. "Y durante la crisis se firmó un AENC que no recomienda incluir la cláusula sino que fija unas subidas determinadas", señala.

La parte positiva, a nivel macroeconómico, de la escasa prevalencia de estas cláusulas de revisión salarial es que la subida del IPC no se está trasladando a un incremento de costes salariales, lo que podría llevar a que la inflación se enquistase (lo que los economistas llaman "efectos de segunda ronda").

En ese sentido, el gobernador del Banco de España, Pablo Fernández de Cos, se ha mostrado últimamente en contra de esta medida: "Resulta particularmente importante evitar el uso generalizado de cláusulas de indexación automáticas en las partidas de gasto que pudieran alimentar adicionalmente el actual proceso inflacionista", insistió en el Congreso en otoño.

De igual manera se expresó el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos. "Lo que habría que hacer es tener en cuenta en la negociación salarial que la inflación es temporal y evolucionar los salarios de acuerdo con una inflación más permanente”, aseguró en una entrevista. Pero queda claro quiénes salen perdiendo.

Cuando se renuevan los convenios colectivos también pueden pactarse subidas de sueldos en base a la inflación, o cerca de esta, aunque estos no cuenten con cláusulas de revisión salarial. No obstante, en 2021 los salarios pactados en convenios colectivos tan solo subieron, de media, un 1,47%, muy por debajo del 3,1% que subió la inflación de media en el mismo año.

Concretamente, solo el 15% de los trabajadores españoles vio actualizado su convenio laboral este 2021. Según los datos que publica mensualmente el Ministerio de Trabajo, son 3,1 millones de empleados los afectados por algún tipo de revisión de su convenio en lo que va de año, frente a los 19,7 millones de ocupados que había en el país en el mismo mes.

Por otro lado, la cláusula de revisión salarial no implica una compensación directa con lo que sube la inflación, como ahora sucede con las pensiones, porque en muchos casos no tienen efectos retroactivos -solo los tiene en el 42% de los casos-, o se centran en la subida de un único mes del año o toman la media anual, según resulte más conveniente.

En cualquier caso, ahora los sindicatos CCOO y UGT están exigiendo a los empresarios que se sienten a negociar el V Acuerdo Interconfederal para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), pendiente desde el pasado año. En ese marco, insisten en dar más peso a las cláusulas de revisión salarial que compensen la pérdida de poder adquisitivo. Al margen, piden subir los salarios más de un 3,5%, cifra en la que se estima la previsión de la inflación para este 2022.