Cuando la guerra entra en su segunda semana, las principales ciudades de Ucrania se hallaban en el radar de los ataques de Moscú. Járkov, la segunda ciudad del país, sufrió este miércoles una intensa campaña de bombardeos. “La aviación no ha parado de bombardear el centro durante todo el día. La situación no deja de empeorar”, relató a El Independiente Irina, una vecina del centro de Járkov que se guareció durante la jornada en los sótanos del edificio donde reside. “No nos queremos dejar llevar por el pánico pero hemos escuchado hasta cinco ataques”, agregó.

Las imágenes procedentes del centro de Járkov, con un edificio policial pasto de las llamas por el impacto de un misil, mostraron un perímetro transfigurado en ciudad fantasma. “Quieren destruirlo todo, borrar el centro de nuestra ciudad”, protestó Irina. Los bombardeos se cobraron al menos una veintena de vidas y dejaron más de un centenar de heridos.

Ataques similares contra infraestructuras esenciales, hospitales o colegios se produjeron en las principales urbes del centro y este del país en una recrudecimiento de la ofensiva militar rusa, tras una semana en la que la resistencia de la fuerzas armadas ucranianas privó a las tropas de Vladimir Putin de la victoria rápida que perseguían.

Avances en el sur, con la caída de Jersón

El sur concentró los progresos más destacados de las fuerzas rusas, que tras la llegada de paracaidistas, aseguraron haber tomado el control de Jersón, una ciudad portuaria a orillas del mar Negro. Durante horas las autoridades ucranianas aseguraron mantener la administración de la ciudad, entre severos tiroteos. Varias decenas de civiles habrían muerto en los últimos días, a los que se sumarían cuatro más este miércoles.

En los fotogramas difundidos desde la mañana a través de las redes sociales, uniformados rusos patrullaban las arterias de la ciudad de 300.000 habitantes. “Pertenecemos aún a Ucrania y seguimos firmes”, declaró el alcalde de la ciudad, Igor Kolykhaiev. A última hora, sin embargo, el regidor confirmó la caída de la urbe. "La ciudad se ha rendido. No queda rastro del ejército ucraniano", indicó.

Los funcionarios locales trataban de hallar la manera de “recoger los cuerpos de los muertos” y “restablecer la electricidad, el gas y las calefacción en aquellas zonas en las que habían resultado dañados”. “Para cumplir con todas estas tareas necesitaríamos un milagro”, dijo Kolykhaiev. La caída de Jersón del lado ruso es un importante trofeo para Putin, necesitado de un triunfo simbólico que confirme el avance de su campaña militar en Ucrania y reconforte la moral de sus uniformados.

El asedio también golpeó a la sureña ciudad de Mariupol, un enclave estratégico en el mar de Azov sometido a una incesante bombardeo durante horas. El número de bajas civiles seguía siendo una incógnita. “Las fuerzas enemigas han hecho todo lo que está a su alcance para bloquear la salida de los civiles de una ciudad de medio millón de habitantes”, precisó su alcalde Vadym Boichenko. “Ni siquiera podemos recoger a los heridos de las calles ni los edificios porque el bombardeo no cesa. Son ya más de doce horas de ataques continuos”, añadió.

Acceso a la estación Central de Kiev (Ucrania).
Acceso a la estación Central de Kiev (Ucrania). EFE

En los otros dos frentes que abrió la ofensiva, el este y el norte, el ejército ruso cosechó ayer escasos resultados a pesar incluso del hostigamiento por aire con el que sojuzgó a Kiev, la oriental Chernihiv o Járkov, entre temores de que la sucesión de ataques indiscriminados eleven dramáticamente el número de víctimas civiles.

Fuentes militares británicas atribuyeron esta ausencia de avances en estos flancos a "la combinación de problemas logísticos y la fuerte residencia ucraniana". A última hora de este miércoles varios misiles impactaron en las inmediaciones de la estación central de tren de Kiev, uno de los lugares más transitados en los últimos días por quienes tratan de huir de la urbe.

La toma de Jersón es fundamental para las tropas rusas, que siguen avanzando por la costa del mar Negro hasta llegar a su siguiente objetivo: Odesa. Las Fuerzas Armadas de Ucrania informaron la mañana de este jueves de que al menos cuatro grandes barcos rusos de desembarco acompañados por tres barcos de misiles se dirigen hacia la principal ciudad costera del país.

El convoy hacia Kiev, "estancado"

Según los servicios de emergencia ucranianos, alrededor de 2.000 civiles han perdido la vida desde el inicio de la invasión. Solo este miércoles la cifra de bajas civiles superaría las 350. Cientos de infraestructuras, entre ellas hospitales, escuelas o estaciones, ha sido destruidas. En el lado militar, el ministerio de Defensa ruso reconoció por primera vez este miércoles haber sufrido bajas pero las cifró en 498 bajas y 1.597 heridos, lejos de las supuestas 6.000 víctimas militares rusas que contabiliza Kiev.

Fuentes del Pentágono aseguraron este miércoles que el convoy militar ruso de 64 kilómetros de longitud que se dirigía hacia Kiev se hallaba “estancado” entre supuestos problemas de abastecimiento. “No se están moviendo de una manera que lleve a creer que han solucionado los problemas”, deslizó un alto cargo militar estadounidense. La columna de blindados afrontaría dificultades logísticas, entre ellas, interrupciones de combustible y víveres y la baja moral de las tropas rusas.

La columna de blindados afrontaría dificultades logísticas, entre ellas, interrupciones de combustible y víveres

Fuentes castrenses estadounidenses indicaron a la televisión CBS que la conquista de Kiev por Moscú podría demorarse entre cuatro y seis semanas ante la resistencia ucraniana. Según Washington, la ofensiva rusa ha desplegado 190.000 soldados -el 80 por ciento de su fuerza de combate- frente a unos 209.000 uniformados locales.

Puente bombardeado en Irpin, a 2 de marzo de 2022, en Irpin (Ucrania). El frente ucraniano ha decidido bombardear dicho puente al tratarse de la vía directa que tiene el kilométrico convoy ruso, que viene desde Bielorrusia, para asaltar la capital. EP

El conflicto que durante la última semana ha tomado Ucrania también ha llegado a las instalaciones nucleares del país. “Es una situación sin precedentes”, alertó este miércoles Rafael Mariano Grossi, director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica. La organización confirmó que, tras hacerse con las instalaciones de Chernóbil, Rusia controla también los alrededores de la planta nuclear de Zaporizhzhya, la mayor del país en la que se encuentran seis de los quince reactores que se hallan operativos en Ucrania.

Segunda ronda de negociaciones

En mitad del plomo que caía sin cesar sobre las ciudades claves del país, sendas delegaciones de Rusia y Ucrania se disponen este jueves a celebrar una segunda ronda de las negociaciones en la frontera bielorrusa, tras el fracaso de las conversaciones mantenidas el lunes . Un negociador ruso admitió que un alto el fuego se hallaba en el orden del día.

Kiev mantiene, en cambio, que “las demandas de Moscú son inaceptables y que Rusia debe cesar de inmediato el bombardeo de las ciudades antes de que se logre cualquier progreso”. “No saben nada sobre Kiev ni sobre nuestra historia pero tienen órdenes de borrar nuestra historia y nuestro país y de borrarnos a todos”, lamentó el presidente Volodymyr Zelenskiy en un vídeo en el que volvió a suplicar que Occidente hiciera más por su país.