El plan impulsado por el PSOE dentro del Gobierno de coalición para añadir 10.471 millones de euros extra y alcanzar en los próximos ocho meses la inversión del 2% del PIB en gasto militar, complica más el restablecimiento de relaciones entre Podemos y el Movimiento Sumar —no confundir con los partidos que integran la coalición—. Los magentas pidieron a Podemos una reunión oficial tras el relevo de su dirección y la designación de Lara Hernández y Carlos Martín como nuevos coordinadores, para oficializar la sustitución de Yolanda Díaz en las labores orgánicas. Hasta hoy no ha habido intención alguna por parte de los morados de atender esa demanda. Y tras el rechazo frontal de Podemos al plan del Ejecutivo, sin hacer distinción entre PSOE y Sumar, se complica más un deshielo entre partidos.

Sin que se haya producido esa contestación aún, las palabras lanzadas por Ione Belarra este martes desde la sala de prensa del Congreso de los Diputados no solo no ayudan a acercar posiciones, sino que se sigue abonando una posición díscola de Podemos con Movimiento Sumar, a quien se quiere marginar respecto a otras fuerzas como IU o Catalunya en Comú. Fuerzas que, como Díaz o Pablo Bustinduy, de designación directa de los magentas, también siguen en el Gobierno con representación ministerial con Sira Rego o Ernest Urtasun.

Conocido el plan de gasto para el Ministerio de Defensa por parte del Gobierno, en una comparecencia del propio presidente Pedro Sánchez en Moncloa, Belarra, diputada y secretaria general de Podemos, compareció para oponerse frontalmente a lo que designó como el "Gobierno de la guerra", sin separar a los de Díaz de los socialistas, que tienen en su mano la cartera militar con Margarita Robles al frente. "Podemos va a estar enfrente, nuestra postura es clara", insistió. Además, aunque sin mencionar a los magentas, aseguró que de estar en su lugar, "no formaría parte de un Gobierno que hace el mayor incremento militar de la historia del país". Hay que recordar que en la legislatura anterior Podemos ya estaba en Moncloa y pese al incremento del 25% de inversión en Defensa y un consecuente enfado, continuó dentro.

Como contrapeso a ese "Gobierno de la guerra", Belarra instó a la colaboración conjunta de todas las "fuerzas de la paz", sin matizar cuáles son pese haber una referencia clara, como mínimo, a IU. También clamó por que la sociedad civil impulse movilizaciones contrarias a este tipo de decisiones, asemejando el momento a 2003 y el rechazo de una gran parte de la sociedad a la participación de España en la Guerra de Irak. Otro dardo directo a la coalición fue la referencia explícita al "rumbo del Gobierno".

IU quiere allanar el camino para la reconciliación entre Podemos y Sumar, y promover la unidad de todas las fuerzas progresistas desde este sábado

Para Belarra estas decisiones "consolidan un rumbo absolutamente contrario a lo que la gente progresista quería para nuestro país en 2023, cuando apostó por este Gobierno". Lo que choca con la defensa acérrima de Sumar de las últimas semanas frente a los morados, promocionándose como única fuerza capaz de "empujar el Gobierno hacia la izquierda".

Lo cierto es que más allá de la estrategia partidista, tanto morados como magentas coinciden en su postura sobre este asunto. Pero Podemos cree que Sumar renuncia a condicionar al PSOE a cambio de mantener sus competencias. Los de Díaz aseguran que no pueden hacer nada más que dejar clara su postura, tanto de forma interna como externa, ante su electorado. Pero consideran que los votantes "lo entienden", asumen esa incapacidad frente a los socialistas y ven mejor continuar en el Ejecutivo a cambio de políticas progresistas en otros ámbitos y no dejar "margen" a la extrema derecha en un adelanto de elecciones. Para Podemos, en cambio, la capacidad de apostar por medidas progresistas es estéril una vez se asume este rearme.

Lo llevan recalcando desde finales de febrero. Más desde la postulación de Irene Montero como candidata a unas futuras generales y, especialmente, de cara e in situ durante la celebración de la V Asamblea Ciudadana Estatal. Esta vez de nuevo Belarra, que ve peligrar la inversión en materia, por ejemplo de educación. Igualmente reprocha que ese dinero enfocado al rearme no vaya a utilizarse en solucionar el problema de la vivienda. Sánchez, pese a todo, en su declaración aseguró que no habrá ningún tipo de recorte. Una clara referencia ante el nerviosismo de Sumar. Es más, determinó que no se tocará "ni un céntimo de euro" el gasto social ni se subirán los impuestos. Aunque Podemos ahora bascula y afea que ese dinero no se destine a mayor gasto social.

Para este 2025 se utilizarán la reorientación de algunas partidas de los fondos Next Generation del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, los ahorros generados por la política económica del Ejecutivo y el margen de algunas partidas contempladas en los Presupuestos de 2023 —actualmente prorrogados— o que ya no se necesitan. Por ejemplo, se destinarán 1.300 millones de euros de los fondos europeos a ciberseguridad. El resto del ahorro podrá dirigirse a mejoras salariales de los Cuerpos y las Fuerzas de Seguridad del Estado, pero también a la creación de unos 100.000 empleos —36.000 directos y 60.000 indirectos— de nivel cualificado. En definitiva, a la reindustrialización y el potenciamiento de sectores estratégicos. Según cálculos del Gobierno, el plan podría incrementar el PIB entre cuatro y siete décimas y engordar la inversión en I+D+I hasta en un 18%.

Sumar se muestra más receptivo que Podemos a este plan, pero rechaza la inversión del 20% en compra de armas. Lo manifestó en el último Consejo de Ministros

Sumar, por su parte, se muestra crítica aunque más receptiva que los morados. Si bien rechazan frontalmente que el 20% de lo previsto vaya a ir a compra de armas directamente, algunas fuentes magentas se muestran receptivas a que este incremento también suponga una oportunidad. Por las mejoras en comunicaciones, en esos salarios, en la prevención de emergencias. Otras, más ligadas al Gobierno, creen que con todo, el plan no responde a esa visión de forma clara, y "compromete un gasto muy elevado sin un análisis previo de amenazas ni una adecuada coordinación europea". Por eso, piden su retirada del Consejo de Ministros.

Al rechazo de la adquisición de armas se une la preocupación de que se acabe recurriendo a potencias como Israel para la compra de material, contradiciendo la política exterior del Gobierno, crítica con el genocidio en Palestina. No hay, por el momento, predisposición a salir del Ejecutivo.

Más leña en plenas hostilidades

Esta diferenciación entre la percepción de Sumar y de Podemos es clave, y aleja algo más a ambas formaciones. La relación no viene siendo la mejor entre ambas fuerzas desde la ruptura de diciembre de 2023. Díaz, desde finales de enero, y el propio partido, después, vienen haciendo guiños a los morados que no son correspondidos, para la unidad. Los de Belarra los ignoran e incluso se han adelantado a promocionar a Montero, algo que no ha gustado si se pretende conseguir un objetivo de unidad.

Podemos, además de esa cita reclamada, ha desdeñado el consenso en la asamblea de Sumar para buscar la unidad con todas las fuerzas del espacio de izquierdas a la izquierda del PSOE. Podemos incluso reclama a Sánchez que adhiera todos los elementos socialdemócratas fugados para 'limpiar' el terreno de competencia partidista, en referencia a Movimiento Sumar y Más Madrid. Se limitan a buscar la aproximación de nuevo a IU y los comunes.

En medio de este cruce de hostilidades, IU quiere hacer de puente, rebajar las tensiones y abogar por el consenso y el entendimiento. Ya Antonio Maíllo promovió un proceso de escucha autónomo a mediados del año pasado, cuando asumió el liderazgo de la formación. Rechazan decantarse por Podemos o Sumar, dado que si se quiere prolongar el actual Ejecutivo, saben que es crucial la unidad total de fuerzas, todo bajo, eso sí, condiciones igualitarias para todos los socios y primarias que definan contenidos y liderazgos, sin vetos con en el 23-J.

IU dará ese paso este sábado, de hecho. La Coordinadora Federal trabaja en estos momentos sobre un documento que aprobará el fin de semana en el que se apuesta expresamente por la coalición de todas las fuerzas progresistas, bajo esos parámetros igualitarios; de "horizontalidad" y en el que se deje atrás el momento de los "hiperliderazgos". Este último fue uno de los pecados de los magentas, para los izquierdistas, durante el proceso de planteamiento del proyecto en torno a Díaz. IU aspira a presentar a Maíllo como candidato a liderar esa unidad en el futuro.

Pese a su convicción intrínseca con la paz desde su construcción —solo hay que echar un vistazo por su web, con mensajes orientados a ello—, IU no piensa primar la unidad con Podemos. El compromiso es de alineación total con todos los partidos. A diferencia de los morados, no se determina a Movimiento Sumar como partido ajeno a ese compromiso de paz.