Los dentistas recomiendan sustituir el cepillo de dientes manual o bien los cabezales del eléctrico cada tres meses para que la eliminación de la placa bacteriana sea eficaz y evitar lesionar el esmalte dental y la encía. Lo idóneo es que estos sean de cabezal pequeño o mediano, y de dureza media o suave en función de cada paciente. Esto más o menos lo tiene claro todo el mundo. Pero lo que muchos no saben es que también es aconsejable cambiar el cepillo de dientes tras estar enfermo, especialmente tras una infección de garganta o bucal.

"Para mantener una correcta higiene bucal lo idóneo es cambiar el cepillo de dientes cada tres meses. El cambio de estación siempre es un buen momento para recordarlo. Pero también hay que hacerlo cuando estamos enfermos, si no queremos volver a contagiarnos", asevera en este sentido la doctora Lucía Barallat Sendagorta, odontóloga especialista en periodoncia e implantología del Centro Médico Ruber Internacional Paseo de la Habana de Madrid.

Lucía Barallat, odontóloga especialista en periodoncia e implantología del Centro Médico Ruber Internacional Paseo de la Habana de Madrid.

Según Barallat, los cepillos de dientes, precisamente, son uno de los lugares predilectos de los gérmenes, por lo que cambiarlos a tiempo es clave para evitar nuevas infecciones.

En qué casos debe sustituirse

"Ante cualquier afección, pero sobre todo si tienes fiebre, o un resfriado, debes cambiar tu cepillo de dientes. ¿Por qué? A los virus les gustan las cerdas de los cepillos de dientes y es por ello por lo que muchas veces se alojan ahí, y con mayor presencia en caso de resfriados, gripes, o faringitis", remarca el especialista.

A su vez, avisa de que, si se tiene un herpes labial, o bien cualquier otra infección bucal, como una infección en las encías, lo idóneo también es sustituir el cepillo de dientes por otro, con el objetivo de evitar la propagación de los virus o de las bacterias que nos hayan provocado esa infección.

Los gérmenes sobreviven 72 horas en el cepillo

La doctora Almudena Martínez Bravo, especialista en odontología estética también del Centro Médico Ruber Internacional Paseo de la Habana, sostiene que los gérmenes pueden sobrevivir hasta 72 horas en las cerdas de los cepillos de dientes, por lo que lo idóneo es cambiar el cepillo de dientes tras superar una infección si no queremos contagiarnos de nuevo.

Almudena Martínez Bravo, especialista en odontología estética del Centro Médico Ruber Internacional Paseo de la Habana.

Este elemento básico de higiene personal está en contacto con nuestros fluidos bucales varias veces al día, por lo que los gérmenes y bacterias que albergamos cuando estamos enfermos se quedan entre las cerdas, ralentizando nuestra recuperación completa de la enfermedad.

Después de cepillarnos, es fundamental que los cepillos de dientes se aclaren bien, se sequen y se guarden en lugares ventilados. Hay que evitar las famosas carcasas con las que nos los venden porque impiden su correcto secado después de nuestro uso y es por ello por lo que puede favorecerse la proliferación de más gérmenes.

Más consejos de higiene bucal

En este sentido, ambas especialistas de Quirónsalud recuerdan que, entre las principales recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para una correcta higiene bucal se encontraría, aparte del cambio del cepillo de dientes cada trimestre, el cepillado al menos dos veces diarias, si es tres mejor.

"Se deben emplear igualmente los cepillos interdentales o la seda dental a diario, imprescindible para eliminar la placa interdental que no sale con el cepillado", señala la doctora Barallat. En cuanto al tipo de dentífrico o la necesidad de utilizar un colutorio, será el odontólogo el que recomiende el más adecuado en cada caso en función de la situación particular de cada paciente. 

El raspador lingual, según subraya la doctora, también puede utilizarse en el último cepillado de la noche, antes de acostarse, ya que sirve para eliminar la placa bacteriana de la superficie de la lengua, que nunca tampoco debemos olvidar al cepillarnos los dientes. La lengua es otro importante reservorio de bacterias que pueden producir halitosis.

Otro de sus consejos para una correcta higiene bucal se basa en limitar los alimentos y las bebidas azucaradas, así como los alimentos o las bebidas más ácidas, porque pueden dañar el esmalte y, en consecuencia, nuestros dientes. Una visita anual al dentista es fundamental para comprobar, no sólo que tenemos una buena salud a nivel de los dientes y las encías, sino para revisar la aparición de lesiones en la mucosa oral, insiste la doctora Martínez Bravo.