Las dos votaciones realizadas durante la mañana de este jueves tampoco han logrado armar una mayoría de dos tercios que allane el camino hacia un nuevo Pontífice. Así lo ha anunciado la fumata negra desde la chimenea de la Capilla Sixtina con su humo asciendo por ella alrededor de las 11:50 horas de este jueves. Unas 15.000 personas asistían en el instante de la fumata.

Los 133 cardenales electores prosiguen la tarde de este jueves, a partir de las 16:30 horas, la búsqueda del sucesor de Francisco con dos nuevos escrutinios. La media en los dos cónclaves previos, los que eligieron a Benedicto XVI y Francisco, ha sido dos días y entre cuatro -la del alemán- y cinco votaciones -la del argentino-.

El de esta semana es el cónclave número 76 de la historia de la Iglesia católica, el vigésimo sexto que se celebra bajo el fresco del Juicio Final de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina.

Las alianzas comenzaron a forjarse anoche, cuando los cardenales -miembros del colegio más diverso y numeroso de la historia- regresaron a Santa Marta para cenar. A partir de este jueves, se procede a un ritmo de cuatro votaciones al día. Las fumatas están previstas a partir del mediodía y las 19.00 horas, pero si se logra el quórum en una votación intermedia, podría haber una fumata blanca hacia las 10.00 o las 17.00 horas.

Desde 2005, para la fumata negra se emplea una mezcla de perclorato potásico, antraceno y azufre, mientras que la blanca se produce mediante una combinación de clorato potásico, lactosa y colofonia.

La fumata negra se produce cada vez que se han celebrado dos votaciones consecutivas en las que ningún cardenal ha obtenido un número de votos igual al menos a dos tercios del número de cardenales electores. El blanco, por el contrario, se produce cuando un cardenal ha obtenido esa mayoría, ha aceptado ser elegido pontífice cuando se le ha preguntado y ha elegido su nombre pontificio. Es en ese momento cuando, desde la chimenea visible desde la plaza de San Pedro, el mundo conoce la noticia de la elección.