La reina Letizia ha reaparecido este jueves en la Residencia de Estudiantes de Madrid con uno de esos looks que activan la maquinaria del comentario ligero, la crónica de estilo y, de paso, alguna que otra reflexión más profunda sobre el papel de la monarquía contemporánea. Fue en la reunión anual del Patronato de este histórico centro cultural –fundado en 1910 e inseparable de nombres como Lorca, Buñuel y Ortega y Gasset– donde Letizia ejerció como presidenta de honor con un uniforme perfectamente calculado: traje de lino verde bosque de Mango, corte oversize, top negro básico y zapatos Mary Jane de la firma francesa Sézane.
Una working queen en modo working girl, perfectamente al día en lo que a tendencias se refiere y, al mismo tiempo, fiel a una estética sobria, funcional y marcadamente europea. La americana cruzada con bolsillos de solapa (79,90 €) y el pantalón fluido a juego (49,90 €) todavía pueden encontrarse en la web de la marca española, detalle que no es menor: Letizia sigue apostando por el equilibrio entre diseño nacional, asequibilidad simbólica y gestualidad pública. Es moda, sí, pero también mensaje.
La cita de este jueves enlaza con su agenda institucional de la semana, que incluyó una visita con el Rey Felipe VI a Brañosera (Palencia), considerado el municipio más antiguo de España, y que culminará este viernes con un viaje conjunto a La Palma para reunirse con los afectados por la erupción del volcán Cumbre Vieja.
Mientras tanto, la Princesa Leonor inicia su propio camino de representación en Nueva York, adonde ha llegado a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano. La Reina, por su parte, mantiene el timón con firmeza –y blazer– en casa.
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