Milagro es pequeño, apenas 3.500 habitantes. En el corazón de la Ribera de Navarra, a escasos 80 kilómetros de Pamplona, la derecha foral suele imponerse en las urnas. Lo hace con cierta holgura, pero sin perder de vista a una corriente socialista sólida y asentada. En los pueblos pocas cosas pasan desapercibidas y la cota que había alcanzado la carrera política de uno de sus vecinos era más que comentada. Santos, el de los Cerdán, seguía los pasos de su padre y abuelos, todos conocidos militantes socialistas. Su caso fue tardío. Hasta los 30 años no dio el paso para ocupar un escaño como concejal del PSN en el ayuntamiento. Al comienzo, la suya no fue una carrera fulgurante pero el tiempo le permitió conocer cuáles eran los resortes a tocar para que lo fuera.
Tres legislaturas en el consistorio dan para mucho, no sólo para labrarse una carrera política, también para conocer gente de todo tipo. Y algunas amistades no pasaron desapercibidas. La más llamativa fue la que entabló con aquel hombre corpulento, portero de local de alterne de noche y ‘aizkolari’ aficionado durante algunos fines de semana. Fue una amistad de necesidad recíproca, más como ‘chico de los recados’, como trabajador de trastienda presentado formalmente como ‘asistente’. Hubo otras amistades singulares que se cruzaron con aquel concejal del PSN en Milagro. Más discretas, menos visibles, pero que a la larga resultarían económicamente más rentables... y quiza tan peligrosas.
Quienes conocen la historia aseguran que Joseba Antxon Alonso Egurrola y Santos Cerdán no se conocían de nada hasta que un día apareció en el pueblo. Uno navarro y el otro guipuzcoano, de Elgoibar. Ocurrió hace casi dos décadas, en 2006. Sobre el brazo Antxon traía un proyecto para el municipio, un área dedicada al ocio. No fraguó, pero sí abrió la puerta a la amistad y a la colaboración entre ambos. Se cayeron bien.
Antxon ya había comenzado a dar pasos como empresario y Cerdán empezaba a ganar peso en el PSN. El navarro y el guipuzcoano empezaron a colaborar. Koldo García fue el tercer eje de aquel círculo de amistad. Alonso Egurrola aún seguía más asentado en Guipúzcoa. En San Sebastián se sitúa una de las primeras alianzas de la nueva ‘cuadrilla’ de negocios. Lo hizo en forma de una sociedad cooperativa, Noran, dedicada a la gestión y administración de propiedades inmobiliarias. Corría el año 2015 y Santos Cerdán acumulaba méritos en el PSN para dar el salto de Milagros a la capital, al Parlamento de Navarra como parlamentario. Para entonces había completado doce años como edil en su pueblo natal. Mientras, en el corazón del socialismo navarro, María Chivite acababa de ser elegida secretaria general de los socialistas en la comunidad foral.
Antxon, el 'giputxi'
En San Sebastián y Pamplona ese mismo año la amistad entre Antxon, Koldo y Cerdán empezaba a tomar forma de colaboración empresarial. El ‘giputxi’, como se refería Cerdán a Alonso, figura junto a Koldo como fundador de la cooperativa Noran de la que Alonso es apoderado. La sociedad, dedicada a servicios inmobiliarios, consta como constituida en junio de 2015.
Aún no lo sabían, pero les quedaba una década para que otro mes de junio todo saltara por los aires. Lo haría por lo que entonces no imaginaban: traiciones cruzadas entre ellos, grabaciones, cobros pendientes, acusaciones judiciales… La primera alianza fallida años atrás en Milagro sería sólo una anécdota. Instalados y consolidados en la política de la capital navarra, las posibilidades -y tentaciones- se disparaban. En Pamplona la influencia y peso de Cerdán en el PSN eran una oportunidad para aspirar a más. En julio de 2015 las opciones se multiplicaron. Al Gobierno de Navarra llegó el cambio. Uxue Barkos (Geroa Bai, coalición del PNV) juraba el cargo y relevaba a Yolanda Barcina (UPN) al frente del Ejecutivo.
Sólo un mes antes Antxón lo había dejado todo preparado para iniciar una nueva etapa en Pamplona. A escasos metros del Parlamento y de la sede del Gobierno de Navarra, junto a la Plaza del Castillo, en la calle San Nicolás número 2, se instalaba su nueva empresa Servinabar 2000 S.L. Antxon figuraría como único socio de esta sociedad constituida en septiembre de ese año. Se dedicaría a proyectos de construcción y edificación. Para entonces, la sintonía con otra gran empresa ya había comenzado a dar frutos: Acciona. Con ella se presentaría a numerosas convocatorias públicas. Sólo con el Gobierno de Barkos, ambos lograron -concurriendo en UTE- al menos cuatro adjudicaciones: construir las oficinas del Navarra Arena (2017) -3,78 millones-, la construcción de un colegio público en Arbizu -2,6 millones-, la reforma del Archivo de Navarra (2018) -2,4 millones- y la construcción de 62 VPO en Erripagaña.
Mientras tanto, Antxon no descuidaba engrasar la relación con Koldo. Su peso y relevancia en aquella relación a tres iba ganando importancia. El logo de su empresa figuraba como una de las marcas que le patrocinaba en sus actos como ‘aizkolari’ –cortador de troncos-. Incluso se prestó a participar en un acto del PSN con motivo del ‘Día de la Rosa’ de 2015. Incluso Pedro Sánchez se dejó fotografiar junto a él. En su pantalón de chándal, el logo de Servinabar que entonces pasó desapercibido, hoy es más que revelador.
La llegada de Barkos y Chivite
Pero el empresario de Elgoibar quería más. Su ambición le llevaba a soñar con grandes proyectos de cientos de millones. En su radar situó un proyecto de explotación minera planteado en Navarra: Mina Murga. El proyecto impulsado por una multinacional australiana –Geoalcali- pretende la explotación de potasa en Muga, a 50 kilómetros de Pamplona, en un área entre Sangüesa y Javier. Un proyecto presupuestado en 850 millones de euros. En 2017 Antxon había creado otra sociedad, Grupo Mining Team SL, con la que aspiraba a ampliar el ámbito de su actividad empresarial con la comercialización minera que se proyecta en la zona.
La gran oportunidad de seguir avanzando llegó en 2019. El PSN logró los apoyos para hacer presidenta de Navarra a una amiga de Santos Cerdán: María Chivite. La hoy presidenta y secretaria general de los socialistas navarros no podía el jueves contener las lágrimas al conocer la investigación de la UCO. Hace tiempo que ambos se conocen y que sobre ellos sobrevuelan sospechas de posibles irregularidades en la concesión de contratos públicos a empresas de la alianza Santos-Koldo-Antxon. Con Chivite, el empresario nacido en el pueblo de Arnaldo Otegi volvió a ver cómo su pequeña empresa. Servinabar, lograba adjudicaciones. Más VPO para construir pero sobre todo, el gran proyecto del desdoblamiento de los túneles de Belate: 76 millones de euros de licitación.
El objetivo de hacerse con este contrato tenía una baza a su favor: la buena relación de Cerdán con la presidenta. Al menos, eso se puede intuir de las cuatro reuniones denunciadas por UPN que Antxon mantuvo a solas con Chivite -24 de julio y 20 de octubre de 2020 y 21 de abril y 17 de septiembre de 2021-, las tres con el vicepresidente del Ejecutivo, Félix Taberna, y otras tres con José María Aierdi cuando era consejero de Vivienda y Ordenación del Territorio.
Por ahora Chivite no ha aclarado por qué un empresario de una sociedad pequeña pudo tener hasta una decena de reuniones al más alto nivel con cargos de su Gobierno. Tampoco las irregularidades en el proceso de adjudicación que la oposición ha denunciado en el Parlamento y en los juzgados. Una adjudicación que se oficializó en enero del año pasado a la UTE que, una vez más, Servinabar formaba con Acciona y en este caso también con Excavaciones Fermín Osés.
El salto a Madrid, al poder
La lista de empresas de Alonso Egurrola es amplia, más de una docena. Algunas sin apenas actividad o que apuntan más a constituciones para concurrir a convocatorias. Ejemplo de ello es la sociedad que lleva el nombre del pueblo de Cerdán, Antal-Milagro S.L., constituida en 2006 y de la que no consta actividad desde 2012.
Pero para el año 2022, la vida de Cerdán, Koldo y, de algún modo, de Antxon, transcurrían de la mano, en paralelo. El político del PSN hacía tiempo que se había ganado la confianza de Sánchez. En él confió, -y éste en Koldo-, Pedro Sánchez buena parte del proceso de regreso a la secretaria del PSOE. El nuevo ministro de Fomento, José Luis Abalos se llevó a Cerdán a Madrid y éste le presentó a Koldo. Hubo conexión. Ahora, el 'correveidile' de Santos, el portero de club nacido en 1970 en Barakaldo, entraba de lleno en el círculo de poder del Estado y en corazón del PSOE: sería el ‘chico para todo’ del ministro y secretario general del partido, su asistente: chófer, recados, ‘correveidiles’…
También fue el momento de Antxon para dar otro paso y ascender un peldaño más, y no uno cualquiera. Ampliar sus negocios a Madrid, al calor de la actividad de los ministerios en los que Cerdán se movería con soltura y Ábalos –secretario general del PSOE- dominaría los resortes del Gobierno Sánchez y el partido, era una oportunidad irrenunciable. En 2022 Alonso Egurrola constituye dos nuevas sociedades en la capital de España: Marbella Real State 190, dedicada a la construcción inmobiliaria y Next Generation Caliope Innova, dedicada a la comercialización de energía eléctrica y térmica.
Pero lo que aún desconocían todos ellos era que sus movimientos ya habían levantado demasiadas sospechas. También la relación en aquella 'cuadrilla' se había empezado a resentir. Las escuchas que estos días inundan las portadas de todos los periódicos del país muestran cómo la desconfianza llevó a ellos y a algunos empresarios, a comenzar a grabar sus conversaciones, a recabar pruebas por si todo se torcía.
Verano de 2021, primer aviso
En el verano de 2021 llegó el primer aviso. La destitución del hasta entonces todo poderoso Ábalos -sin explicaciones públicas que la justificaran- fue la primera advertencia. No tardó en mitigarse. Santos, el de los Cerdán, el concejal de Milagro que un día conoció a Koldo y Antxon, le sustituiría. Ocupar la Secretaria de Organización del PSOE le dotaba de más poder, de más control e influencia en todo el entramado del Gobierno. La impunidad parecía asentarse… hasta que en febrero de 2024 Koldo fue detenido, nueve meses después el empresario Víctor de Aldama salía de prisión y empezaba a a tirar de la manta. A partir de ahí, las filtraciones comenzaron a destaparlo todo.
Esta semana el anonimato de Antxon también se hizo añicos. Su nombre se vinculó para siempre con la trama de mordidas y adjudicaciones irregulares que investiga la UCO por orden de la Justicia. El martes fue testigo de cómo los agentes de la Guardia Civil irrumpían en las oficinas de Servinabar, el inicio de todo. El jueves, los audios entre Cerdán, Abalos y Koldo terminaban por desmoronar la infraestructura larvada durante tantos años. La dimisión forzosa del hasta entonces Secretario de Organización del PSOE abría una brecha en el partido del gobierno y estrechaba el cerco de la justicia para la ‘cuadrilla’ navarra que nació en Milagro y murió ahogada en un rosario de audios grabados a traición. Y quien sabe, si el 'sálvese quien pueda' revela nuevos episodios insólitos.
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