El presidente del Gobierno compareció el miércoles en el Congreso en sesión extraordinaria para abordar los casos de corrupción que afectan a personas que han sido de su máxima confianza, como Santos Cerdán y José Luis Ábalos. En realidad, su discurso fue un argumentario para tapar los casos de corrupción. Pedro Sánchez dijo que en algún momento se planteó dimitir, lo que hubiera sido, afirmó, la "salida más fácil", pero, finalmente, decidió "no tirar la toalla" porque su proyecto va más allá de su persona. Él siempre dispuesto a sacrificarse por todos nosotros.

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Ese proyecto, que comparte con sus socios de izquierdas, tiene que ver con un modelo económico para "mejorar la vida de la gente". Es curioso que Sánchez apenas hiciera referencia en su discurso a la "transición verde", hoy de capa caída en Europa (con una Teresa Ribera cada vez más sola), pero sí alardeó de los fundamentos económicos que convierten a España en un "referente mundial". Como no podía presumir de valores, sacó a relucir los datos que, a su entender, justifican su continuidad y todo lo que ello significa.

El presidente aportó la siguiente información:

  • Tenemos el mayor número de afiliados a la Seguridad Social de la historia.
  • Somos una de las economías que más crece de Europa.
  • Hemos superado en PIB per cápita a Japón.
  • Hemos aumentado la renta disponible de los hogares en 11 puntos.
  • Exportamos más servicios no turísticos por valor de 7.000 millones mayor a los ingresos por turismo.

Lo de Japón suena muy bien. Ese mantra debe figurar con un subrayado en amarillo chillón en los breviarios que reparte Moncloa a los ministros, porque Oscar López lo repitió varias veces en la entrevista que le concedió a Carlos Alsina el pasado lunes. ¡Ay, Japón! ¡Mia qué está lejos Japón!, como cantaba el grupo gaditano No me pises que llevo chanclas.

El presidente presumió de la buena marcha de la economía y, para ello, se apoyó en los datos de la deprimida Japón

Sacar pecho ahora por lo bien que va la economía no es una buena idea. La España que gobierna Sánchez es la España del gran apagón, la del caos de Renfe y la del follón en Barajas. Es la España a la que la UE le retira 1.100 millones de ayudas del programa Next Generation porque el Gobierno ha sido incapaz de aprobar en el Congreso algunas de las normas a las que estaba obligado. Es la España a la que The Times dedica duros artículos y editoriales y a la que Financial Times retrata de forma tan dura que es difícil que se mantenga la confianza de los grandes fondos internacionales como destino de su inversión.

En realidad, los datos que ofreció el presidente tienen su anverso amargo, cuando no están directamente trucados. Vayamos, pues, a la España real:

  • El paro ahora está en el 10,5% de la población activa, según los datos que acaba de publicar el Ministerio de Trabajo. Ese dato sigue situando a España en segundo lugar en el negro ranking del paro de la UE, sólo por detrás de Grecia. Pero, si añadimos a la cifra oficial el número de fijos discontinuos, que, también según Trabajo, ascienden a 687.884 personas, el número de parados pasaría de 2,5 millones a 3,3 millones.
  • En PIB per cápita, un índice que mide la riqueza por habitante, es cierto que España ha superado a Japón. Pero Japón lleva mucho tiempo con su economía estancada y, de hecho, no está entre los países más dinámicos, sino todo lo contrario. El presidente obvió que, en PIB per cápita a España la superan, dentro de la UE, Países Bajos, Alemania, Bélgica, Francia, Reino Unido, Italia, Austria, Finlandia, Dinamarca, Suecia, República Checa y Eslovenia. ¡Ay! ¡Qué lejos queda Japón!
  • Sánchez ni siquiera mencionó el dato de la deuda pública. No le interesa. En el mes de marzo, según datos del Banco de España, la deuda pública se situaba en el 103,5% del PIB. En total, 1,66 billones de pesetas. España está entre los países más endeudados del mundo. Aunque es verdad que ahí nos gana Japón.
  • Tampoco entró el presidente en el problema de la vivienda. ¡Y eso que fue uno de los ejes de su política desde que aterrizó en Moncloa hace ya siete años!. Por mucho que haya subido el salario mínimo interprofesional, el precio de la vivienda se come toda esa ganancia. Desde 2018, los pisos han subido un 41% en España, según datos del INE. Sólo en el último año, los precios han subido un 12%. Aún así, el Gobierno insiste en poner trabas a la oferta.
  • Nadie entendió bien el dato que dio sobre exportación de servicios en comparación con el turismo. Era como si quisiera vender que ahora España vive más de la tecnología que de los turistas. Si es así, nada más lejos de la realidad. Los ingresos por turismo este año alcanzarán los 260.500 millones de euros. Este sector representa el 16% del PIB. Es, de hecho, el motor de la economía. Incluso más que cuando gobernaba Rajoy.

Es cierto que la economía no va mal. Pero ni mucho menos tan bien como lo pinta Sánchez. La percepción para el ciudadano normal es que las cosas no están bien, a lo que contribuye sobre manera el subidón del precio de la vivienda, prohibitiva para cualquier joven que inicie su vida laboral y no sea rico de familia.

España, además, está incubando graves problemas. La deuda pública no baja, a pesar de que la recaudación de impuestos está en máximos históricos, lo que hace pensar que en el momento en el que se produzca un parón, se disparará. Afortunadamente, los intereses están bajos, pero esa situación también puede cambiar si el BCE detecta un repunte de la inflación.

Pero lo más grave, de cara al futuro, es la situación de la Seguridad Social, con una deuda de 126.000 millones, según el Banco de España. La reforma de las pensiones inspirada por el ahora presidente del Banco de España, José Luis Escrivá, no hace sostenible el cobro de la jubilación, lo que será evidente dentro de diez años.

Hace mal el PP en no entrar en el debate sobre la salud de la economía y permita a Sánchez presumir de algo de lo que carece. Este gobierno no es malo sólo por la corrupción, sino porque ha basado su política en principios ideológicos y en cesiones para mantener su apoyo parlamentario. Sólo hay que ver la concesión de la financiación especial a Cataluña que se formalizará el próximo lunes.

Si teniendo a Europa tan cerca, Sánchez tiene que recurrir a Japón es que algo va mal. Así que, Pedro, no me pises que llevo chanclas.

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