Nunca terminan de irse. Cuando parecen desaparecidos de la esfera mediática, vuelven a posicionarse respecto a un tema candente y a dejar claro que siguen ahí. Iván Espinosa de los Monteros y Albert Rivera siguen haciendo política desde fuera del ámbito de los partidos o de las instituciones. Se expresan a golpe de tuit, en los foros de debate —esencialmente económicos—, en ponencias del mundo académico o de tecnología, y en los programas de televisión o principales cabeceras para influir. Su imagen es reconocida para el público, y juegan con la baza de que ahora, lejos del control partidista, pueden expresarse libremente. O al menos así lo dicen.

En su caso, Rivera se estrenó la semana pasada como colaborador en Espejo público, en Antena 3, con una sección propia denominada 'El observatorio de Albert Rivera'. Una ventana, en teoría, claramente dirigida a un electorado más de centroderecha que progresista, ahora más orientado a RTVE o La Sexta. Entró de lleno a cuestionar la posición del Gobierno con Gaza e Israel el mismo lunes en el que Pedro Sánchez anunció una batería de medidas frente al "genocidio" donde es clave un decreto ley de embargo de armas que está por llegar aún.

Rivera coincidió con el mantra de los populares: "Sánchez utiliza la política internacional para hacer política interna" y desviar el foco de asuntos como la corrupción. "Habla de Israel sin pasar por la UE ni por el Parlamento", añadió. Se posicionó Rivera con EEUU, en la búsqueda de "un consenso, no contra Israel". Este mismo viernes, tanto José María Aznar como Alberto Núñez Feijóo en la clausura del Campus de FAES fueron en esa línea: "Es una escapatoria para sus problemas internos". También, como han hecho los populares, Rivera cuestionó en ese primer programa que Sánchez vaya contra Trump, dado que "EEUU es mucho más", igualmente en línea con el discurso de Génova. "Trump es presidente de EEUU, pero no es EEUU", expresó Feijóo en abril, instando a Sánchez a no alejarse de las alianzas occidentales.

La pregunta que más se le ha hecho a Rivera desde que este año viene dejándose ver más es si volverá a la política. Él lo niega categóricamente, pero sí pide "armar una alternativa ilusionante" contra Sánchez. Así lo hizo en febrero en un coloquio con Esperanza Aguirre e Iván Espinosa de los Monteros. La salida de Rivera de ese ámbito fue abrupta: el exdirigente de Ciudadanos pasó de tener en sus manos el sorpasso al PP de Pablo Casado en las generales de abril de 2019, a quedarse reducido en diez escaños en la repetición de noviembre, tras escorar su discurso centrado a la derecha y plantearse como un relevo natural de los populares, como hizo Podemos en sus inicios respecto al PSOE.

Ahora bien, aunque tiene un discurso aún muy crítico con el bipartidismo, desde su círculo más cercano matizan la posición del expresidente de Ciudadanos. Una figura muy próxima a Rivera, que también ha pasado por la política, traslada a El Independiente que si bien "Albert no quiere hacer un partido propio", escucharía cualquier ofrecimiento que pudiese hacer en el futuro el presidente del PP ante la necesidad de reformas y de dar esa alternativa al Gobierno. Eso deja abiertas varias posibilidades: desde influencia externa con ideas o propuestas, a participar directamente en listas electorales o en un Gobierno como independiente.

"Uno no termina de quitarse las botas en política", aseguran estas fuentes. Seguiría la estela de otros tantos cuadros naranjas que saltaron en masa a las filas de Feijóo, desde parlamentarios como Nacho Martín, al propio exsecretario general de Ciudadanos, Adrián Vázquez, ahora eurodiputado.

Rivera tuvo en su mano ser vicepresidente del Gobierno con Sánchez en el ciclo de 2019. Reconoció en su libro, Un ciudadano libre, que Mariano Rajoy le propuso la vicepresidencia del Gobierno: "Pero lo rechacé por la corrupción del PP". Fuentes del PP próximas a Rivera no valoran en consultas de este periódico si hay contactos entre el partido y el abogado, que ha pasado su retiro político entre el despacho Martínez Echevarría, clases de liderazgo político o el club de negocios Raheem.

Además de las conferencias ligadas al mundo académico, en junio fue uno de los participantes junto a Espinosa de los Monteros del Madrid Economic Forum, donde compartió cartel con figuras ultraliberales o próximas a Milei. También con influencers y streamers del ramo, muy escorados a la derecha.

'Atenea' para dar la guerra cultural

En esa llamada a la "alternativa" a Sánchez, Espinosa de los Monteros fue más concreto que Rivera en febrero, al precisar la necesidad de que PP y Vox se pongan de acuerdo. A su juicio no va a ser posible, y de ocurrir, tendrá poca viabilidad en el tiempo, a ejemplo de lo ocurrido en las legislaturas anteriores en hasta cinco autonomías. Pero cree que ambos partidos deben ser propositivos para "ilusionar" a los votantes. Mientras que Rivera aborda esa necesidad de alternativa desde el lado más puramente económico, con reformas estatales que permitan, entre otros asuntos, "la sostenibilidad del sistema", con las pensiones, entre otros recursos, Espinosa no descuida el lado ideológico. De ahí su asociación, de la que este digital adelantó el nombre en marzo, cuando Espinosa no lo tenía del todo claro.

La presentación de Atenea en un momento clave de la legislatura, tras casi un año prorrogándola, es una total declaración de intenciones. Espinosa quería construir un think tank potente, y pretende enmarcarse entre las dos formaciones, la de Feijóo y su ex partido, el que dirige Santiago Abascal. Se uno de los principales propagadores de ideas y relacionarse con ambos partidos para su aplicación de llegarse a dar un vuelco de Gobierno. El plazo límite que contempla Espinosa es 2027: ni cree que vaya a haber adelanto electoral, ni cree que Sánchez vaya a poder repetir.

El exportavoz de Vox en el Congreso salió del partido, aunque manteniendo afiliación, en agosto de 2023, al inicio de la legislatura. Lo justificó por problemas familiares, aunque posteriormente trascendió un serio distanciamiento del partido al que hasta el último momento defendió como única alternativa. También ante las urnas y en contra del PP, que asemejaba a los socialistas. "Intensidad. Solo hay dos alternativas, o el botón verde o el rojo", dijo en el mitin de cierre de campaña en la Plaza de Colón, en julio de 2023. Lo cierto es que esas diferencias se han ido viendo conforme ha pasado más el tiempo. La corriente más ultraliberal ha acabado comida por la nacional-católica y por la más juvenil que se abre paso, la social-patriótica, más ligada a banderas de la extrema derecha tradicional.

En estos dos años, los críticos de Vox que han ido saliendo del partido se han configurado en torno a la figura de Espinosa. Macarena Olona, una de las más duras en su salida, con acusaciones de corrupción, ha vuelto a vincularse con él. Incluso en redes el enfrentamiento con las cuentas anónimas del entorno de Vox increpan al madrileño a cada uno de sus pasos y posicionamientos. Hay que recordar que la publicación de este medio, sobre el 'Team Facha' vinculado a Vox, desencadenó varios ataques por parte de la actual cúpula a Espinosa. "Todo el mundo tiene derecho a cambiar de rumbo. Vox también. Pero todo resulta cada vez más triste", reaccionó Espinosa a la publicación.

Sintonía con dirigentes del PP

Al contrario que con Vox, Espinosa mantiene buena relación con figuras del PP. Ha habido un par de reuniones entre él y figuras de Génova. Además, la relación con el ex vicesecretario de Economía y actualmente titular de Hacienda en el partido, Juan Bravo, es de amistad e intercambian ideas, aseguran fuentes populares. Algunas son valoradas por el equipo de Feijóo, como la necesidad de extender la vida útil de las nucleares. De hecho, recientemente, a Bravo se le ha visto entrando en Génova a una reunión de la dirección nacional con el último libro de Espinosa bajo el brazo, España tiene solución.

El vicesecretario de Hacienda del PP, Juan Bravo, en la entrada a Génova con el libro de Espinosa de los Monteros en la mano
El vicesecretario de Hacienda del PP, Juan Bravo, en la entrada a Génova con el libro de Espinosa de los Monteros en la mano | EFE/ Jesús Hellín

Igualmente, en un momento en el que Feijóo ha dado protagonismo a figuras como Cayetana Álvarez de Toledo, ésta mantiene una estrecha amistad con el ex de Vox. Coinciden ideológicamente en muchas cuestiones y han dejado ver su afinidad asiduamente. Tanto Álvarez de Toledo como Bravo acudieron en en mayo en la fundación Rafael Pino para la presentación de ese libro. Esa proximidad de Álvarez de Toledo y Espinosa y su mujer, Rocío Monasterio, se interpretó en el pasado como un posible salto a Vox de la ahora portavoz adjunta en el Congreso, cuando realmente los puentes entre el matrimonio y la dirección nacional de Vox estaba prácticamente rota. La posterior salida de Monasterio, repudiada por los suyos y con malas palabras, así lo acredita.

Quien conoce a Espinosa no ve descabellado que acabe integrado en las listas del PP de cara a las próximas generales, o incluso con una cartera de ministro. Ello, creen, permitiría atraer a mucha gente que sigue votando a Vox como sucedió con Ciudadanos. Iría en la línea de la vertebración de la derecha que busca Feijóo para alcanzar esa ansiada mayoría. Pero se apunta que Espinosa solo daría el paso si hay voluntad de los populares de dar la batalla cultural, sin ambigüedades y sin acercamientos puntuales al PSOE. También si hay una intención reformista.

Es precisamente ese deseo de batalla por el que Espinosa ha definido así a su centro de pensamiento, al ser Atenea la diosa del pensamiento, pero también de la guerra. En ese proyecto habrá expolíticos, aunque no se espera a nombres que hayan estado vinculados a Vox, y sí al mundo empresarial o judicial, que acercaría posiciones desde el entorno civil también con Génova más allá de Bravo. El objetivo es hacer propuestas y abrir debates públicos al menos de forma mensual que acaben integradas en programas electorales.

Como Rivera, la pretensión de Espinosa no es convertir la entidad en un partido político. Marca distancias tanto con Feijóo, a quien conoce poco, como de Abascal, con quien ha enfriado relaciones. Tampoco dice verse como ministro —Vox no permitiría compartir gabinete— en estos momentos. Pero con su voluntad y esta entidad deja claro que quiere ser una parte fundamental del cambio hacia la derecha que está por venir y en la que el PP será esencial como principal partido.

Ficha a tus rivales para tener solidez

Hay un mensaje de Espinosa junto a Rivera a principios de febrero, en una ponencia conjunta en el ciclo de Letras de Sevilla, en la que el ex de Vox lanzó un mensaje de "sentido común". Apuntó a que detrás del "éxito" de Donald Trump y de Javier Milei en sus respectivos países ha sido la capacidad de unir espacios. En el caso de Marcos Rubio, quien compitió en las primarias con Trump, y de Patricia Bullrich, rival por la derecha de Milei. Esta apreciación fue toda una declaración de intenciones de Espinosa, en una llamada a la combinación de espacios.

En la competencia directa del PP con Vox, el fichaje de Espinosa de los Monteros puede ser más influyente electoralmente que el de Rivera de producirse, que sí podría aportar experiencia.