Un niño que parece una fotocopia de Putin le pregunta cómo sabe lo que quiere la gente, si habla con la gente de incógnito como se rumorea. Un joven le comenta que tiene un amigo que ha vuelto del frente tan encantado que quiere volver. O un empresario preocupado por los impuestos escucha el consejo del líder ruso para que recurra a un banco que le asesore gratuitamente y se ahorre el gestor. Es la puesta en escena de Vladimir Vlamirovich Putin, lo que llaman los rusos la rueda de prensa anual, en la que su aparato de propaganda se esmera a conciencia.
Ha arrancado al comparecencia con burlas sobre el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, por su pasado como actor. Su aparición en Kupiansk, localidad que los rusos decían haber tomado, hizo daño y por eso lo ridiculizan y le acusan de mentir. Y lo hace quien acusa una y otra vez a Ucrania de propiciar la "operación militar especial". Es una guerra que en su dimensión actual ya dura casi cuatro años y que ha causado más de un millón de víctimas entre muertos y heridos a los rusos. Solo han aparecido para hablarse de los beneficios que reciben sus familias. Siempre que aparezcan los cuerpos, lo que no siempre sucede.
Putin culpa a Kiev de la guerra
En sus primeras declaraciones sobre Ucrania, Putin ha culpado a Kiev de la continuación de la guerra. "Básicamente se niegan a poner fin a este conflicto por medios pacíficos", ha dicho. Siempre olvida mencionar que representa al agresor. También ha añadido que hay "algunas señales… que indican que están dispuestos a entablar algún tipo de diálogo". Putin ha insistido en que Rusia estaría dispuesta a "poner fin a este conflicto por medios pacíficos", pero solo "basándose en los principios que expuse… el año pasado", que contemplarían "la resolución de las causas fundamentales que provocaron este conflicto…". Y no sale de ese círculo vicioso y tramposo. Putin busca una capitulación de Ucrania. Y no se conforma con menos.
En su concepción de las conversaciones, "la pelota está en el tejado de nuestros así llamados oponentes, el líder del régimen de Kiev y sus patrocinadores europeos". Dado que los líderes europeos y Zelenski, junto con los enviados estadounidenses, han elaborado una hoja de ruta con modificaciones a lo pergeñado por el Kremlin asumido por Trump, se entiende que Putin no va a moverse un ápice.
Rusia pretende conseguir en la mesa de negociaciones lo que no logra a pesar de estar volcada en la guerra contra Ucrania. Exige la retirada de las tropas ucranianas de Donetsk, Lugansk, Zaporiya y Jersón, que se anexionó ilegalmente en 2022. Putin anunció que el Ejército ruso logrará "nuevos éxitos antes de fin de año. En realidad, los avances este año de las tropas rusas han sido mínimos, de apenas 5.000 km2. Ha sacrificado decenas de miles de soldados para lograrlo.
En relación a los activos rusos congelados Putin ha dicho que los países europeos "en algún momento tendrán que devolver lo robado". Ha añadido que Moscú piensa recuperar por la vía judicial sus fondos congelados por las sanciones impuestas por la guerra en Ucrania. "Lo que intentan hacer con nosotros es abiertamente un atraco. Más que robo es saqueo", ha declarado. Finalmente, la Unión Europa va a financiar un préstamo de 90.000 euros en dos años para Ucrania, pero no recurrirá a los activos rusos congelados por el rechazo de Bélgica, apoyada por Italia. Temían las consecuencias legales.
Sobre la relación con la OTAN, Putin ha vuelto a repetir su mantra de la expansión hacia el este en los últimos 30 años, a pesar de las garantías que Rusia habría recibido según su versión de la historia. "Supuso acercar la infraestructura militar a nuestra frontera, lo que nos causa una preocupación legítima", ha dicho. Pero fueron los países del antiguo Pacto de Varsovia los que pidieron entrar en la OTAN por sentirse amenazados por Moscú.
Unos pocos comentarios que han podido verse en las pantallas eran críticos, focalizados en la carestía de la vida. Putin ha insistido en que la economía se va a recuperar, aunque da señales de estancamiento y de inminente recesión.
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