La madre de Luis Rubiales se ha declarado en huelga de hambre hasta que se encuentre una solución a la «cacería, inhumana y sangrienta» que está sufriendo su hijo. Desde la iglesia de Motril en la que se ha encerrado, Ángeles Béjar, rogó a Jenni Hermoso que dijera «la verdad» y que mantuviese «la versión que tuvo al principio de los hechos». Sobre ello fue preguntada Silvia Hermoso, hermana de la futbolista a la que Rubiales propinó un beso no consentido.

«Yo no comento nada, no puedo deciros nada», dijo la hermana de Jenni Hermoso en Europa Press evitando pronunciarse al respecto. Grabando a la prensa con su teléfono móvil, añadió: «Os doy los buenos días y nada más. Daros las gracias por el tiempo empleado».

«Es que no puedo decir nada de verdad», insistió Silvia al ser cuestionada nuevamente por la huelga de hambre de la madre de Luis Rubiales. «Somos campeonas del Mundo, ya está, no hay más», concluyó la hermana de Jenni Hermoso.

El fin de la huelga de hambre de la madre de Rubiales, en manos de Jenni Hermoso

La madre de Luis Rubiales, de 72 años de edad, aseguró este martes que no va a deponer su actitud de permanecer encerrada en una parroquia de Motril hasta que la futbolista Jenni Hermoso «no diga la verdad». Ángeles Béjar reconoció que su hijo le ha pedido que deje el encierro, aunque se ha reafirmado en su voluntad de seguir hasta que su cuerpo «aguante».

En declaraciones a los medios de comunicación presentes en el exterior de la Parroquia de la Divina Pastora de Motril, la madre de Luis Rubiales señaló que esta situación «se soluciona diciendo la verdad porque era una anécdota», antes de expresar su sorpresa por la dimensión que ha tomado el beso que le propinó el presidente de la RFEF a Jenni Hermoso en la final de la Copa del Mundo.