Sergio Contreras 'Koke', que llegó a debutar en Primera División con el Málaga, fue condenado el pasado mes de mayo a seis años de prisión después de haber admitido que estuvo al frente de una red de tráfico internacional de cannabis. El exfutbolista de 40 años, que también jugó en el Olympique de Marsella, ha concedido una entrevista en Francia donde ha admitido que gracias al narcotráfico ganaba en dos meses lo que podía ganar en un año con el fútbol.

«La vida es un poco complicada. Hay que pagar por estupideces. Necesitamos poner fin a esto lo más rápido posible. Vengo de un barrio de Málaga donde todos mis amigos son amigos de la infancia… Tengo contactos por todas partes, ¡pero no soy Pablo Escobar! Cuando escuchas eso de ‘traficante internacional’ te dices: ¿Qué carajo he hecho?», comenzó relatando Koke en Canal Plus Francia.

«Como jugador de fútbol, tienes suerte de ganar mucho dinero. Yo ganaba tal vez un millón de euros al año. En el otro negocio, ganas en dos meses lo que puedes ganar en un año en el fútbol. Pero estás arriesgando tu vida», añadió haciendo alusión al narcotráfico desde su villa de Marbella.

«En Francia, te pueden matar muy rápidamente por eso. Aquí en la cárcel también te pueden matar, pero no tengo miedo. La prisión está abierta para los estúpidos. Voy a volver a prisión, no sé por cuánto tiempo, pero tengo sentencia hasta 2027», señaló Koke durante su libertad condicional.

Koke y cómo es la cárcel para un futbolista

Sobre cómo fue su estancia en la cárcel siendo futbolista, Koke, que ya estuvo en prisión por narcotráfico, comentó: «Conocía a todos, pero ser futbolista no cambia nada. Había muchos franceses, incluso marselleses. Vi muchas camisetas del Olympique de Lyon en prisión».

Entonces, sobre su primera estancia en la cárcel, dijo: «Lo llevo bastante bien, obviamente estoy privado de mi libertad, pero de todo se aprende. Yo me considero una persona muy afortunada en la vida, con muchas experiencias increíbles y esta es, sin duda, una más. Aquí es difícil todo, pero sin duda el estar sin mi familia, mis hijas, mis padres. Nosotros somos una familia muy unida y yo siempre he sido el ojito derecho. Pero en realidad lo más duro está siendo que mi pareja y mi hermano estén en prisión. Tengo que estar siempre fuerte, no tengo tiempo para que me den bajones porque ellos me necesitan con los cinco sentidos».

«Nada es lo que nos imaginamos. Ni el malo es tan malo, ni el bueno es tan bueno. Cada uno tiene su historia y su corazón. Yo no juzgo, me gusta escuchar, me gusta ayudar y aquí es lo que más hago. En definitiva en la cárcel hay gente muy buena e interesante. Oír, ver y callar. Nunca mejor dicho», agregó.

«Sí quiero decir que pasar por la cárcel no es lo peor del mundo, sí, duro es, claro, el estar aquí te hace vivir cosas impensables y pensar como un preso. Me gustaría transmitir a la sociedad que somos personas normales, que la presunción de inocencia tiene que existir, que por pasar por la cárcel no se puede excluir a las personas, todos merecen una oportunidad. En mi caso yo me considero buena persona y aquí soy aún mejor», concluyó Koke.