Más de 300.000 millones de dólares. El gigante surcoreano Samsung Electronics se ha anotado este jueves un nuevo hito en su escalada bursátil, al llevar su cotización a cotas récord tras presentar unas cuentas que reflejan su mejor trimestre desde 2013.

La compañía tecnológica firmó este jueves un repunte en bolsa del 2,43%, al calor de sus cuentas, y elevó su capitalización hasta los 303.019 millones de dólares. De este modo, Samsung se convierte en la novena mayor cotizada del mundo y la más grande fuera de los Estados Unidos, tras rebasar al gigante chino Tencent, que cuenta con una valoración de 297.933 millones de dólares al cierre del jueves.

Samsung da de este modo un nuevo impulso a su buen tono sobre el parqué en los últimos meses. La compañía ha logrado sobreponerse a las turbulencias generadas por los problemas de su dispositivo móvil Galaxy Note 7 o por los escándalos de corrupción que han golpeado a su heredero Lee Jae-yong y acumula una ganancia del 70,5% desde inicios de 2016.

El grupo surcoreano se ha visto presionado en los últimos meses por algunos inversores activistas que reclamaban una simplificación de su estructura, que implicaría la división en dos de la compañía y la creación de una especie de hólding que integrara las distintas filiales del grupo. Samsung ha rechazado esas exigencias, pero, a cambio, ha prometido a los inversores amortizar unos 35.000 millones de dólares en acciones de autocartera en 2018. Además, anunció un plan de recompra de acciones por valor de más de 2.000 millones de dólares.

Caída de las ventas de móviles

Samsung es un gigante tecnológico, pero su principal valor todavía es la división de smartphones. Y ahí siguen sufriendo. Las ventas de estos productos han caído después del fracaso del Note 7 y de la inminente llegada del Galaxy S8, que ha estacando las ventas de la séptima generación de la gama.

Presentado a finales del mes de marzo, ese nuevo terminal franquicia todavía no ha empezado a venderse, aunque Samsung se ha apresurado a afirmar que las reservas y las cifras de la preventa son las mayores que nunca hayan registrado. Teniendo en cuenta esto, lo normal es que los números se recuperen y vuelvan a mostrar músculo en el próximo trimestre.

En cualquier caso, la compañía ha intentado reactivar esas ventas antes de que el S8 llegue al rescate. Para ello han rebajado sustancialmente el precio de los dispositivos anteriores, si bien siguen teniendo un precio superior a los 600 euros. El Galaxy S8 partirá de los 809 euros cuando se ponga a la venta en todo el mundo a partir del 28 de abril.

Los resultados del primer trimestre del ejercicio se han apoyado en la venta de componentes para dispositivos electrónicos, sobre todo en el gran éxito de las pantallas y los dispositivos de memoria. Samsung es uno de los mayores proveedores de pantallas del mundo y uno de sus principales clientes es, paradojicamente, Apple. La empresa californiana ya ha encargado a su gran competidor 70 millones de pantallas para sus nuevos iPhone.

En cualquier caso, lo normal es que en la segunda mitad del año la venta de smartphones vuelva a ser una fuente de ingresos decisiva. Además del S8, Samsung prepara para el otoño el lanzamiento de un nuevo terminal, que previsiblemente será la octava generación de la familia Note. Hay que hacer olvidar los teléfonos incendiarios.