Los fotovoltaicos vuelven a estar en pie de guerra contra el Gobierno. Lo estuvieron por el hachazo a las ayudas a los productores solares que impulsó el Ejecutivo con su reforma energética. Y ahora se lanzan a una nueva batalla legal por la ‘megasubasta’ de renovables que ha promovido el Ministerio de Energía y que ha adjudicado 3.000 megavatios de nueva potencia verde sólo a la energía eólica.

Toda la potencia adjudicada por la subasta renovable –toda- ha ido a parar a proyectos eólicos. El Ministerio de Energía, comandado por Álvaro Nadal, ha repartido licencias para 3.000 nuevos megavatios de energías verdes. Y como temían los críticos con el diseño de las bases de la puja, la eólica ha arrasado.

La patronal fotovoltaica UNEF ha intentado en las últimas semanas incluso paralizar la celebración de la subasta con un recurso ante el Tribunal Supremo que solicitaba medidas cautelares. El Alto Tribunal desestimó paralizar la subasta, pero ahora debe estudiar la denuncia de los productores de energía solar.

Una vez celebrada la puja, la UNEF vuelve a la carga y ha anunciado que internacionalizará la batalla legal. La asociación denunciará ante la Dirección General de Competencia de la Comisión Europea para que las adjudicaciones no se produzcan y se repita el proceso en igualdad de condiciones.

Y es que el Gobierno se decantó en esta ocasión por promover una subasta neutra tecnológicamente. Esto es, no se reservaban cupos para unos tipos de energía u otros, sino que se adjudicaban en función del coste de la inversión propuesta. Sin embargo, en caso de empate en las ofertas económicas de uno y otro tipo de energía, el Ministerio de Energía privilegiaba a la eólica frente a la fotovoltaica al considerar que los molinos pueden funcionar y generar electricidad más horas al año que los paneles.

En caso de empate, ganaba la eólica. Y eso es lo que ha sucedido en la subasta. Todas las propuestas que se han presentado a la puja lo han hecho con el máximo descuento previsto en las bases. Las ofertas eran las mismas, pero la eólica se ha quedado con todos los lotes subastados.

“El resultado de la fotovoltaica en esta subasta, a la que no se ha adjudicado ningún MW, pone de manifiesto que esta tecnología ha competido en condiciones de discriminación”, sostiene UNEF en un comunicado. “El mal diseño y las reglas de la subasta, que han generado una situación de empate entre las ofertas presentadas por la fotovoltaica y la eólica, han dado ventaja a esta última tecnología, que se ha adjudicado la totalidad de la potencia licitada”.

Campaña de publicidad

Por su parte, la otra gran asociación fotovoltaica, Anpier, ha criticado los “criterios sesgados” elegidos por el Gobierno para la subasta. “Las pequeñas y medianas iniciativas fotovoltaicas no han tenido ninguna opción, ni siquiera ofertando el máximo de los descuentos posibles, puesto las condiciones establecidas favorecían proyectos eólicos y de muy grandes dimensiones, bajo la errónea premisa de que este criterio aporta un precio óptimo para los españoles”, subrayan los pequeños productores solares.

Anpier ha puesto en marcha una campaña de denuncia, que aparecerá mañana en todas las periódicos nacionales, en la que se exige un cambio de modelo energético, en el que se favorezca la generación limpia y que promueva la participación de pymes, autónomos y particulares en la propiedad de las instalaciones de generación y no sólo de grandes grupos. La campaña tendrá el eslogan “No a una privatización del sol. Los ciudadanos queremos particular en la generación de energía”.