Los planes del Ministerio de Energía pasan por que en España se siga quemando carbón para generar electricidad durante la próxima década, a pesar de ser la fórmula más contaminante y estén en juego los objetivos medioambientales marcados por Bruselas.
Los planes de las compañías eléctricas son otros y contemplan el cierre de varias de las centrales de carbón en los próximos años. Unas clausuras que el Gobierno no parece dispuesto a facilitar, e incluso trabaja en la elaboración de un decreto para intervenir las instalaciones eléctricas que las compañías quieran cerrar pero el Ministerio considere necesario mantener.
El cierre de la central de Anllares se suma a la futura clausura de otras dos plantas de Endesa
Gas Natural Fenosa acaba de confirmar su intención de echar el cierre de su central de carbón de Anllares, en el Bierzo, en 2019, según adelantó ayer Diario de León. La compañía considera que la instalación –en la que tiene una participación del 67%, frente al 33% de Endesa- es obsoleta y no le resultaría rentable realizar las inversiones necesarias para ajustar la planta a las exigencias de recorte de las emisiones.
Por el contrario, Gas Natural sí pretende realizar las inversiones para la desnitrificación de las emisiones de la central también leonesa de La Robla, con lo que cumplirá los requerimientos ambientales que marca la UE y podrá seguir funcionando más allá de 2020.
Nadal carga contra Endesa
La espita de la batalla por el carbón entre Gobierno y eléctricas la abrió Endesa. La eléctrica, controlada por la italiana Enel, no confirma abiertamente el cierre de las centrales de Compostilla (León) y Andorra (Teruel), pero en su plan estratégico no se recogen las inversiones necesarias para adecuarlas a la nueva normativa, así que están condenadas al echar el cierre antes de 2020.
El ministro de Energía, Álvaro Nadal, ha cargado duramente contra la decisión de Endesa, ligándola a que la propiedad de la compañía está en manos del grupo público italiano Enel. “Al final, está haciéndose política a favor del ciudadano italiano a costa del consumidor español y de los trabajadores españoles”, dijo el ministro en el Senado. A Enel "no le importa, para hacer política de empleo en Italia, generar desempleo en España; no le importa, para hacer política medioambiental en Italia, hacer política de pérdida de competitividad en España”, sentenció.
Intervenir centrales si hace falta
El Gobierno trabaja en un nuevo marco normativo que le permita intervenir centrales eléctricas si sus propietarios deciden cerrarlas, en el caso de que su actividad se considere necesaria para el sistema eléctrico y para cumplir el mix energético del país (el reparto entre los diferentes tipos de energía en la generación eléctrica nacional).
El Ministerio de Energía prepara ya la planificación energética futura que determinará el objetivo oficial del peso que debe tener cada energía (nuclear, renovables, carbón, gas natural…) de cara a 2030 y 2050. Un plan que el Ejecutivo debe trasladar a la Comisión Europea como muy tarde en marzo de 2019.
Y en este proceso el ministro Álvaro Nadal quiere tener herramientas legales para poder garantizar que se cumplirá el reparto energético previsto, incluso a costa de intervenir el sector y tomar el control de instalaciones que planeen su clausura. En los despachos del Ministerio se repite, a modo de mantra, que las compañías eléctricas no pueden decidir el mix energético nacional y que esa labor recae en el Gobierno y en las Cortes.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 "Soy drogadicto. Soy un genio", 100 años de Truman Capote
- 2 Las dudas sobre si Irán ha usado realmente misiles hipersónicos
- 3 El salario mínimo que debes pagar si contratas a una empleada del hogar
- 4 La jueza suspende la declaración de Cubo por manipular un audio
- 5 Begoña Gómez, escuela de sirenas
- 6 El presidente de Irán viaja a Qatar al borde de la guerra total
- 7 El silencio del mundo permitió Holocausto con Irán no puede pasar
- 8 Bildu pacta con el Gobierno para la reforma de la Ley Mordaza
- 9 Una Hizbulá herida prepara una resistencia sangrienta y radical