Globalia afronta las consecuencias que puede tener en su accionariado el desencuentro entre miembros de la familia Hidalgo. Juan Antonio Hidalgo, vicepresidente del grupo turístico y hermano del fundador, negocia la venta de su participación del 9,1% en el capital de la compañía y augura un acuerdo “en muy poco tiempo” para deshacerse de sus acciones.

El desencadenante de la ruptura es la falta de acuerdo entre los miembros de la segunda generación familiar sobre la gestión de la compañía. Juan José Hidalgo, presidente y fundador de Globalia –amén de principal accionista con un 51,6%-, diseñó su sucesión y designó hace un año a su hijo Javier como nuevo consejero delegado.

El vicepresidente y hermano del fundador del grupo negocia con una aerolínea la venta de sus acciones

En este año, Javier ha tomado los mandos de la gestión diaria de la compañía y ha prescindido de varios de los directivos del grupo. Su última decisión sobre la estructura directiva ha sido el cese de su primo Antonio Hidalgo –hijo de Juan Antonio- como director de Compras de todo el grupo, y su designación (o degradación) como nuevo director de Uniformidad. Unos cambios que han llevado al vicepresidente a poner en venta su paquete accionarial.

“Mi hermano y yo hemos discutido mil veces, pero siempre hemos seguido adelante. Ahora son nuestros hijos los que están en la compañía. Pero los primos no se entienden. Y había que tomar una decisión”, explica Juan Antonio Hidalgo en declaraciones a El Independiente. “Mi idea es vender toda mi participación y desaparecer de la compañía. Tengo clarísimo que me tengo que ir, que me quiero ir. Voy a venderlo todo y se acabó”.

Negociaciones abiertas

Hidalgo asegura estar ya en negociaciones con una compañía aérea (cuya identidad no revela) para traspasar su participación accionarial. “Las negociaciones darán sus frutos en muy poco tiempo. Podemos anunciar la venta en muy poco tiempo”, augura. “Y si se rompieran las negociaciones con esta compañía aérea, otras puertas se abrirían”. Globalia es el mayor grupo turístico español con una facturación de 3.545 millones de euros el año pasado, y agrupa a empresas tan reconocidas como Air Europa, Halcón Viajes, Travelplán o Be Live Hotels.

Las peculiaridades accionariales de Globalia, no obstante, pueden dificultar una venta rápida de esa participación minoritaria. Juan José Hidalgo, su esposa Avelina Gutiérrez y sus dos hijas, María José y Cristina, controlan conjuntamente casi un 62% del capital. Así que la entrada de un nuevo accionista con sólo un 9,1% de las acciones en principio tiene poco sentido a no ser que se trate de un socio industrial y que consiga aliarse con el fundador para sacar partido a la compra.

Juan Antonio Hidalgo, en cambio, ve la compra de su 9,1% “como una oportunidad de estar posicionado dentro del grupo” sin necesidad de un acuerdo previo con los accionistas mayoritarios. “Cuando cierre el acuerdo de venta, informaré al resto de accionistas de Globalia de los términos por si quieren ejercer su derecho de tanteo y comprar ellos la participación. Y nada más”.

Los otros accionistas

Además de las participaciones entre los diferentes miembros de la familia Hidalgo, en el accionariado también están integrados Unicaja, con un 7%, y Banco Popular (ahora Santander), con un 9,9%. Santander no suele mantener a largo plazo participaciones que el banco no considera estratégicas, así que no es descartable su salida del capital, según fuentes del mercado.

En paralelo, Abel Matutes controla el 5,14% de Globalia que antes pertenecía al otro hijo del presidente, Javier; y el 2% restante está en manos de la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno.

Los posibles movimientos accionariales coinciden la dimisión del que hasta ahora el director general de Globalia, Pedro Serrahíma. El ejecutivo, que ya fue la mano derecha de Javier Hidalgo en el operador móvil Pepephone, ha dejado el cargo apenas un año después de su nombramiento por no compartir con el consejero delegado la estrategia de futuro de la compañía. Serrahíma insiste en que su relación con Hidalgo sigue siendo perfecta y su amistad se mantiene intacto, y que sus diferencias son estrictamente corporativas.