En el mercado del petróleo las fronteras que separan la crisis del optimismo se muestran cada vez más vaporosas. Si hace unos meses bullían los temores a una reedición de la crisis del crudo, ahora es la confianza en que la crisis ha quedado atrás la que se impone sobre el parqué.

El precio del petróleo Brent -el de referencia en Europa- escalaba este lunes cerca de un 2,5% y se situaba al filo de los 58 dólares, su nivel más elevado desde el verano de 2015.

En tres meses, el crudo ha protagonizado una escalada superior al 25%. Una remontada que ha recibido un nuevo impulso este lunes, a través de las tensiones geopolíticas que vuelven a aflorar en la región de Oriente Medio. El referéndum de independencia celebrado este lunes en el Kurdistán iraquí se enfrenta al rechazo de diversos países, entre los que se encuentra Turquía. Y el presidente del Gobierno turco, Recep Tayip Erdogan, ha amenazado con cerrar el grifo de los oleaoductos kurdos si siguen adelante con sus planes de secesión. "Tenemos el grifo", afirmó, en referencia a los 550.000 barriles diarios de petróleo kurdo que tienen como puerto principal la ciudad turca de Ceyhan.

La posibilidad de un bloqueo de las exportaciones de petróleo kurdas, que han experimentado un notable crecimiento en los últimos años, ha impulsado las apuestas al alza en el mercado del crudo, que ya se han visto favorecidas en las últimas semanas por el impacto de una serie de huracanes en territorio estadounidense, que ha provocado un freno de la producción en el país.

Pero más allá de estos elementos circunstanciales, en el mercado ha vuelto a abrirse paso la idea de que el mercado del petróleo avanza progresivamente hacia el ansiado equilibrio entre la oferta y la demanda. En este sentido, Janet Kong, responsable de trading del gigante petrolero BP en Asia señalaba este lunes que "el mercado está en modo de reequilibrio", favorecido por el mayor consumo de crudo, gracias a los precios bajos, y el descenso de los inventarios de petróleo, motivado por los recortes de producción en la OPEP.

Algunos inversores empiezan a percibir que el mercado avanza progresivamente hacia un reequilibrio

Precisamente, en los últimos días se han elevado las expectativas de que los miembros del cártel petrolero prolonguen su actual acuerdo de restricción de la oferta, que está previsto que expire el próximo mes de marzo. "En general, hay indicios de que la sobreoferta está disminuyendo. El crecimiento mundial sigue siendo fuerte, lo que supone una presión al alza por el lado de la demanda. Rusia y Arabia Saudí han reforzado la confianza del mercado, ya que los dos principales productores de petróleo están presionando para extender el acuerdo de recorte de la producción de petróleo de la OPEP por tres meses, hasta junio de 2018", observan en FocusEconomics.

En este escenario, un actor clave está siendo China. El gigante asiático ha impulsado en las últimas semanas su demanda de petróleo con el objetivo de conformar unas reservas petroleras que le hagan menos sensible a los vaivenes del precio del crudo.

Con esto sobre la mesa, los analistas se muestran cada vez más optimistas sobre la sostenibilidad del repunte del crudo. Firmas como UBS, Credit Suisse o Lloyds auguran que los precios del Brent se situarán a cierre de año por encima de los 60 dólares por barril.

Sin embargo, en un mercado acostumbrado a vaivenes constantes, también hay lugar para el escepticismo. Así, desde Julius Baer observan que, a los actuales precios, el mercado ya descuenta un escenario demasiado favorable para el petróleo, que podría truncarse por diversas razones, entre, cómo no, vuelve a surgir la amenaza de que los precios más altos den un impulso adicional a la industria del shale oil, que dificulte el equilibrio del mercado.