Mientras la vertiente política del desafío independentista en Cataluña se atasca más y más, el runrún del artículo 155 suena cada vez con más fuerza si nadie lo remedia. Y las posibles consecuencias de la intervención autonómica por parte del Gobierno se discuten mucho en las calles. Por ejemplo, el destino de los asesores y altos cargos contratados por el Govern, normalmente técnicos con estatus directivo nombrados a dedo bajo el criterio de la libre designación (asesores), además de una hornada de secretarios generales, secretarios sectoriales y directores generales dentro de los altos cargos.
Hay 153 asesores eventuales y todos ellos perderían automáticamente el trabajo de aplicarse el 155 al depender todos ellos directamente del presidente Carles Puigdemont, del vicepresidente Oriol Junqueras o de alguno de los 12 consejeros (excluyendo a Junqueras).
El personal de libre designación depende del conseller y su cese no tendría que formalizarse
Así lo aseguran fuentes próximas al Govern: al tratarse de cargos de confianza, su cargo va directamente vinculado a la persona que los nombra, y esta no es otra que alguno de los consellers, el vicepresident o el propio Puigdemont. Su alta laboral lleva la estampa de los representantes políticos de la Generalitat, por lo que su cese no tendría que formalizarse de suspenderse las competencias autonómicas ya que sus inmediatos superiores -de quienes dependen- quedarían inhabilitados por el 155.
"Cuando hay un cambio de, pongamos por ejemplo, consejero en una comunidad autónoma o un ayuntamiento cualquiera, suelen ocurrir dos cosas con el personal asesor", explica un directivo del Ejecutivo catalán. "Si continúan en el cargo porque sus nuevos jefes así lo desean, se supone que hay un acuerdo verbal previo y la persona de libre designación cesa en su puesto para luego formalizarse un nuevo contrato. Hay que hacer ese paripé, sí. Y la segunda opción es que el eventual termine sus funciones sin más".
De acuerdo con las fuentes consultadas, varios departamentos de la Generalitat quedarían completamente desmantelados. Uno de ellos, agregan, sería el gabinete de comunicación.
Oleada de dimisiones
La estructura piramidal del Govern no se descompondría solo con las bajas masivas de sus contratados de confianza. La cúpula directiva -directores generales, secretarios, presidentes y consejeros de empresas de la Generalitat- tiene aproximadamente a medio millar de personas empleadas. "Habría una oleada de ceses y dimisiones", alerta otra persona bien relacionada con la administración catalana.
Algunos departamentos quedarían completamente desmantelados
"Tengamos en cuenta que muchos directores generales son personas de partido, muchas ellas de la antigua Convergència o de ERC. Menos, pero también, del PSC, sobre todo renegados reconvertidos al independentismo", añade. "Pues bien, muchos de ellos no van a aceptar trabajar para una región intervenida por el Gobierno central. Y menos con jefes ajenos a aquellos que les auparon a sus cargos".
Portavoces oficiales del Govern confirman el cese automático de los asesores. Pero evitan especular sobre lo que sucedería con los altos cargos. "Es algo tan personal que tal y como están las cosas no podemos contestar", reconocen.
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