Banco Santander, propietario del 100% de Popular desde que se lo adjudicó por un euro el pasado 7 de junio, ha decidido bloquear el bonus de la red comercial de la entidad adquirida. La medida afecta a alrededor de los 7.000 empleados que trabajan en las oficinas.

Según ha podido saber El Independiente de fuentes sindicales, el grupo que preside Ana Botín ha eliminado de facto un complemento salarial que los trabajadores deberían haber cobrado ya por el cumplimiento de sus objetivos comerciales.

Aunque no hay cifras oficiales, se estima que los trabajadores de las oficinas que lograban alcanzar las métricas fijadas por la cúpula recibían al año entre 300 y 500 euros en concepto de bonus, mientras que los directores de las sucursales cobraban entre 600 y 1.000 euros.

En pleno proceso de integración de ambas plantillas y con un ERE (Expediente de Regulación de Empleo) en negociación, las unidades de auditoría del grupo están citando a trabajadores para comprobar ciertos apuntes contables que cuestionan el cobro del bonus.

Desde UGT consideran que, aunque "las operativas clásicas de Popular [...] no son admisibles según el nuevo criterio de Santander [...], no debería bloquearse el cobro del bonus de toda la red comercial por algunos casos detectados de fácil explicación y justificación".

Los representantes de los trabajadores han solicitado a Santander que "comunique sus propia normativa interna e imparta la formación adecuada antes de cuestionar la operativa anterior y el bonus conseguido".

Por su parte, desde CCOO denuncian que Santander esté aprovechando "el proceso de adaptación e implementación [de la nueva cultura corporativa] para no retribuir lo establecido a las personas que con su esfuerzo diario han contribuido a la conseción de resultados".

Los sindicatos señalan que los bonus están fuera del convenio colectivo, de ahí que Santander pueda suprimirlo unilateralmente.

Recortes en servicios centrales

La semana pasada, Santander y Popular establecieron las mesas de negociación para pactar un ERE que afectará a los servicios centrales.

El grupo que preside Ana Botín planea dar salida a entre 1.500 y 1.600 empleados de los 4.000 que actualmente trabajan en este área, procedentes tanto de Santander como de Popular. De éstos, en torno a 800 trabajadores tienen más de 55 años.

Los sindicatos aspiran a que el grueso de las salidas sean voluntarias y las condiciones económicas similares a las logradas por Popular y Santander  en los últimos planes de bajas que, en conjunto, han supuesto la salida de casi 4.000 personas y un coste cercano a los 800 millones.