La banca española se ha parapetado tras el Banco Central Europeo (BCE) para capear las turbulencias de la crisis catalana. En un escenario de máxima incertidumbre económica y temores a una fuga masiva de depósitos, las entidades nacionales han elevado sus peticiones de dinero al banco central al nivel más elevado desde mayo de 2014.

El sector registra unas peticiones de liquidez superiores a los 175.000 millones de euros durante el mes de octubre, según los datos publicados este martes por el Banco de España. Esta cifra representa casi un 2% más que al cierre del mes anterior y supone un 29% más que hace un año. De este modo, alcanza niveles no vistos en más de tres años.

Este incremento se explica por la apelación que han hecho las entidades españolas a la ventanilla de liquidez a corto plazo que ofrece el BCE a las entidades de la eurozona a tipos actualmente del 0%. Según los datos del Banco de España, los créditos a corto plazo de los bancos españoles se han elevado hasta los 4.271 millones de euros, casi 130 veces más que los 33 millones de euros registrados el mes anterior.

De este modo, los bancos españoles acaparan más del 50% de los créditos a corto plazo que el Eurosistema ha concedido a los bancos de la región. Este tipo de línea de financiación es empleado, mayoritariamente, por las entidades para hacer frente a episodios de tensión puntual en sus niveles de liquidez. Aunque se desconocen los nombres de las entidades que han solicitado ese dinero, es fácil inferir que las tensiones registradas por los bancos con mayor presencia en Cataluña tras el referéndum del pasado 1 de octubre y que forzó a entidades como Banco Sabadell y CaixaBank a trasladar su sede fuera de la región ha sido la principal causa de este incremento de la solicitud de dinero.

Los bancos españoles concentran más de la mitad de los créditos a corto plazo del Eurosistema

En cualquier caso, la mayor parte de estos préstamos del BCE obtenidos por la banca española forman parte de operaciones de financiación a largo plazo, por los que ha obtenido más de 171.000 millones de euros. Esta cifra ha experimentado un notable auge desde mediados de 2016, cuando el BCE puso en marcha un programa de financiación a largo plazo (denominado TLTRO), por el que ofrecía a los bancos dinero gratis -e incluso la posibilidad de cobrar por quedarse ese dinero-, siempre que fuera empleado en aumentar los flujos de crédito.

Sin embargo, desde la última subasta de este tipo de liquidez a largo plazo, celebrada el pasado mes de marzo, este capítulo de financiación se ha mantenido estable, con una tendencia a la baja.

Aunque la barra libre de liquidez a corto plazo del BCE se mantendrá abierta hasta, al menos, 2019, es previsible que dada la reducción de las tensiones en torno a Cataluña en las últimas semanas, el incremento de la demanda de fondos al banco central experimente un recorte en los próximos meses. De hecho, entidades como Sabadell y CaixaBank han reconocido que ya ha empezado a revertirse la salida de depósitos que sufrieron en los primeros compases de octubre.