Iberdrola tiene una nueva hoja de ruta que contempla más crecimiento. La eléctrica ha presentado en Londres una actualización de su plan estratégico hasta 2022, que contempla más beneficio, más dividendo y más inversiones. Esos son los objetivos que se marca el grupo presidido por Ignacio Sánchez Galán.

Iberdrola se ha marcado como objetivo llegar a 2022 con un beneficio de entre 3.500 y 3.700 millones, lo que supone elevar entre un 25% y un 32% las ganancias obtenidas el año pasado, que fueron de 2.804 millones de euros, un 3,7% que en el ejercicio anterior.

En paralelo, las nuevas previsiones de la compañía pasan por alcanzar un resultado bruto de explotación (ebitda) que se situará entre los 11.500 y los 12.000 millones de euros, frente a los 7.318 millones alcanzados el pasado año. El grupo espera que un 35% de este ebitda en 2022 se genere en euros, un 29% en dólares, un 20% en libras esterlinas y el restante 16% en reales brasileños.

12.000 millones en dividendos

A estos resultados crecientes les acompañarán unos dividendos también al alza. Al final del plan estratégico Iberdrola pretende llegar repartiendo un dividendo bruto de 0,4 euros por acción, todo un 25% por encima de la remuneración de 0,32 euros con cargo a las cuentas de 2017.

Alcanzando esta cota de remuneración en 2022, Iberdrola habrá repartido en cinco años una lluvia de dividendos de 12.000 millones de euros entre sus accionistas.

Iberdrola mantendrá su programa de dividendo flexible, que permite optar entre cobrarlo en efecto o en acciones de la compañía (scrip dividend). Para evitar la dilución de la participación de las accionistas por las ampliaciones de capital para atender la remuneración, el grupo mantendrá el número total de títulos en 6.240 millones a través de su programa de recompra de acciones.

32.000 millones de inversión, 3.000 millones en desinversiones

Iberdrola invertirá 32.000 millones de euros entre 2018 y 2022, con lo que eleva su previsión en 2.000 millones respecto a las contempladas hasta 2020 en el plan 2016-2020 que ahora se actualiza y en 4.000 millones respecto a todo el conjunto del anterior plan, que las cifraba en un total de 28.000 millones.

Más del 90 % de la inversión prevista entre 2018 y 2022 se destinará a actividades reguladas con contratos a largo plazo, que al final del periodo aportarán más del 80 % del resultado bruto de explotación (ebitda). En concreto, casi un 50 % (15.500 millones) irá a los negocios de redes, el 37 % a renovables (11.500 millones), el 9 % a generación y clientes (2.800 millones) y el 4 % a generación contratada (1.400 millones).

La mayor parte de las inversiones previstas, hasta un 75 %, está ya comprometida o prácticamente asegurada, según el grupo Iberdrola, que mantendrá inversiones en curso por valor de 9.000 millones de euros al final del periodo. Y gracias a estas inversiones, la energética prevé incrementar su potencia renovable un 24% respecto al cierre de 2017, hasta los 36.200 megavatios (MW). También aumentará su capacidad de almacenamiento, que pasará de los 80 gigavatios hora (GWh) actuales a 100 GWh al final del periodo (+25%).

En paralelo, Iberdrola ejecutará un plan de ahorro de 1.000 millones de euros, que se articulará a través de sinergias, digitalización e implantación de las mejores prácticas en áreas como compras, operación y control, y llevará también un plan de rotación de activos (desinversiones) por importe de 3.000 millones de euros, estando abierto a posibles acuerdos con socios para proyectos renovables.