El sector asegurador internacional vivió en 2017 un año muy accidentado. Las compañías del sector tuvieron que enfrentarse a una sucesión de catástrofes naturales y desastres causados por la mano del hombre que dejaron en sus arcas un agujero histórico: 144.000 millones de dólares (116.878 millones de euros), una cifra sin parangón en la historia, según un estudio elaborado por la reaseguradora suiza Swiss Re.

Estas cifras representan alrededor de un 42% de las pérdidas económicas globales (entre las que se incluyen las no aseguradas) que se produjeron en 2017 por estos fenómenos y que alcanzaron los 337.000 millones de dólares (273.528 millones de euros), casi el doble que en 2016 y la segunda cifra más alta registrada.

La entidad afirma que la mayor parte de las pérdidas que tuvo que afrontar el sector por estos hechos catastróficos son achacables a la sucesión de huracanes -Harvey, Irma y María- que azotaron el Caribe y los Estados Unidos entre los pasados meses de agosto y octubre.

Estos fenómenos meteorológicos provocaron 92.000 millones de dólares (74.670 millones de euros) en pérdidas aseguradas, convirtiendo el 2017 en la segunda temporada de huracanes más costosa del Atlántico Norte desde 2005. Las lluvias intensas durante esos episodios causaron gran parte de los daños.

En este sentido, el estudio advierte de que la región del Atlántico Norte todavía se encuentra en una fase activa de huracanes, lo que significa que existe una mayor probabilidad de formación de este tipo de fenómenos meteorológicos y que los más grandes puedan tocar tierra.

Del mismo modo, Swiss Re destaca que 2017 fue un año récord en lo referente a incendios, que ocasionaron pérdidas aseguradas por un monto total de 14.000 millones de dólares (11.362 millones de euros), lo que representa la cifra más alta de la historia en esta categoría.

Los incendios en los condados de Napa y Sanoma (California) así como en Canadá y Portugal, contribuyeron a que el número de hectáreas quemadas desde el inicio del año hasta octubre fuera 53 veces mayor que la media anual de los últimos 10 años.

A lo largo de 2017 se produjeron en todo el mundo un total de 301 catástrofes, un número inferior a las 329 que tuvieron lugar el año anterior. Estos hechos provocaron la muerte de unas 11.000 personas y dejaron sin casa a varios millones.

Según Swiss Re, las catástrofes de carácter natural fueron responsables de más de 8.000 víctimas, de las que 1.141 murieron o desaparecieron en los desprendimientos de tierra y las inundaciones en Sierra Leona. Los monzones y episodios de inundaciones aislados también causaron la muerte de 1.000 personas en India, Nepal y Bangladesh.

Estos datos son indicativos de la vulnerabilidad de un mundo cada vez más urbanizado frente a las inundaciones, según concluye el estudio de la reaseguradora.

La gran mayoría de las grandes aseguradoras y reaseguradoras internacionales, incluyendo la española Mapfre, han registrado en sus cuentas de 2017 notables impactos a causa de la incidencia anormalmente elevada de las catástrofes naturales y los desastres sobre sus cuentas.