Economía

S&P cambia la suerte de la deuda de Cataluña y abre la puerta a subirle la nota

S&P cree que el plan del Gobierno para facilitar el canje de la deuda a corto plazo de las regiones reducen el riesgo de impago en Cataluña

El presidente de la Generalitat, Quim Torra, junto al presidente del Gobierno hoy en funciones, Pedro Sánchez, en La Moncloa.

El presidente de la Generalitat, Quim Torra, junto al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez,, durante su última visita a La Moncloa. EP

Hace tiempo que Cataluña es considerado en los mercados de deuda el elemento más débil entre las regiones españolas. No en vano, las tres grandes agencias de calificación le otorgan la calificación más baja entre las asignadas a las distintas comunidades autónomas del país.

Sin duda, el desafío separatista, magnificado desde el pasado 1 de octubre, ha sido un elemento clave en la desconfianza con la que los mercados han mirado en los últimos tiempos la deuda catalana, sin descartar ni siquiera la posibilidad de impago. Pero también han sido los desequilibrios financieros acumulados en los últimos años los que desde 2015 solo haya recibido reveses por parte de las agencias de rating.

Sin embargo, la suerte de la deuda catalana podría registrar un llamativo vuelco. La agencia S&P, que desde 2016 mantenía la perspectiva del rating de Cataluña en territorio negativo -lo que es sinónimo de un elevado riesgo de recortes-, ha decidido este miércoles cambiarla a positivo, abriendo la puerta a una subida de calificación sin precedentes en los últimos tres años.

Cataluña no registra ninguna subida de calificación de deuda desde 2015

Las razones esgrimidas por S&P provienen de los planes del Gobierno de Pedro Sánchez de ofrecer a las comunidades autónomas facilidades para trocar su deuda a corto plazo que se considere estructural por financiación a más largo plazo.

Desde la agencia se muestran convencidos de que Cataluña, que cuenta con unos 4.800 millones de euros de deuda a corto plazo, será una de las regiones que se adhiera a este plan, ya que ésta era una petición habitual de la Generalitat en los últimos tiempos. Y aunque faltan muchos detalles que concretar sobre esta medida, S&P da por sentado que la nueva financiación "caerá posteriormente dentro del alcance de las líneas de liquidez del gobierno central, que cubren los vencimientos de deuda a largo plazo (pero no la deuda a corto plazo)".

Por esa razón, defienden, que, de concretarse, "esto reduce la probabilidad de que la tensión política actual entre el gobierno de Cataluña y el gobierno central de España pueda obstaculizar la capacidad de Cataluña para atender de manera completa y puntual su deuda".

Además, para S&P, más allá de esta medida concreta, los cambios políticos acaecidos en Cataluña y España en los últimos meses, con la formación del Gobierno de Joaquim Torra y el ascenso a la presidencia de Pedro Sánchez, respectivamente, son alentadores sobre la posibilidad de una comunicación más fluida entre ambas administraciones.

"En nuestra opinión, el mantenimiento de canales abiertos de comunicación directa entre los dos gobiernos probablemente indicaría una disminución de la probabilidad de una falta de coordinación que podría poner en peligro el servicio puntual de la deuda de Cataluña", señala la nota emitida por la agencia. Esta misma idea también ha sido planteada por los analistas de Moody's.

S&P tiene intención de tomar una decisión sobre una potencial subida de la deuda catalana en los próximos 90 días, aunque podría demorarse en función de los desarrollos sobre el plan de canje de deuda del Gobierno.

Una nota muy baja

En cualquier caso, la firma de calificación de riesgo es hasta el momento la que otorga una nota más baja a la deuda catalana, por lo que una subida del rating no supondría en ningún caso un salto notable de calidad. El B+ que asigna a los títulos de la región sitúan a ésta al mismo nivel que países como Argentina, Grecia, Kenia o Senegal.

Y una potencial subida de un escalón, hasta niveles de BB- la equipararía en calidad crediticia con República Dominicana, Vietnam o Bangladesh.

Además, la mayor parte de las agencias señala que la calificación actual de Cataluña está sostenida por la financiación que recibe por medio de los mecanismos de liquidez del Estado y que si el acceso a estos se viera en peligro la solvencia de la región se vería muy seriamente amenazada.

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