La banca no atraviesa su mejor momento y, pese haber saneado y fortalecido sus balances en los últimos años, su dificultad para mejorar su rentabilidad está en el punto de mito. Según un estudio de la consultora financiera alemana Zeb, las mayores exigencias de los reguladores, los costes relacionados con el impacto del Brexit, el aumento de las provisiones para cubrir el riego de activos tóxicos y los bajos tipos de interés reducirán la rentabilidad de los bancos europeos en un 40% en los próximos cinco años.

El año pasado, los 50 bancos más grandes de Europa -entre los que figura Santander y BBVA- lograron un beneficio después de impuestos de 118.800 millones de euros, según el estudio del que se hace eco Financial Times. 

Si bien la cifra duplica la registrada hace cinco años, la mejora fue impulsada únicamente por una reducción en los costes vinculados a litigios, los gastos de reestructuración y las provisiones para préstamos incobrables. Excluyendo esas partidas excepcionales, el beneficio operativo agregado en 2017 fue 3.500 millones inferior al de 2013.

El retorno medio sobre el capital (ROE) de los bancos fue del 7,1% -por encima del 3,9% del año previo, pero no significativamente inferior a su coste de capital, que, según Zeb, se sitúa en torno al 8,5%.

"Los bancos de Europa todavía están destruyendo capital", señala Florian Forst, socio de Zeb. Si se mantuviera la trayectoria actual, el retorno sobre el capital se deterioraría bruscamente, advirtió la consultora, cayendo a alrededor del 4,2% para 2022.

"Los esfuerzos de los bancos para reducir costes no han sido lo suficientemente severos, ya que no pudieron compensar [la] caída de los ingresos", agregó el socio de Zeb, Ekkehardt Bauer.