Los fallecimientos mueven cientos de millones de euros cada año. Gran parte de este dinero se canaliza a través de los conocidos como seguros de deceso, aquellos que a día de hoy tiene contratada prácticamente la mitad de la población española --21,5 millones de personas-- para costear el sepelio llegado el momento. Cada hora se celebran 20 sepelios atendidos por estos seguros, de modo que el pasado año las funerarias ingresaron por esta vía unos 900 millones de euros.

Se trata de una cifra que duplica la registrada en 2006, en parte porque el envejecimiento de la población se refleja en un mayor número de muertes --casi 450.000 en 2018, la cifra más alta desde al menos 2003, de los que un 60% se pagó con un seguro de deceso--, pero también por la calidad de las prestaciones que a día de hoy solicitan los asegurados.

Ahora bien, no todos los sepelios tienen el mismo coste. Y, del mismo modo que existe un patrón geográfico que muestra que las provincias del sur son más propicias a contratar estos seguros que las del norte, se observa que son Cataluña y Madrid las comunidades autónomas en las que más caro sale el fallecimiento. Y de entre todas las provincias, una resalta como la más cara de todas: Girona.

Así lo pone de manifiesto el Informe Estamos Seguros correspondiente al año 2018 que elabora la patronal de las aseguradoras Unespa. El documento no aporta cuál es el valor medio del sepelio. Aclara que la mayor parte de los costes asumidos por los seguros de decesos se corresponde con los gastos del entierro.

Ahora bien, también depende de si el enterramiento se produce en la misma localidad de la persona fallecida, si hizo falta un traslado nacional o si fue necesario realizar algún tipo de traslado fuera de España. Son esos elementos los que introducen fundamentalmente mayores diferencias en el coste de los sepelios.

Con esa introducción, Unespa explica que en Girona el coste supera en un 29,2% la media nacional, por delante de ciudades como Madrid (27,4%), Barcelona (20,7%) y Lérida. En la parte opuesta de esta comparativa estarían Zamora, donde el coste es un 39,7% inferior a la media nacional, Ceuta (-39,4%) y Melilla (-36,6%).

En cambio, si se toma como referencia el número de habitantes, localidades madrileñas de más de 50.000 como Rivas-Vaciamadrid o San Sebastián de los Reyes presentan costes casi un 60% superiores a la media nacional. Dando un salto a las ciudades de más de 250.000 habitantes, las máscaras vuelven a ser Madrid (+59,1%), Vigo (+33%) o Valencia (27,9%).