¿Dónde está el gasto farmacéutico? Los extremeños consumen 23 recetas al año, ocho más que Baleares

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha publicado este jueves el segundo de los seis estudios sobre evaluación del gasto público (Spending Review) que ha elaborado, centrado en esta ocasión en el coste de los medicamentos dispensados a través de receta médica que se realiza a través del copago farmacéutico.

La Autoridad Fiscal ve un margen de ahorro de entre 1.000 y 2.000 millones de euros, sobre los 10.000 millones alcanzados en 2017, año de referencia, y que suponen uno de cada siete euros del gasto en Sanidad.

¿Cuál es el problema? De un lado, existen ineficiencias en el sistema de fijación de los precios de los medicamentos, pero también una clara mejora en las prácticas de prescripción. Porque no hay una relación directa entre mayor gasto en farmacia y mejor cobertura.

En este sentido, resalta un exceso de consumo de fármacos, que se evidencia especialmente en el uso de antibióticos, pero dentro gran disparidad en la prescripción de medicamentos entre las diferentes comunidades autónomas, sobre las que recae el 92% del gasto farmacéutico.

De este modo, en un ranking del consumo por regiones medido como el número de recetas per cápita (con población ajustada), resulta que los extremeños consumen 23,2 recetas al año, por delante de valencianos (22,2) o gallegos (21,5), frente a las comunidades autónomas en las que menos recetas se dispensan por persona: Baleares (15,6), País Vasco (16,8) o la Comunidad de Madrid (16,9).

De un lado, como en términos globales, que una comunidad autónoma cuente con mayores niveles de consumo de fármacos tiene que ver con los mayores o menores índices de envejecimiento, también con los de renta per cápita, pero en último término se explica por una falta de homogeneidad en los sistemas de prescripción.

De un lado, en las comunidades más ricas, los ciudadanos acuden más en la atención primaria a los médicos de sus  seguro privado, con lo que al llegar a la farmacia, en tanto que la receta no ha sido dispensada por los servicios públicos, no tienen derecho a reembolso por parte de Sanidad y eso reduce el gasto.

Además, AIReF recalca que hay diferencias en las políticas de prescripción de recetas que hay que corregir. ¿Cómo? Es un campo en el que la Autoridad Fiscal prevé trabajar a lo largo de 2019.  De momento, propone introducir la obligatoriedad de ligar la prescripción con el diagnóstico o diseñando una guía de prescripción.

Ineficiencias, inequidad

Por otro lado, además del factor volumen de prescripciones, la AIReF llama la atención sobre el que tiene que ver con la composición. Porque en España, aunque el porcentaje de medicamentos genéricos es creciente, no se alcanza los ratios de los países de la OCDE.

Actualmente, los genéricos representan el 43% del consumo de medicamentos financiados y suponen el 22% del gasto total, 13 puntos porcentuales por debajo del promedio de países como Alemania y Reino Unido.

Además, la Autoridad Fiscal ha detectado que el actual sistema de copago se penaliza a los activos de bajos ingresos que hacen uso intensivo del sistema de salud, con lo que considera que un límite máximo de gasto anual para este colectivo podría resultar en mayor equidad.

El informe resalta que, para rentas inferiores a los 18.000 euros, la subvención efectiva para los trabajadores es del 59%, unos 37 euros al año; frente al 93% para los pensionistas, alrededor de 47 euros.

Además, a medida que van aumentando las rentas, mientras que para los activos este porcentaje se reduce hasta el 37%, al menos en el caso de los pensionistas el nivel de subvención se mantiene por encima del 90% para las rentas hasta 100.000 euros.