La economía mundial se para. Los datos que así lo evidencian se amontonan día tras día y las distintas firmas de análisis se apresuran a ajustar sus previsiones a un entorno menos halagüeño de lo que se esperaba hace tan sólo unos meses.

Este lunes ha sido la agencia Fitch la que ha puesto números a la desaceleración del crecimiento global. Y en ellos se reflejan las peores cifras desde hace ocho años. Los analistas de la firma estiman que la economía mundial crecerá en 2019 un 2,6% y en 2020 un 2,5%, recortando en dos décimas, en ambos casos, lo estimado en su anterior informe del pasado mes de junio.

"La perspectiva para la economía global se ha deteriorado significativamente debido a la escalada en la guerra comercial entre Estados Unidos y China", advierte la agencia, recordando que la cifra de 2020 apunta a ser la baja desde el año 2012, cuando la crisis del euro puso en riesgo a la Eurozona.

La agencia recorta con intensidad sus propias previsiones del pasado junio ante el impacto de la guerra comercial

Los analistas de la agencia advierten de que las secuelas de la guerra comercial que mantienen desde hace varios meses Estados Unidos y China y que se ha intensificado en los últimos tiempos se extienden a la casi totalidad de las economías mundiales, provocando un golpe del que apenas hay precedentes desde la gran recesión de los años 30 del siglo pasado.

"El impacto de las interrupciones de la política comercial se siente con fuerza en las economías altamente abiertas, incluida Europa, donde las preocupaciones se ven exacerbadas por los crecientes temores de un Brexit sin acuerdo. Puede haber pocos precedentes desde la década de 1930 de que las perspectivas económicas mundiales se vean afectadas de manera tan significativa por las interrupciones de la política comercial", alerta Brian Coulton, economista jefe de Fitch.

En este escenario, Fitch ha recortado sus previsiones de crecimiento para las principales regiones económicas mundiales. Así, en el caso de Estados Unidos espera ahora que crezca un 2,3% este año y un 1,7% el próximo, una décima menos en ambos casos que lo estimado previamente.

Más duro será el frenazo de China, que ve recortadas sus expectativas de crecimiento en 2019 una décima, hasta el 6,1%, pero que crecerá en 2020 un 5,7%, tres décimas menos que lo proyectado en junio.

Por su parte, la Eurozona se dirige hacia un crecimiento del 1,1% tanto este año como el próximo, lo que supone una y dos décimas menos de lo proyectado previamente.

España no sale inmune a la desaceleración de la región y ha visto recortadas sus estimaciones de crecimiento para 2019 hasta el 2,1%, dos décimas menos que lo proyectado en junio, mientras que la previsión de 2020 se mantiene sin cambios en el 1,7% y la de 2021 se eleva dos décimas hasta el 1,8%.

"Esperamos que la economía nacional siga siendo resistente. Hasta ahora, el consumo ha sido respaldado por el alto empleo, el crecimiento salarial y el impulso a los ingresos del reciente aumento del salario mínimo", estima la agencia, que sin embargo espera un freno del consumo privado a medida que pierda tracción la economía.

Aunque espera que evite la recesión, Fitch estima que Alemania sólo crecerá un 0,6% este año, lo que lastra a la Eurozona

Fuera de España son especialmente reseñables los frenazos de Alemania e Italia. Mientras la locomotora germana está previsto que crezca un 0,6% en 2019 (tres décimas menos que lo anticipado en junio), las previsiones para 2020 sufren un hachazo de seis décimas, hasta el 0,8%. Por su parte, para Italia se espera que tenga un crecimiento nulo este año y que acelere al 0,4% al siguiente, lo que supone un recorte de una décima sobre ambas cifras.

Desde Fitch observan que, aunque la desaceleración de la economía en los últimos trimestres ha estado impulsada por muy diversos factores, el frenazo de los últimos meses cabe acharlo, casi en exclusiva, a la guerra comercial. Y, lo que es más preocupante, no parece que pueda resolverse con nuevas políticas de estímulo por parte de los bancos centrales.

"Los nuevos descensos en el crecimiento global que estamos anticipando en los próximos 12-18 meses están impulsados ​​casi por completo por la política comercial y es poco probable que se neutralicen por el cambio rápido y de base amplia a la flexibilización de la política monetaria observado este año", indican.