La imagen de los bancos en los tribunales se ha convertido en una estampa habitual en los últimos años, para pesar del sector. Este martes, será CaixaBank el que se enfrenta a un nuevo juicio por una demanda colectiva, por la comercialización de hipotecas multidivisa.

La entidad que preside Jordi Gual está citada a las 10 de la mañana en el juzgado de lo Mercantil número tres de Barcelona para responder frente a la demanda colectiva interpuesta por la Asociación Asufin, que reclama la nulidad de la cláusula, el resarcimiento a los afectados de las cantidades cobradas y, lo que es más importante, el cese de su comercialización futura.

La mayor parte de las hipotecas de CaixaBank que incluyen esta cláusula provienen del negocio de Barclays en España, adquirido a finales de 2014. A falta de datos oficiales, desde Asufin estiman que la entidad de origen británico cuenta con un 13% del mercado de hipotecas multidivisa, lo que se correspondería con algo más de 9.000 afectados, aunque desde la entidad aseguran que la cifra es considerablemente inferior y que en este caso apenas se juzga una decena de casos.

Asufin explica que alrededor de unos 1.000 afectados por la entidad se han puesto en contacto con ellos. No obstante, en esta demanda no está adherido ningún particular, ya que la asociación entiende que así se agiliza el proceso.

Asufin estima que existen alrededor de 9.000 afectador por estas hipotecas comercializadas por Barclays

El mercado de las hipotecas multidivisa experimentó un notable auge comercial entre 2007 y 2008, bajo el reclamo de que ofrecían unas tasas de interés más ventajosas. Sin embargo, la evolución de las divisas a las que quedaban referenciadas esos créditos -principalmente el yen japonés y el franco suizo- podía motivar grandes variaciones del importe adeudado, como así sucedió cuando la crisis de la Eurozona provocó una fuerte depreciación de la cotización del euro.

Desde entonces han sido numerosos los casos que han terminado en los tribunales. Este verano, la propia CaixaBank recibió una sentencia en contra en una demanda particular en la que el Tribunal Supremo consideró que el producto no había sido comercializado de forma transparente.

El alto tribunal, que ya ha fallado en contra de hasta cinco entidades, ya decretó en noviembre de 2017 la nulidad parcial de estos productos si se demostraba que su comercialización no había cumplido unos estándares mínimos de transparencia.

Ahora Asufin aspira, no obstante, a obtener una victoria completa en los tribunales que declare la nulidad absoluta de las hipotecas en divisas. Patricia Suárez, presidenta de Asufin, defiende que algunos aspectos de las clásulas de estos productos resultan incomprensibles incluso desde un punto de vista gramatical y que, incluso, las partes gramaticalmente entendibles eran de difícil comprensión para un ciudadano medio.

El principal problema, para la mayor parte de los afectados, "es que no fueron informados de que el riesgo de tipo de cambio no solo impactaría en la cuota mensual, sino en el importe total del préstamo", sostiene Suárez.

Desde la asociación explican que la posibilidad que se le ofrecía al cliente de transformar la hipoteca a euros durante la vigencia de la misma resultaba engañosa, ya que al hacerlo consolidaba el incremento de la deuda que se había producido por la variación de la divisa.

"Como ejemplo de lo que esto supone, un cliente que hubiera contratado una hipoteca en enero de 2008 por importe de 200.000 euros indexados a yenes, debería en noviembre del mismo año 265.165 euros. El cliente podría haberse cambiado a euros en ese momento, pero estaría consolidando la deuda el 33% más de lo que realmente pidió. No habría corrido mejor suerte si hubiera optado por francos suizos: en agosto de 2011 debería el 37% más y en enero de 2015, cuando el Banco Nacional Suizo liberó el cambio con el euro, en 24 horas su deuda habría incrementado un 23%", remarcan.

Suárez asegura que en muchos casos este encarecimiento ha derivado en ejecuciones hipotecarias que podrían haberse evitado si las cuotas se hubiesen expresado en euros.

La asociación está pendiente de la llegada a juicio de procesos idénticos abiertos contra Bankinter y Popular

La demanda colectiva contra CaixaBank es sólo la primera que llega a juicio de las tres presentadas por Asufin por esta cuestión. La asociación también ha abierto un proceso similar contra Banco Popular y contra Bankinter, el gran dominador de este mercado, que están aún pendientes de llegar a juicio.

Una sentencia favorable en estos casos allanaría el camino judicial a los afectados, pero estos necesitarían seguir reclamando de forma particular, como ya sucedió con la sentencia contra las cláusulas suelo de mayo de 2013.

El mercado hipotecario ha sido uno de los principales campos de batalla de clientes y asociaciones contra las entidades financieras, que han tenido que enfrentarse ya a múltiples procesos judiciales por estos productos -con consecuencias millonarias-, en cuestiones como las cláusulas suelo o la polémica sobre los Actos Jurídicos Documentales (AJD).

El último lío judicial relativo a la comercialización de hipotecas, ha sido el relacionado con las hipotecas vinculadas al IRPH, en el que el abogado del Tribunal de Justicia de la Unión Europea se ha pronunciado ya a favor de que este índice se pueda considerar abusivo si no fue comercializado de forma transparente.

En este contexto, la propia CaixaBank ha sido el primer banco en adherirse a un programa voluntario, abierto ya en los juzgados de Barcelona y Pamplona, para resolver a través de pactos exprés los litigios por hipotecas, según informaba recientemente Cinco Días.