No corren buenos tiempos para el negocio de Santander en Reino Unido. El anuncio lanzado la semana pasada por la entidad que preside Ana Botín de que tendrá que asumir un golpe de 1.500 millones en su resultado por el deterioro de las perspectivas de su filial británica ha puesto números al declive de un negocio que ya era patente desde hace varios trimestres.

Estas pruebas de debilidad no han pasado desapercibidas para los inversores. En los días posteriores, el coste de los seguros contra impago (CDS) de Santander UK se elevó de forma abrupta, superando los 80 puntos básicos y rozando sus máximos desde 2017.

Aunque el movimiento se ha revertido en parte en los días posteriores, los 74 puntos básicos a los que cotizan actualmente estos productos que son utilizados por los inversores para cubrirse del riesgo de crédito representan más del doble de los niveles en que se encontraban hace cerca de 18 meses.

Tras repuntar a finales de 2018, los CDS de Santander UK se han mantenido estables este año, sin aprovechar la mejora de su matriz

Lo cierto es que el origen de este repunte data de finales de 2018, cuando las negociaciones para el Brexit de Reino Unido parecían enfilar una senda crítica -moción de censura a Theresa May incluida- y las preocupaciones sobre la situación de la economía mundial se encontraban en su máximo apogeo.

Entonces, el repunte de los CDS de Santander UK fue replicado -aunque con menor intensidad- por los de la deuda del grupo en España. Sin embargo, desde entonces, el rumbo de ambos ha diferido de forma notable, generando una brecha a favor de los CDS de Santander España sin precedentes en los últimos años.

Algunas fuentes financieras, explican, no obstante, que el seguro contra impago de Santander en Reino Unido está vinculado a una emisión con baja liquidez, por lo que sus movimientos pueden resultar más agudos, sin que eso represente con exactitud la visión sobre el banco.

Tradicionalmente, el mercado ha tendido a considerar más segura la deuda de Santader UK, por la mayor solidez de la economía británica. Sin ir más lejos, a mediados de 2018, cotizaban hasta 40 puntos básicos más baratos que los de su matriz. Ahora, no obstante, las tornas han cambiado de forma ostensible, hasta el punto de que prácticamente duplican

Aunque los bancos llevan tiempo preparándose para la contingencia de un Brexit caótico desde hace mucho tiempo, entre los inversores impera el temor a que sus negocios se vean fuertemente golpeados por un evento de este calado, según explican varios analistas.

Tras el ajuste anunciado la pasada semana, el coste de estos seguros repuntó hasta rozar sus niveles más altos desde 2017

La propia Santander achacaba, en parte, a las incertidumbres desatadas por esta amenaza el ajuste anunciado la pasada semana. La perspectiva de que Reino Unido rompa sus lazos con la Unión Europea sin ningún tipo de acuerdo va ganando fuerza a medida que se aproxima la fecha límite del 31 de octubre sin que ninguna de las partes se muestre dispuesta a ceder para resolver las diferencias reinantes.

En esa tesitura, Santander UK no ha podido beneficiarse de la menor percepción de riesgos que sí han evidenciado los CDS de su matriz, que han recortado alrededor de 40 puntos básicos desde el inicio de 2019.

La puesta en marcha por parte del Banco Central Europeo (BCE) de nuevas medidas de soporte a la banca, a través de nuevas subastas de liquidez a largo plazo y, más recientemente, de un sistema escalonado en los tipos negativos para aliviar los cargos que debe pagar el sector por su liquidez sobrante han generado un entorno favorable para que los inversores relajen cualquier preocupación por la solidez de la banca europea.

En cualquiera de los casos, los niveles a los que cotizan los CDS de Santander y ni siquiera los de Santander UK se aproximan a los de escenarios de máxima tensión, como los que se vivieron durante la crisis del euro, cuando el coste de los seguros contra impago de la filial británica llegaron a superar los 400 puntos básicos.