El Gobierno asienta su revolución verde con unas bases más ambiciosas. El Ministerio para la Transición Ecológica, comandado por la también nueva vicepresidenta Teresa Ribera, ha elevado algunos de los objetivos y de las previsiones contemplados en la nueva versión del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030, que es la hoja de ruta empezar a transformar el modelo económico y energético del país durante la próxima década para combatir la crisis climática.

El nuevo borrador del PNIEC, que será remitido a la Comisión Europea con los compromisos españoles a medio plazo, contempla un nuevo objetivo de reducción de emisiones de CO2 del 23% (frente al 21% de la primera versión) en relación a los niveles que tenía el país en 1990. La nueva senda planteada por el Gobierno de Pedro Sánchez se hace más ambiciosa justo después de declarar la emergencia climática en el país.

El nuevo objetivo de rebaja de emisiones implica pasar de los 340,2 millones de toneladas de CO2 equivalente (MtCO2-eq) emitidos al finalizar el año 2017 a los 221,8 MtCO2-eq en 2030. Esto es, se retira una de cada tres toneladas de CO2 equivalente entre el momento actual y 2030. Proporcionalmente, es un esfuerzo de mitigación de emisiones muy superior al objetivo actual de la Unión Europea del 40% para 2030 y se encuentra plenamente alineado con la horquilla 50-55% al que se dirige la Unión.

El nuevo objetivo es consecuencia, entre otros factores, de la suma de más energía solar fotovoltaica de la inicialmente prevista (con casi 2.400 megavatios, MW, adicionales frente a la anterior redacción). Un ligero incremento que mantiene los objetivos de llegar a 2030 con las renovables concentrando un 74% de la generación eléctrica y un 42% del consumo total de energía final.

Se trata de un auténtico boom renovables el que augura el Gobierno en la próxima década. De aquí a 2030 se duplicará la eólica (con una potencia al final de la próxima década de casi 50.300 megavatios, MW), se multiplicará por siete la fotovoltaica (ahora hasta los 39.180 MW en 2030), se triplicará la termosolar (hasta 7.300 MW), casi se triplicará la biomasa (con 1.677 MW) y España se iniciará en la geotermia (30 MW) y en las energías del mar (50 MW).

Inversiones de 241.000 millones

La nueva hoja de ruta del Gobierno de coalición progresista incrementa las inversiones previstas para cumplir estos objetivos hasta los 241.000 millones de euros, frente a los 236.000 millones que se calculaban hasta ahora.  El 80% de las inversiones las realizaría el sector privado y el 20% el sector público.

Según el estudio de evaluación de impacto del PNIEC, el PIB respecto al escenario sin el plan aumentaría entre 19.500 y 25.700 millones de euros al año a lo largo de la década (el máximo anteriormente previsto era de 25.100 millones), lo que representa un aumento del 1,8% en 2030. 3. El impacto sobre el empleo respecto al escenario sin plan sería de 253.000- 348.000 empleos netos en empleo anual no acumulado, lo que representa un aumento del 1,7% en 2030.

Otro de las variaciones es la mejora de los cobeneficios para la salud previstos en el nuevo PNIEC, ya que en la última versión de espera una reducción del número de muertes prematuras debidas a la contaminación atmosférica de alrededor de 2.400 muertes menos menos en el año de 2030, un 27% menos que si no se tomaran medidas. En la versión previo la estimación era de un recorte de 2.200 muertes prematuras.

El PNIEC contempla los objetivos intermedios para una década que se enmarcan en la estrategia a largo plazo que debe llevar a España, como a toda la Unión Europea, a una economía con neutralidad climática en 2050 gracias a la reducción de al menos un 90% de las emisiones brutas totales de gases de efecto invernadero. Y además, en ese mismo horizonte de 2050, ha de conseguirse un sistema eléctrico 100% renovable.