La salida de Reino Unido de la UE arranca este viernes. Tras años de vaivenes e incertidumbre permanente, el panorama se despeja y comienza una autoexclusión pactada, ordenada y paulatina –se prolongará durante casi un año-. Y ahora que se disuelve los temores a un Brexit por las bravas y sin acuerdo, Ferrovial –una de las empresas españolas con más exposición al mercado británico- se muestra tranquila sobre la evolución de sus negocios e incluso prevé que haya más oportunidades de crecer.

“Soy más positivo que negativo”, ha apuntado el consejero delegado de Ferrovial, Ignacio Madridejos, en la presentación del nuevo plan estratégico del grupo entre 2020 y 2024. “El fin de la incertidumbre permite esperar que haya un aumento de las inversiones de infraestructuras en el corto plazo. Ya  hay proyectos anunciados”.

Líneas de tren de alta velocidad, proyectos urbanísticos en Londres, nuevas infraestructuras previstas en el norte del país e incluso la ampliación del aeropuerto de Londres-Heathrow, el coloso aéreo que gestiona la propia Ferrovial. Son oportunidades de negocio que, lejos de los miedos tan evidentes de los últimos años, ahora se convierten en esperanzas de crecer en Reino Unido.

Ferrovial aspira a seguir optando en el país a proyectos como el logrado recientemente, un contrato de unos 1.000 millones de euros para construir un túnel de autopista bajo el río Támesis en el centro de Londres. La compañía está a la espera de que se apruebe el proyecto de ampliación, con la construcción de la tercera pista, del de Londres-Heathrow, en el que tiene una participación del 25%. El grupo cuenta con otros tres aeropuertos regionales en el país, en los que participa al 50%, los de Glasgow, Southampton y Aberdeen.

Vender Amey, sí; Heathrow, no.

Crecer en Reino Unido, sí, pero sólo en infraestructuras y construcción. Y es que la nueva hoja de ruta de Ferrovial para el próximo lustro confirma su intención de abandonar el negocio de servicios y consagra su estrategia de ir vendiendo sus filiales en este negocio por países. También la filial británica, Amey, para la que la compañía de la familia Del Pino busca comprador.

El nuevo plan estratégico, denominado Horizon 2024, incluye la venta de activos no estratégicos o infraestructuras que se consideren ya maduras en los próximos años. Unas desinversiones de las que la cúpula de Ferrovial excluye dos de sus joyas de la corona, la autopista canadiense ETR 407 y también Heathrow.

Sin embargo, en el caso del aeropuerto londinense, la compañía advierte de que “seguirá muy de cerca” las decisiones del Gobierno británico sobre la ampliación de la instalación y sobre la política de tasas aéreos.

Horizonte 2024: crecer en infraestructuras

Los planes de Ferrovial pasan por centrar el crecimiento del grupo en el negocio de concesiones de infraestructuras. De momento, la compañía prevé ingresos de 4.000 millones de euros en dividendos de sus participadas en cinco años, de los que casi 3.300 millones corresponden al negocio de autopistas.

La gran baza para crecer a partir de ahora es centrarse en el desarrollo de infraestructuras de transporte que incluyan su construcción y posterior explotación (proyectos greenfield) y hacerlo en sus ocho países estratégicos: Estados Unidos, Canadá, España, Reino Unido, Polonia, Chile, Colombia y Perú.

De hecho, la compañía tiene identificados proyectos por los que competir en estos grandes mercados valorados en 12.000 millones de euros, de los que unos 10.000 millones corresponden a autopistas. La expansión de su negocio de gestión de aeropuertos sí que contempla buscar oportunidades en nuevos países en los que aún no está presente.

Ferrovial aspira también a reforzar este crecimiento aprovechando las oportunidades de inversión y negocio que generen los nuevos retos medioambientales. Así, sopesará negocios en materia de movilidad, como los que ya tiene con la firma de carsharing Zity y la aplicación Wondo, y en concesión de líneas de transmisión eléctrica.

Un plan de ajuste de 200 millones

La hoja de ruta del grupo de los Del Pino también contempla un plan de ajuste de costes de unos 200 millones de euros en los próximos cuatro años, a razón de 50 millones cada ejercicio. "Seremos una empresa más pequeña y más eficiente", resume el consejero delegado de la corporación. Se busca “evitar duplicidades y digitalizar procesos”, singularmente en el área corporativa.

Ferrovial confía en que 2019, ejercicio que muy probablemente registró números rojos por el saneamiento de sus filiales del área de Servicios y por los ajustes derivados de la venta de este negocio en Australia, sea constituya un punto de inflexión a partir del cual volver a ganar dinero. En concreto, las previsiones de la compañía auguran que el beneficio bruto de explotación (ebitda) registrará incrementos anuales del 11% durante el próximo lustro.