En el país de los bares cada vez cierran más barras. España, potencia mundial de la caña y el pincho, ha perdido uno de cada diez bares de los que tenía hace una década. Los que echan la persiana son especialmente los bares de siempre, los bares de viejo, pequeños, los Casa Paco o Bar Carrasco de cada barrio o cada pueblo.

No es sólo una impresión. La fría estadística oficial constata negro sobre blanco con datos la sangría del contingente de locales que tienen licencias de establecimiento de bebidas, que son las que corresponden a bares que no llegan a restaurantes y también a pubs o pequeñas discotecas.

España ha perdido exactamente un total de 21.490 bares en la última década, a razón de unos 2.000 cada año. Y en este caso, la media es casi exacta y persiste un año tras otro de manera casi constante, según los últimos registros del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Madrid ha perdido casi 3.500 bares desde 2010; Andalucía y Cataluña, más de 2.500; Castilla y León y Galicia, más de 2.000

“Están cerrando muchos bares, es así. Pero que nadie se alarme, sigue habiendo muchos en España. Muchos”, tranquiliza el secretario general de la patronal Hostelería de España, Emilio Gallego. Y es que el país de los bares sigue siéndolo, y la vitola no parece amenazada de momento. A finales del año pasado había en activo un total de 181.230 locales dedicados al servicio de bebidas en todo el país, un 11% menos en diez años, según el INE. Siguen siendo legión, aunque mermada desde los casi 203.000 bares que servían cañas en 2010.

La ratio española sigue siendo imbatible en el mundo entero: aún hoy tocamos a 259 españoles por cada bar en activo, y son 179 paisanos por cada local hostelero del país (incluyendo bares y restaurantes). “La estructura del sector es absolutamente diferencial con los países de nuestro entorno y con desarrollo económico similar. Somos una auténtica excepción”, sentencian desde la Confederación Empresarial de Hostelería de España.

Desde el sector hostelero se vincula el cierre masivo de barras de bar a causas tanto demográficas como estrictamente profesionales y económicas. Por un lado, el envejecimiento de la población y la propia despoblación en algunas zonas arrastra a parte de los bares hacia el cierre. Por otro, la profesionalización del sector crece y se opta por abrir restaurantes, más grandes y con las opciones comerciales que el bar de toda la vida.

“En muchos pueblos que se van despoblando el bar es el último reducto económico, la última actividad comercial. Pero muchos ni así pueden aguantar. Muchos de los cierres se concentran en los pueblos”, sostiene Gallego. “La despoblación y el envejecimiento hace en algunas zonas de España el cierre de establecimientos sea mayor”.

Asturias es la que sufre una mayor caída del número de bares, un 17% en una década, perdiendo algo más de un millar de establecimientos. Cantabria (-15,2%), La Rioja (-14,7%), Castilla y León (-14,2%), Castilla-La Mancha (-14%) y Galicia (-13,6%) son otras regiones con mayor proporción de cierres [ver mapa] y que el propio sector vincula con el cambio profundo en la pirámide de población y en el número de habitantes en parte de su territorio.

Pero la tendencia no está ligada sólo a la despoblación o se circunscribe a territorios ligados al concepto de la España vacía o vaciada. La Comunidad de Madrid también está en el podio de las regiones con una mayor pérdida de establecimientos de bebidas, un 15,2%, y la patronal también lo vincula en parte con movimientos demográficos vinculados a las tendencias inmobiliarias y habitacionales.

“En las grandes ciudades ha habido en la última década o dos décadas una redistribución de la población”, apunta el secretario general de Hostelería de España. “En el caso de Madrid los cierres de bares se concentran en algunos barrios de Villaverde, Carabanchel o Vallecas, mientras que en otras zonas como Las Tablas, Montecarmelo o los PAU se concentran la apertura de locales, en este caso restaurantes”.

Menos bares, más restaurantes

Y es que la pérdida de bares en toda España tiene el reflejo contrario en el crecimiento número de restaurantes en todo el país. Frente a la pérdida de casi 21.500 bares en diez años, en ese periodo España ha sumado 8.919 restaurantes más.

Se trata de locales con una licencia de restaurante que implica cumplir con más requisitos y obliga a más inversión (salidas de humo independientes por el tejado del inmueble, por ejemplo), pero que también ofrecen más oportunidades comerciales: más tamaño, más servicios, más oferta… y, en principio,  más rentabilidad potencial.

Navarra tiene un bar más que hace diez años. Baleares es la única región de España con más restaurantes que bares

“Muchos de los bares que cierran son micropymes o directamente autoempleo. Y muchos de ellos se están sustituyendo por restaurantes, que son establecimientos de más tamaño, más profesionalizados, con más trabajadores…”, indica Gallego. “Se cierran empresas muy pequeñas y se abren otras con un tamaño de media mucho mayor. Si midiéramos la evolución del sector hostelero por los metros cuadrados de sus locales se vería que en estos diez años que se ha crecido, pese a que haya menos establecimientos”.

Al cierre del año pasado España contaba con 80.736 restaurantes y puestos de comida, casi 9.000 más en una década 8un 12% más). En total, el país cuanta con casi 262.000 establecimientos hosteleros, sumando los contingentes de bares y restaurantes, unos 12.600 menos que los que funcionaban en 2010.

Entre tanta evolución común en toda España, algunas excepciones. Dos regiones rompen las grandes tendencias del sector hostelero patrio. Por un lado, Navarra es la única comunidad que no pierde bares en una década, sino que incluso gana un establecimiento en relación a 2010 (con un matiz, porque el añoi pasado sí perdió 70 bares en relación a su récord histórico de 2018, hasta quedarse en los 2.063 establecimientos).

Por otro, en el conjunto de España el número de bares más que duplican el de restaurantes, y en todas las comunidades autónomas los establecimientos de bebidas son mucho más numerosos que los de comidas. En todas, menos en Baleares: en las islas actualmente hay 5.185 restaurantes por 3.764 bares y la situación no deja de afianzarse con los años (en la última década, en el archipiélago hay 529 restaurantes más y 522 bares menos).