Estación de servicio de Cepsa.
Cepsa sufre unas pérdidas de 556 millones de euros en sólo tres meses por las medidas excepcionales para hacer frente a la crisis del coronavirus y al desplome del precio del petróleo, frente al beneficio de 151 millones obtenido en el primer trimestre del año. Sin tener en cuenta este impacto extraordinario, el beneficio neto ajustado fue de 85 millones hasta marzo, un 31% menos que el año pasado.
La petrolera ha ejecutado ajustes contables millonarios que lastran sus cuentas, con una provisión de 350 millones por el menor valor de sus inventarios de crudo y un deterioro de activos de exploración y producción por otros 188 millones. En total, un golpe extraordinarios de 538 millones.
Cepsa -controlada por Mubadala, el fondo soberano de Abu Dabi (61,5 %), y el fondo estadounidense Carlyle (38,5 %)- lanza un millonario plan de ajuste para hacer frente al desplome del consumo por la crisis sanitaria y a la caída del precio del crudo.
La compañía ha puesto en marcha un recorte de los gastos operativos fijos de todas sus unidades de negocio para ahorrar 100 millones este año, también ha recortado un 20% sus inversiones previstas para el ejercicio, con un tijeretazo de 210 millones y ha dejado en suspenso su decisión sobre reparto de dividendo hasta que se despeje la incertidumbre.
En paralelo, Cepsa ha lanzado un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que afectará a 2.500 empleados de su red de gasolineras, la segunda mayor de España con más de 1.500 puntos tras la de Repsol. La compañía asegura que ofrece “flexibilidad en la reestructuración de los equipos de cada una” de sus estaciones de ellas, sin que esto afecte a los empleos.
El ERTE, que entró en vigor el pasado 29 de abril y se alargará hasta el 31 de octubre se aplicará en concreto en la filial Cedipsa, encargada de gestionar las 479 estaciones de servicio propias de Cepsa (otro millar se explotan con su marca pero son propiedad de abanderados y gestores independientes) y con una plantilla de casi 3.200 trabajadores.
El ajuste de empleo es rotatorio, con 2.500 trabajadores afectados pero con sólo 1.200 de manera simultánea. Cepsa se ha comprometido a mantener el sueldo fijo íntegramente a los empleados afectados por el ERTE. La compañía ha solicitado el expediente de empleo no por razones de fuerza mayor, sino por razones organizativas y de producción.
"Los resultados del primer trimestre del año nos muestran, sin duda, la realidad del mercado de cara a los próximos meses. Estamos experimentando una doble crisis, la de suministro de petróleo que ha hundido los precios y una segunda del COVID-19 que ha causado una muy importante caída en la demanda al final del trimestre”, apunta Philippe Boisseau, consejero delegado de Cepsa. “Hemos activado diferentes medidas para mantener la solidez de la compañía en este nuevo escenario”.
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