España se ha llenado durante los últimos meses de aeropuertos fantasma. La paralización casi total del transporte por las restricciones a la movilidad durante el estado de alarma y cierre de las fronteras para evitar contagios ha vaciado durante este tiempo las terminales. Pero algunos aeropuertos se han convertido en la gran puerta de entrada del material sanitario necesario para combatir la epidemia y de los equipos de protección.

Desde que se decreto el estado de alarma el 14 de marzo y hasta el 9 de junio, algo menos de tres meses, España ha recibido 498 de vuelos de carga dedicados exclusivamente al transporte de material sanitario, según los datos de Enaire, el grupo público encargado de la gestión del control aéreo en el país. Esto es, durante tres meses se ha registrado casi cinco vuelos diarios para traer carga sanitaria.

A los casi 500 vuelos cargueros se suman, además, los aviones de pasajeros que en los últimos meses han operado vuelos de repatriación de españoles o residentes que estaban en el extranjero o de ciudadanos de otras nacionalidades que debían volver a sus países de origen.  Durante el estado de alarma, Enaire ha gestionado 99 vuelos de repatriaciones con destino a España y otras 84 operaciones a destinos fuera del país.

En total, en estos menos de tres meses los controladores de los centros en España han gestionado un total de 681 vuelos autorizados por la Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA) en pleno parón del transporte aéreo para poder importar el material sanitario imprescindible y para realizar las repatriaciones y otros traslados con razones de fuerza mayor.

El desplome del tráfico aéreo es casi total. Durante el mes de mayo, Enaire ha gestionado 12.000 vuelos, con un hundimiento del 93,8% en relación a los niveles del mismo mes del año pasado. No obstante, el gestor comienza a aumentar el nivel medio de movilidad nacional a medida que avanza la desescalada y ello se refleja en los vuelos domésticos, que bajan menos (un 89,5%, con 3.937 en mayo) que los internacionales (un 95,4% menos, con 5.286) y los sobrevuelos, que no tienen su origen ni destino en un aeropuerto español (un 93,1% menos, con 2.769).