Los coches del Congreso de los Diputados van a ir a llenar el depósito siempre a gasolineras del grupo Repsol. La Mesa de la Cámara acaba de adjudicar el contrato de suministro de combustible para su flota de vehículos durante los próximos dos años y medio a Solred, una filial del grupo Repsol.

El importe de la adjudicación es de 104.463 euros, el precio ofertado por la compañía. Pero se trata en principio sólo de una estimación, dado que el pago final depende del consumo real de los coches, según aclaran fuentes conocedoras de los detalles del proceso.

Repsol se ha impuesto en la licitación garantizando a la Cámara un descuento fijo del 6,6% en relación al precio de venta al público del carburante cada vez que un coche oficial acuda a cualquiera de sus 3.400 gasolineras en toda España. De hecho, la compañía está obligada a comunicar al congreso todo cambio en los precios de los combustibles tanto de subida como de bajada y de las ofertas y promociones puntuales que realice.

El parque móvil de la Cámara Baja está compuesto por 25 de vehículos oficiales: ocho están destinados a los vicepresidentes y los secretarios de la Mesa del Congreso; otros diez están a disposición de los grupos parlamentarios, uno para cada portavoz (todos los partidos del Grupo Mixto tienen que repartirse un solo coche); seis vehículos los comparten todos los presidentes de la veintena larga de comisiones de la Cámara; y el resto está para otras incidencias operativas.

El coche oficial de la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, no está incluido en la flota de la Cámara, ya que forma parte del parque móvil de la Administración del Estado y está cedido por el Ministerio del Interior por motivos de seguridad, al tratarse de un vehículo blindado con características especiales.

La flota del Congreso está integrada casi por completo por vehículos que utilizan diésel. El consumo combustible estimado de combustible que la Mesa del Congreso ha comunicado a las petroleras interesadas en el contrato es de 35.000 litros de gasóleo cada año, y tan sólo 500 litros de gasolina sin plomo.

Aunque la oferta de Repsol anticipa un gasto aproximado de casi 104.500 euros (incluido el descuento ofertado para imponerse a otra petrolera que también pujó por el contrato, pero cuyo nombre no se refleja en la licitación), los pagos dependerán del consumo real del combustible. Repsol cobrará mes a mes y expedirá facturas mensuales desglosadas por cada vehículo y con el consumo concreto.