El sector de los cruceros afrontaba en enero lo que iba ser un muy buen año, dado que para este 2020 se estimaban 34 millones de viajeros en los 276 barcos operativos. Sin embargo, la pandemia del coronavirus  ha supuesto un duro golpe para el sector turístico, y más aún, para las compañías de cruceros inmersas en una grave crisis. Los distintos países llevan tempos distintos. Esta situación provoca que las compañías de cruceros se encuentren paralizadas de momento.  Según publicaba Holsteltur en el año 2015, en el sector operan 20 empresas que se clasifican en cuatro grupos diferentes. Carnival Cruise, Royal Caribbean International y Pullmantur, esta última española, forman parte del top 1o.

Las pérdidas están siendo millonarias, condenando a algunas compañías a su desaparición. A las gastos derivados de no poder navegar hay que sumar los costes del mantenimiento de los buques. Necesitan estar en funcionamiento para que se conserven en buen estado, puesto que al estar parados se pueden producir averías considerables, lo que incrementarían aún más los costes. Asimismo, hay que considerar los gastos que implica que estén amarrados en los muelles o que permanezcan en los astilleros. Hay muchos cruceros que por sus grandes dimensiones no tienen cabida en los puertos, por lo que tienen que permanecer fondeados cerca de la costa para poder cargar combustible y también disponer de personal encargado del mantenimiento. 

Desde marzo, muchas compañías se desplazaban para repatriar a su personal, aunque miles de trabajadores todavía permanecen alejados de sus hogares

Otro de los problemas es la dispersión de los tripulantes de estos gigantes del mar. Al principio de la pandemia, miles de trabajadores se encontraban alrededor de todo el mundo. Cuando se produjo cierre de fronteras y la cancelación de muchos de los vuelos, se vieron anclados en los lugares donde se encontraban. Desde marzo, muchas compañías se desplazaban para repatriar a su personal, aunque miles de trabajadores todavía permanecen alejados de sus hogares. Según confirmó Efe, la empresa Carnival Corp. ha estado llevando a sus países de origen a sus a 21.000 empleados durante el mes de julio.

Algunos barcos realizan pequeñas rutas alrededor de los lugares donde se encuentran atracados, para evitar de esta forma posibles averías. Es el caso del crucero más grande del mundo, el Simphony of the Seas (Royal Caribbean), que se encuentra en la isla caribeña de Barbados, donde también están otros ocho barcos de la misma empresa. Por su parte la compañía de cruceros Carnival Corp., también tiene numerosos barcos alrededor de las islas Bahamas, en concreto, un total de 15.  

Siete de los cruceros de la compañía Norwegian Cruise Line se encuentran en la costa oeste de los Estados Unidos, mientras que otros cuatro de sus buques permanecen en Europa, en los puertos de Marsella, Nápoles y Southampton. En el Mediterráneo, se encuentran numerosos cruceros a la espera de destino, como es el caso de diversos buques de la compañía Costa Cruceros, uno de ellos es el Costa Smeralda que se encuentra en Marsella. La compañía MSC también tiene varios de sus buques repartidos en el Mediterráneo, como es el caso de MSC Magnífica que aguarda también en el puerto francés. Igualmente, tiene otros cuatro en Italia: el Fantasía en Génova; el Divina, en Civitavecchia (cerca de Roma); y el Opera y el Splendida, en Sicilia. En el continente americano, permanecen el Sinfonía, el Seaview, el Poesía y el Música. En España, en el puerto de Málaga, se ubica el crucero Sovereign de Pullmantur.

Los buques tienen dos opciones para afrontar el periodo de inactividad. La primera se denomina warm lay up (reposo en caliente), que permite que estén en funcionamiento de manera parcial, mientras que la segunda alternativa, cold lay up (reposo en frío), implica que estén paralizados a medio o largo plazo. Las empresas navieras se están decantando por la segunda opción, que permite que los barcos se reactiven en un mes. Esta elección requiere de menor personal que en el warm lay up, serían aproximadamente 40 tripulantes entre mecánicos, electricistas, marineros, cocineros o personal sanitario. El otro método permite que los barcos estén en funcionamiento tras una o dos semanas, pero requeriría de mayor personal, alrededor de 120 miembros.

Alfredo Serrano, CLIA España. EP EP

El director de la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros en España (CLIA por sus siglas en inglés), Alfredo Serrano, declara a El Independiente que las navieras han llegado a registrar a principios del confinamiento unas pérdidas en torno al 70% de su valor en bolsa. Ya se están recuperando, pero sus valores están muy por debajo de los máximos alcanzados en el mes de enero. Sostiene que "ha pasado de ser un sector muy saneado a principios de año a tener serios problemas de liquidez".

Ha pasado de ser un sector muy saneado a principios de año a tener serios problemas de liquidez”

En España, este sector genera aproximadamente unos ingresos de 4.500 millones de euros, además de crear más de 33.000 puestos de trabajo. Además, cada mes que permanece parado el sector las pérdidas se elevan a cientos de millones, y se pierden miles de puestos de trabajo, según declaró Serrano al medio Hosteltur en junio de este año.

Muchas de las compañías han comunicado que se tienen que deshacer de algunos de sus barcos. Un ejemplo de ello es la compañía de cruceros más grande del mundo, Carnival Corp., que engloba a 11 marcas de cruceros. Posee barcos distribuidos alrededor de todo el mundo: 40 en Europa, 35 en Asia, 20 en el Caribe y 10 en el Pacífico Oriental. En junio publicó un informe en el que indicaba que los costes de estar sin actividad ascienden hasta los 250 millones de dólares al mes. Las pérdidas en el segundo trimestre de 2020 alcanzan los 4,4 miles de millones de dólares. Por ello, Carnival Corp. ha anunciado que tendrá que desprenderse de al menos seis embarcaciones, que serán las que cuentan con una antigüedad mayor de 20 años.

La decisión de prescindir de algunos de los barcos más antiguos para ser más competitivos también la han tomado otras compañías. Es el caso de Costa Cruceros, que ha anunciado que se tiene que desprender del Costa Victoria, que tiene 23 años y capacidad para más de 2.000 pasajeros. Peter Shaerf, director de la Ama Capital Partners (firma de inversiones del mercado marítimo), ha declarado que "en el próximo año o año y medio unos 30 barcos serán enviados a los astilleros para ser desarmados". 

En el próximo año o año y medio unos 30 barcos serán enviados a los astilleros para ser desarmados

Peter Shaerf (Ama Capital Partners)

Uno de los casos más graves lo atraviesa la compañía de cruceros española Pullmantur. Llegó a registrar en 2019 los mejores resultados en 15 años, creciendo más de un 5%. Pero la crisis de la Covid-19 ha llevado a esta empresa a declararse en bancarrota. Tras el inicio de la pandemia, había declarado que suspendía todas las operaciones hasta el 15 de noviembre de 2020 y había ofrecido a sus clientes la posibilidad de realizar los viajes en otras compañías. Ya ha iniciado un proceso concursal. Los tres barcos que posee Pullmantur van a ser desguazados. Fueron botados a finales del siglo pasado: el Sovereign en 1988, el Horizon en 1990 y el Monarch en 1991. Los dos últimos han sido reformados recientemente en los años 2018 y 1019, mientras que el Sovereign estaba pendiente de reformarse este 2020. Seguirán los pasos del Zenith, el último barco que fue dado de baja este mes de enero.

Crucero de Pullmantur en el puerto de Málaga. EP

Otra de las líneas de cruceros que se ha visto abocada a su fin es la británica South Quay Travel Limited, englobada en Cruise & Maritime Voyages. El pasado 20 de julio, comunicó que entraba en un proceso de insolvencia al no poder conseguir financiación adicional. El CEO de la empresa, Christian Verhounig, sostuvo que esta situación se encuentra directamente relacionada con la crisis de la Covid-19. El administrador de esta empresa, que cuenta con seis barcos, comunicó que "es probable que la administración de la insolvencia concluya con el despido de los empleados en Reino Unido".

La reactivación del sector

Alfredo Serrano, prevé que la actividad comience a reanudarse en Europa durante el otoño, pero matiza que los ritmos dependerán de las compañías y de los países. Europa se halla en una situación más avanzada con respecto a otros continentes, como el americano, que actualmente se encuentra en el pico de la pandemia. Para la reanudación de la actividad, la Comisión Europea ha elaborado una serie de directrices que se han de cumplir en los barcos. Las compañías han diseñado los protocolos conforme a estas medidas, que han adaptado a los diferentes tipos de embarcaciones, al pasaje en concreto y a las rutas que realizan. Serrano ha indicado que las empresas están contando con el criterio de expertos para mantener la seguridad abordo.

La Comisión Europea ha elaborado una serie de directrices que se han de cumplir en los barcos

El portal de MedCruise, Asociación de Puertos de Crucero del Mediterráneo, en junio elaboró un calendario en el que se refleja, que por lo menos siete grandes compañías han suspendido la actividad hasta mediados del otoño, asimismo hay otras que han aplazado su regreso hasta 2021.  

La realidad es que las empresas afrontan un futuro incierto, sobre todo en estos meses de temporada alta. Serrano ha indicado que: "La falta de coordinación de los estados para la apertura de fronteras, la falta de un horizonte claro para establecer unas condiciones de cara al futuro inmediato, la evolución de la enfermedad y por último el problema que supone la conectividad aérea (los clientes proceden de diferentes países), son los mayores inconvenientes para reanudar la actividad".