Las piezas de los jóvenes siguen sin encajar en el complejo puzzle del acceso a la vivienda. La generación que ha vivido durante su transición a la vida adulta dos crisis económicas en apenas una década necesita soluciones para poder acceder a la compra de una casa o estará condenada a vivir para siempre de alquiler, algo que lastra su capacidad de ahorro.

"El proceso habitual del millennial que sale de casa de sus padres es, primero, compartir piso; después se lanza al alquiler, bien porque decide independizarse o por motivos de trabajo o bien porque tiene pareja”, explica a El Independiente el portavoz de Idealista Francisco Iñareta.

Esta dinámica en muchas ocasiones es impuesta, no elegida, pues "en muchos casos preferirían comprar, pero su situación laboral y sus salarios no se lo permiten". "Si no disponen de entre el 20% y el 30% del dinero ahorrado no podrán hacer nada, ya que el banco les financia como mucho el 80%", añade el experto del portal inmobiliario.

Es por eso que los jóvenes se ven empujados al alquiler, que, además, con el paso del tiempo va mermando su capacidad de ahorro, dado que supone un esfuerzo económico mayor que el de una hipoteca. En este contexto, ¿qué fórmulas podrían simplificar el acceso de los jóvenes a la compra de vivienda?

De acuerdo con un estudio elaborado por Data y Transformación Digital de AEDAS Homes, un tercio de los jóvenes se animarían a adquirir una casa de obra nueva si las condiciones de financiación fueran más atractivas que las actuales. Por ejemplo, si las hipotecas se concedieran por hasta el 90% del capital necesario para hacerse con la vivienda.

En líneas generales, los bancos no conceden hipotecas por más del 80% del capital en el caso de que el préstamo sea para una vivienda habitual (menos si es segunda residencia), un importe que se calcula no solo a partir del precio pactado, sino que también tiene en cuenta el IVA y el pago de los gastos de formalización, que, tras la última reforma de la ley hipotecaria, se reducen únicamente al de tasación. Es la tónica general entre los bancos, especialmente tras la pasada crisis financiera, con el objetivo de que no vuelva a crearse una burbuja de crédito.

Bajar el IVA

Una cuarta parte de los jóvenes, según este mismo estudio, compraría una casa si se rebajara el IVA del 10% actual al 4%. Este es el tipo impositivo fijado para las adquisiciones de obra nueva, que se calcula sobre el importe escriturado de la vivienda y que corre a cuenta del comprador, aunque es el vendedor el que tiene que ingresarlo después a Hacienda.

No obstante, el IVA es más bajo en el caso de viviendas de protección oficial en régimen especial o de promoción pública, en los que es del 4%, al igual que en el caso de las plazas de garaje y trasteros. En el resto de casos, sin embargo, se aplica un 21%.

Otro cuarto de los jóvenes, según el mismo estudio, se interesaría por la posibilidad de firmar un alquiler con opción a compra, una modalidad de arrendamiento que permite al inquilino optar a la adquisición de la vivienda pasado un plazo.

En muchos casos preferirían comprar, pero su situación laboral y sus salarios no se lo permiten"

La ventaja principal para el comprador es que puede conocer la casa y del precio final se le descontarán las cuotas pagadas (o, al menos, una parte) en concepto de alquiler, aunque en ocasiones implica también el pago de una prima que se quedará el vendedor si el comprador se echa para atrás.

Y una quinta parte, tan solo uno de cada cinco jóvenes, no se plantearía comprar una casa ni aunque se materializaran las anteriores opciones, de acuerdo con el mismo estudio. 

Avales para hipotecas

Otra de las opciones que se ha puesto sobre la mesa últimamente es la posibilidad de que el Estado avale una parte del capital necesario para la hipoteca y que los bancos la concedan por hasta el 90%, propuesta que emitió Ana Botín, presidenta de Santander, hace algunas semanas.

Esta medida es similar a la que ya funciona en Reino Unido, conocida como Help to buy. Como explica Iñareta, de Idealista, se trata de que "el futuro hipotecado desembolse al inicio un porcentaje mínimo del valor total del inmueble, en vez del 20% que solicitan en la actualidad los bancos", mientras que "el porcentaje restante sería un préstamo concedido por ayuntamientos o por el Gobierno".

Mediante esta colaboración público-privada, se permitiría acceder a la compra de una vivienda a los jóvenes que no tienen ahorros para abonar la entrada pero sí ingresos como para pagar la cuota mensual de una hipoteca.

Botín propuso hace algunas semanas que los bancos dieran hipotecas de hasta el 95% a clientes jóvenes a cambio de que el Estado avalara un 20% y, aunque fue duramente criticada por la directora general del Instituto de la Juventud, lo cierto es que Gobierno y banca están ya negociando sobre cómo poner en marcha esta idea, según publicó ABC.

De acuerdo con el mismo estudio de Aedas Homes, el porcentaje de jóvenes de entre 25 y 34 años que tiene interés en vivir en una casa propia es del 27,1%, pero en el rango de edad inmediatamente superior (entre 35 y 40 años) se eleva hasta el 40,4%. Las cifras dejan claro que urge una solución para que los jóvenes puedan independizarse y acceder a la compra de una vivienda. Si se tomarán al fin medidas para ello es, aún, pura incertidumbre.