Cuando cierran los bares, la gente mueve la fiesta a casa. Y para ello, recurre a gasolineras y tiendas 24 horas en busca de alcohol, refrescos, hielos y, en definitiva, lo necesario para seguir bebiendo en viviendas. De hecho, en zonas con mucha afluencia de bares, como los aledaños de la calle Ponzano o el barrio de Chueca en Madrid, se han llegado a ver colas de gente esperando para comprar a partir de las once de la noche, cuando los bares tienen que bajar la persiana.

“Antes venían a comprar cosas para terminar la noche, ahora vienen a por el aprovisionamiento y compran mucho más”, explica el encargado de una tienda con horario 24 horas cercana a la parada de metro de Alonso Cano. El responsable asegura que se han llegado a producir colas y que les resulta complicado controlar el aforo. Las filas de gente se repiten a partir de las 22 horas en tiendas de estas características en el centro de Madrid, pero también cerca de los metros de Pacífico, Diego de León y de O’Donnell, según ha podido comprobar este periódico.

Este incremento en la demanda ha obligado a este tipo de tiendas y también a las gasolineras a comprar más unidades de botellas de ron, ginebra y whisky, también de cervezas y refrescos. “Hemos tenido que comprar más porque viernes y sábado, sobre todo, estamos vendiendo más”, apuntan desde otra tienda con horario 24 horas.

Varios empleados de tiendas 24 horas señalan que ha habido confusiones con la Policía sobre si pueden o no vender alcohol pasadas las once de la noche. “Nosotros tenemos licencia de tienda de conveniencia, por lo que podemos vender alcohol a cualquier hora”, apunta María (nombre ficticio), dependienta de una gasolinera en Madrid. Y es que ahí está la clave para que no haya limitación horaria en la comercialización de bebidas alcohólicas.

Tiendas de conveniencia

Las tiendas con horario 24 horas y también algunas tiendas ubicadas en gasolineras cuentan con licencias como “establecimientos de conveniencia”, que la normativa municipal define como “aquellas que, con una extensión útil no superior a 500 metros cuadrados, permanezcan abiertas al público al menos dieciocho horas al día y distribuyan su oferta, en forma similar, entre libros, periódicos y revistas, artículos de alimentación, discos, vídeos, juguetes, regalos y artículos varios”.

En esta definición, se excluyen, por ejemplo, las tiendas de alimentación normalmente regentadas por ciudadanos de origen chino. Así, mientras estas tienen limitación para la venta de alcohol, otros comercios como gasolineras sí pueden vender a cualquier hora.

Las copas que solían poner los bares ahora se sirven en casas y esto también se ha notado a través de los pedidos de Glovo, no tanto en las compras de alcohol, pero sí en las de bolsas de hielo. Este producto es uno de los más solicitados a través de la plataforma.

Sin renunciar al ocio nocturno

Con las restricciones a la restauración y al ocio nocturno los jóvenes de todo rango de edades optan por reunirse en domicilios particulares. “Vamos con cuidado y siempre somos menos de seis”, justifica Carlos, un joven que reconoce que es una situación habitual desde el confinamiento, pero más acentuada durante el pasado fin de semana.

Patricia, residente en la zona de Avenida de América, reconoce que ha visto a más personas comprando “tanto en tiendas de 24 horas como en gasolineras”. “Es difícil renunciar al ocio cuando se están cerrando bares a las 23h, pero mientras que se cumplan las medidas no veo ningún impedimento legal para seguir de fiesta en casa”, justifica. Con todo, subraya que aunque la mayoría son jóvenes “también hay gente mayor, al final también están renunciando a estar en los bares”.

Las recomendaciones sanitarias pasan por limitar la vida social, respetar la distancia de seguridad y llevar la mascarilla puesta. Sin embargo, en la nueva normalidad, muchos madrileños no renuncian a una copa con amigos, aunque sólo sean seis.