Antes de convertirse en el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, era un hombre de negocios. Su fortuna se extiende por todo el mapamundi con hoteles, clubs de golf y una tienda online en la que se venden productos marca Trump. El presidente representa a una clase empresarial que, sin embargo, no tiene a su favor. Varias fortunas estadounidenses son abiertamente demócratas, y otras, aunque han apoyado al partido republicano, no quieren que Trump repita.

Según la lista Forbes, la persona más rica en Estados Unidos es Jeff Bezos. El fundador del gigante del comercio electrónico Amazon y propietario del Washington Post es uno de los enemigos públicos del presidente. Donald Trump ha criticado en varias ocasiones a Amazon y ha acusado a la plataforma de utilizar los servicios postales públicos en su beneficio. También ha señalado al periódico con sede en Washington y les ha acusado de publicar noticias falsas.

Bezos, por su parte, consideró que la administración Trump había mediado en su contra para que el proyecto de Defensa conocido como Jedi -para trasladar información confidencial del Pentágono a la nube- terminase en manos de Microsoft y no de su compañía. Se trata de un proyecto valorado en 10.000 millones de dólares y cuya concesión ha llevado a los tribunales.

Impuestos: Buffett y Gates

Es reseñable que aunque Trump ha beneficiado a las grandes fortunas con el recorte fiscal aprobado en 2017, lo cierto es que el hombre más rico del país no se lo agradecerá en las urnas. De hecho, varias personalidades de entre las más ricas de Estados Unidos, se manifestaron en contra de la reforma de los impuestos que impulsó el presidente. Entre ellos, Bill Gates y Warren Buffett. Tanto el filántropo y fundador de Microsoft, como el inversor y presidente de Berkshire Hathaway han expresado en diversas ocasiones que el sistema impositivo estadounidense no es justo y que estaban dispuestos a pagar más impuestos.

Además, la crisis del coronavirus ha enfrentado directamente a Bill Gates y a Donald Trump. Gates criticó que el presidente de EEUU anunciase que dejaría de financiar a la Organización Mundial de la Salud (OMS) en plena pandemia. Como respuesta, Gates se comprometió a donar 250 millones de dólares a la organización. Por otra parte, el filántropo ha sido objetivo de teorías conspiranoicas que le acusan de ser el creador del coronavirus.

Warren Buffett, por su parte, no ha mostrado públicamente su apoyo a Joe Biden, el candidato demócrata y rival de Donald Trump, algo que sí hizo con Hillary Clinton en 2016. Con todo, Biden y Buffett han intercambiado puntos de vista en las últimas semanas y el inversor está más cerca de las ideas del partido demócrata que de la política trumpiana.

Musk y el cambio climático

Si Trump es el rey de la polémica en Twitter, el fundador de Tesla, Elon Musk, es un digno competidor. El excéntrico propietario de Tesla no ha desvelado públicamente su voto y preguntado hace unas semanas aseguró que lo decidiría tras ver los debates. En The New York Times, Musk aseguró que Trump no apoya más a su empresa de vehículos eléctricos porque los republicanos cuentan con el apoyo de empresas petroleras. “Obviamente no soy un comunista”, afirmó al medio estadounidense.

Musk, que ha sido asesor de la administración Trump, no está de acuerdo en la política medioambiental del candidato republicano, sin embargo, tras la salida de Estados Unidos del acuerdo climático de París, el fundador de Tesla y el presidente se habrían reconciliado después de que Trump autorizase la reapertura de una planta de Tesla en California, paralizada durante los momentos más duros de la pandemia.

Bloomberg, de candidato a financiar Florida

La fortuna número 14 en Estados Unidos se quedó a las puertas de optar a la presidencia. Michael Bloomberg se presentó a las primarias demócratas pero no logró suficientes apoyos para disputarle a Trump la Casa Blanca. Con todo, el empresario y creador del terminal Bloomberg no ha querido quedarse fuera de la política y mucho menos de las elecciones.

Tanto es así, que se ha comprometido a donar 100 millones de dólares a la campaña de Biden para que Florida se tiña de azul el próximo 3 de noviembre. Además, ha financiado con 16 millones de dólares una campaña para que expresos puedan votar en las elecciones en Florida y lo hagan a favor de los demócratas. Una norma prohibía hasta 2018 que las personas que hubieran pasado por prisión manifestaran su voluntad en las urnas pese a haber cumplido su condena.

Republicanos, sí; Trump, no

Entre los detractores del actual presidente no sólo se encuentra a votantes demócratas. De hecho, Alice Walton, hija del fundador de la cadena de supermercados Walmart, ha donado varios miles de millones de euros al ‘proyecto Lincoln’, un comité de acción política que busca evitar la reelección de Trump. No es sólo que hayan destinado dinero a financiar este proyecto, sino que muchos de los fundadores también han contribuido a la campaña de Biden pese a considerarse republicanos. En el caso de la familia Walton ha financiado tradicionalmente a candidatos conservadores, salvo en dos excepciones: Hillary Clinton y su aportación al proyecto Lincoln.

Lo mismo ocurre con la familia Koch. Son los propietarios de una de las industrias más importantes de Estados Unidos, un conglomerado que integra empresas petroleras y energéticas de todo tipo. Aunque tradicionalmente han apoyado a candidatos republicanos y también se han beneficiado de algunas políticas de Trump, como el recorte fiscal, tal como señala la CNBC, los Koch no están del lado del presidente. Los aranceles y la política migratoria han distanciado a los Koch de Trump.

Así, Trump se enfrenta a la reelección con muchas de las fortunas del país en contra. Tal como afirmó el portavoz de Vox en el Congreso, en el debate organizado por El Independiente, “las élites no son de Trump”.