La relación entre Donald Trump y los gigantes tecnológicos es de las de amor y odio. Trump presume de tener a Wall Street en máximos históricos, en gran medida, gracias a las tecnológicas. Además, estas son su principal altavoz, particularmente Twitter, y sin embargo, les ha acusado de censurar sus mensajes. Uno de los enemigos públicos del presidente estadounidense es el magnate y fundador de Amazon, Jeff Bezos, también propietario del Washington Post, que se ha beneficiado de las políticas fiscales de Trump.

La última noticia que podría alterar la relación entre Trump y Silicon Valley es la decisión de Facebook de suspender los anuncios políticos en Estados Unidos tras las elecciones. Según ha explicado la compañía, el objetivo es evitar el ruido y la desinformación en relación con la política.

Las grandes compañías tecnológicas, especialmente las redes sociales, enfrentan las elecciones a la espera de que el próximo presidente electo cambie alguna de las normas de su marco jurídico. Donald Trump ha amenazado en varias ocasiones con legislar para limitar el poder de estas grandes corporaciones. En el lado demócrata, si bien Joe Biden ha prometido mayores inversiones en investigación y desarrollo, también ha sido crítico con temas como la privacidad.

En una entrevista publicada en The New York Times, Biden afirmó que “nunca” ha sido “un gran fan de Facebook”, ni tampoco de su fundador, Mark Zuckerberg, a quien consideró “un problema real”. Sin embargo, parece que el candidato demócrata ha decidido dar un voto de confianza al talento que trabaja en las tecnológicas y ha incorporado a su campaña a extrabajadores de Apple, Amazon, Facebook y Google, según publicó también el periódico neoyorquino.

El guiño de Harris

La candidata demócrata a la vicepresidencia, Kamala Harris, le preguntó directamente a Mark Zuckerberg, acerca del escándalo de Cambridge Analytica cuando este fue llamado ante el Congreso de Estados Unidos. Harris, además, afirmó en una entrevista que la red social “había priorizado su crecimiento frente a los intereses de sus usuarios”.

Algunos analistas consideraron la elección de la californiana como candidata a la vicepresidencia demócrata como un guiño al valle del silicio. La exsenadora ha coincidido en varias ocasiones con Sheryl Sandberg, jefa de operaciones de Facebook y mano derecha de Zuckerberg. Además, ha ejercido la política en California y ha sido mucho menos radical que su compañera de partido Elizabeth Warren, en cuanto a la legislación de las grandes compañías tecnológicas.

Warren, quien se mantuvo en la carrera presidencial hasta marzo de este año, presentó un plan para fragmentar el poder de estas empresas. Según la demócrata, Facebook y Google ejercen una posición de monopolio y por eso propuso designarlas como plataformas de servicios que no pudieran adquirir a sus competidores (como Facebook hizo con Instagram).

Financiar la campaña

Tradicionalmente, el sector tecnológico, más progresista, ha sido votante demócrata, y aunque los candidatos han hecho comentarios acerca de temas que pueden preocupar a las tecnológicas, lo cierto es que a rasgos generales, su voto se mantiene, o al menos, sí lo hace su apoyo económico.

Un análisis elaborado por el medio especializado en tecnología Wired, a partir de datos de la Comisión electoral federal de Estados Unidos, reveló que empleados de Alphabet (matriz de Google), Apple, Amazon y Facebook han contribuido a la campaña de Biden con 4,7 millones de dólares. Estos datos se han conocido porque las personas que contribuyan a una campaña presidencial en más de 200 dólares están obligados a informar de la empresa para la que trabajan.

Entre estas empresas también ha habido quien apoya al presidente Trump, pero en menor medida. Según Wired, los empleados de las tecnológicas han contribuido con unos 239.000 dólares para la campaña del candidato republicano.