La amenaza de la nueva cepa del coronavirus supone el enésimo golpe para el turismo canario. Desde este martes, España sólo dejará aterrizar desde Reino Unido a españoles o a los residentes. Nada de viajeros británicos, el mercado que tradicionalmente aporta más turistas a las Islas Canarias durante su temporada de invierno.

La variante del coronavirus detectada en Reino Unido ha puesto en alerta a toda Europa. Pese a que aún hay pocas certezas, la nueva cepa podría contagiarse más fácilmente que las anteriores, aunque no parece más mortal. Pero el miedo a su propagación ha motivado una cascada de cierres fronterizos.

En un primer momento, España optó por no cancelar las conexiones y sólo acordó reforzar el control sobre las PCR. Ayer, sin embargo, endureció su posición: los vuelos de entrada procedentes del Reino Unido sólo podrán traer a españoles y residentes en España. El Gobierno también 'blindará' el paso fronterizo de Gibraltar, donde se ha detectado al menos un caso de la nueva cepa.

La decisión coincide con la temporada alta de turismo de Canarias, que normalmente se extiende de noviembre a marzo. Los británicos son los que más viajan a las Islas para sus vacaciones de invierno. Les siguen los alemanes, que son, además, los que más se gastan. De los más de cinco millones de turistas que registró Canarias el pasado invierno, un 32% venía de Reino Unido y un 21%, de Alemania.

Tras el fracaso del verano, las empresas canarias miraban con esperanza al invierno. Pero la segunda ola frustró los planes del sector. El confinamiento que el premier Boris Johnson anunció para el mes de noviembre retrasó a diciembre el arranque de la temporada alta a diciembre. A ello se sumó otra polémica: la decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de imponer una PCR negativa en origen a los turistas extranjeros desde el 23 de noviembre. El elevado precio de esta prueba, más lenta que la de antígenos, paralizó las reservas.

El escenario ha empeorado en las últimas semanas. La mayoría de países del continente ha endurecido los confinamientos y las restricciones sociales ante el temor de que la tercera ola se dispare tras la Navidad. Por ello, después de tantas piedras por el camino, los empresarios relativizan el bloqueo a los vuelos desde Reino Unido. "En todo caso, llueve sobre mojado. Damos por perdida la temporada de invierno. No esperamos una recuperación hasta bien entrado el 2021", señala Juan Pablo González, gerente de la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro. "Es una montaña rusa. No conseguimos que las curvas se solapen y hay gente pensando en el verano de 2021", añade.

Canarias es la región que más conexiones diarias ofrece con el Reino Unido. De hecho, durante el pasado fin de semana, con la nueva cepa "fuera de control", 153 vuelos procedentes de Reino Unido aterrizaron en los aeropuertos de Tenerife Sur (55), Lanzarote (50), Gran Canaria (25) y Fuerteventura (23).

Las cifras cosechadas estos días están a años luz de las registradas en las mismas fechas de 2019. Según la Federación de Emresarios de Hostelería y Turismo de Las Palmas (FEHT), a Canarias sólo está llegando entre un 10-15% —Un 20-25% en el mejor de los casos— de los turistas que entraron el año pasado. "Nuestra esperanza este invierno es tener un cierto volumen de pasajeros, pero la evolución de la pandemia en Reino Unido añadirá mayores limitaciones", dice el presidente de esta patronal, José María Mañaricúa, que confía en el cribado con PCR al que se somete a los turistas. Los británicos representan el 30% de los pasajeros que está recibiendo la Islas en este invierno dramático.