Pese al impacto de la pandemia, ACS ha presentado un beneficio ordinario de más de 600 millones de euros en 2020. Pero la creación de valor para los accionistas y la sociedad no se agota en los resultados económicos. Todos los agentes del mercado, además de los inversores y accionistas, «prestan cada vez más atención a nuestra evolución no financiera, en sus tres vertientes: el impacto medioambiental de nuestras actividades, la acción social y su influencia en las distintas actuaciones del Grupo y la gobernanza, especialmente en materia de integridad y cumplimiento normativo», explicó el presidente de ACS, Florentino Pérez, ante la Junta General Ordinaria de accionistas celebrada el pasado 7 de mayo.

En ese sentido, ACS persevera en su apuesta por la sostenibilidad y la responsabilidad social de sus actividades. Prueba de ello es su inclusión un año más en el prestigioso índice Dow Jones Sustainability Index (DJSI), tanto en el capítulo global (DJSI World), donde aparece acompañada de su filial Hochtief, como en el europeo (DJSI Europe).

Eficiencia, seguridad, diversidad e integración

En materia medioambiental, ACS ha logrado reducir sus emisiones directas e indirectas en casi un 20 por ciento. En cuanto al área social, el grupo ha aumentado durante 2020 en más de un 50 por ciento el gasto medio por empleado en seguridad y salud laboral, hasta rozar los 1.200 euros. Una inversión que se ha traducido en una reducción de la siniestralidad en todas las áreas de actividad del grupo.

ACS ha aumentado en más de un 50 por ciento el gasto medio por empleado en seguridad y salud laboral

ACS sigue incentivando la diversidad de género con la incorporación de la mujer a todo tipo de puestos y funciones. Las mujeres ya representan más del 40 por ciento de su plantilla. Y profundiza en un aspecto esencial de su filosofía corporativa como es la integración de colectivos desfavorecidos. Más de 10.000 empleados de ACS son personas con discapacidad, en riesgo de exclusión social, ex parados de larga duración y víctimas de violencia de género o de terrorismo.

Después de superar la mayoría de objetivos de sostenibilidad incluidos en su Plan 20:20 de hace cinco años, ACS va a presentar un nuevo Plan Estratégico de Sostenibilidad 2021-2025 que hace suyos los compromisos del Pacto Mundial de Naciones Unidas por los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Colaboración contra la pandemia

Los valores corporativos de ACS han sido puestos a prueba durante el último año en la lucha para contener la pandemia y paliar sus efectos. Varias empresas del grupo colaboraron desinteresadamente en la adaptación de Ifema como hospital de campaña. Dragados contribuyó a la construcción en tiempo récord del hospital de pandemias Isabel Zendal de Madrid. Asimismo, Turner, filial norteamericana de ACS, participó en el diseño y construcción de más de 50 instalaciones hospitalarias temporales en Estados Unidos.

Desde distintas empresas del grupo se realizaron aportaciones al fondo solidario de empresas españolas para la compra de material de protección y equipamiento médico. Del mismo modo, en Brasil, la compra de material junto con otras empresas del país abasteció a más de 1.000 hospitales durante dos meses. Y empleados de ACS en todo el mundo se movilizaron con campañas de donación de alimentos, material escolar y ayuda a colectivos desfavorecidos.

El ejemplo de Clece

Ha sido Clece, la filial de ACS de cuidados y servicios, la compañía que por su misión y su compromiso con el bienestar y la salud de las personas se ha destacado durante la pandemia. Garantizando las medidas de seguridad y prevención en más de 180 hospitales, así como el funcionamiento de servicios esenciales, y realizando labores de limpieza y desinfección en infraestructuras básicas y asistenciales.

Inversión sostenible

Este espíritu se proyecta en las inversiones realizadas por el grupo durante 2020. Porque el futuro de ACS, según su presidente, pasa por apostar «fuertemente por las inversiones sostenibles». El crecimiento de algo más de un 7 por ciento de la cartera de proyectos en España durante un año tan complicado como 2020 se basó en las recientes adjudicaciones de proyectos de energía renovable, hasta los 7.995 millones de euros.

El grupo realizó asimismo inversiones por valor de 561 millones de euros en activos de energía, principalmente renovables: el proyecto Kincardine de eólica flotante en Escocia, parques eólicos terrestres en Latinoamérica y diversos proyectos solares en España y América.

La vocación y trayectoria sostenibles de ACS sitúa el grupo en posición favorable para hacerse con proyectos como la nueva estación de alta velocidad de Birmingham. En consorcio con la británica Mace, Dragados ha ganado recientemente un contrato valorado en 660 millones de euros para la construcción de una estación neutra en carbono gracias a su diseño ecológico, sus instalaciones para la recogida de agua de lluvia y el aprovechamiento de la luz solar. La estación de Birmingham forma parte del proyecto HS2 de alta velocidad, que con un presupuesto de 125.000 millones de euros conectará Londres –cuya estación también se adjudicó ACS– con Manchester y Leeds.