La vista del juicio entre Andrea Orcel y el Banco Santander se celebró este miércoles, después de varias suspensiones por diversos motivos, entre ellos el coronavirus. La presidenta de la entidad española, Ana Botín, acudió como representante del banco y defendió que el fichaje de Orcel nunca se ratificó por la junta de accionistas y que el consejo de administración sólo aprobó una carta oferta.

Este es el quid de la cuestión que deberá dirimir el juez, si la carta de oferta era un contrato válido o no. Si bien el banquero italiano ha llevado al Santander a los tribunales por no continuar con su fichaje, la entidad de Botín defiende que la carta estaba sujeta a unas condiciones que no se dieron.

Entre ellas, Botín afirmó que una de las condiciones que no se dio fue el compromiso de Andrea Orcel de reducir la cantidad que debía abonar el Banco Santander. El documento señalaba que si UBS -anterior empleador de Orcel- decidía abonar solo parcialmente la retribución diferida o un importe de la misma inferior a la que el directivo italiano hubiera percibido de permanecer en la entidad helvética, el banco pagaría una compensación de, como máximo 35 millones de euros.

Botín defendió que además, se recogía el compromiso de Orcel a reducir esta cuantía. No obstante, el banquero "convirtió el máximo en mínimo" y esto debilitó la confianza que hasta el momento la alta dirección del Santander tenía en el que hubiera sido su consejero delegado de culminarse el fichaje. En diversas ocasiones durante la vista, la presidenta del Santander ha insistido en el papel que Orcel jugó en decisiones estratégicas de la entidad, antes de iniciarse las conversaciones para su fichaje.

La relación de confianza de Orcel y el Banco Santander también ha servido a la entidad para justificar que UBS y Santander no son competidores, tanto en cuanto, Botín compartía cuestiones muy importantes para el banco con Orcel. Así, al tratarse de dos entidades no competidoras, bajo la normativa de la Autoridad Bancaria Europea, si un directivo sale de un banco para fichar por otra entidad no competidora, es el banco de origen quien debe pagar la compensación correspondiente.

UBS pagó 13 millones de euros

La presidenta de Banco Santander ha explicado que Orcel decidió que los 13 millones de euros que había percibido de UBS finalmente no se iban a reducir de la cuantía que debía abonar Santander. Esto se interpretó en el banco como que no estaba cumpliendo su compromiso de intentar reducir la cifra, sino que incluso pretendía incrementarla, por lo que se optó por no continuar con su incorporación.

En las horas previas a esta vista, la defensa de Orcel rebajó la cifra del buy out que pide al banco, que ha pasado de 35 millones a 29. En total, el banquero reclama a Santander 76 millones de euros: 17 millones por el bonus de incorporación, 29 por el bonus diferido de UBS, 20 millones por el sueldo que iba a cobrar en Santander durante dos años y 10 millones por daños morales y reputacionales.

Al inicio de la vista, la defensa de Orcel ha afirmado que el actual consejero delegado de Unicredit no solicita la incorporación en Santander, algo que se daba prácticamente por hecho tras su nombramiento en abril en el banco italiano.

Juicio aplazado

El juicio entre Andrea Orcel y el Banco Santander ha quedado aplazado ante la negativa del juez de que el presidente de UBS, Axel Weber, y el responsable global de Compensaciones, Mark Shelton, compareciesen a través de videollamada. Ambos habían solicitado testificar bajo esta modalidad pero el juez señaló que "viajan mucho" y pidió a la defensa de Orcel que acordaran una nueva fecha.

Botín, sin embargo, no tendrá que volver a los juzgados. Sí lo hará Roberto di Bernardini, exdirector de Recursos Humanos del Santander, quien también declarará como testigo a petición de la defensa de Orcel.