El turismo urbano ha sido uno de los grandes perjudicados por la pandemia. Mientras que zonas costeras de toda España han conseguido amortiguar el golpe gracias a la demanda doméstica, algunas ciudades con fuerte dependencia del turismo extranjero siguen sufriendo los estragos de la covid-19.

Según los datos recopilados por la patronal turística Exceltur a partir del Instituto Nacional de Estadística (INE), Barcelona registró entre los meses de julio y agosto un 62,6% menos de facturación hotelera que en el mismo período del año 2019, el último antes de la crisis sanitaria.

La ciudad condal se sitúa a la cabeza de la tabla seguida por Madrid, donde se registró una caída más moderada del 56,6%. Por su parte, en Sevilla los hoteles facturaron un 40% menos, mientras que en Granada la caída fue del 35,5% y en Bilbao de un 30%.

En otras capitales las caídas fueron más moderadas como en Córdoba un 19,5% menos; Valencia, un 17,4%; o Zaragoza un 16,1%. Por contra, los hoteles de Alicante vieron incrementada su facturación en un 9,9% durante los dos meses fuertes del verano.

Un 19,3% menos de plazas que en 2019

Al margen de eso, la ciudad condal registró en los meses de verano un 19,3% menos de plazas hoteleras disponibles respecto al mismo período de 2019. Le adelantan ciudades como Granada, donde la cifra llegó al 29,2% y Sevilla, donde alcanzó el 20,1%. En Madrid, por su parte, el número de plazas hoteleras cerradas fue algo más baja y supuso un 18,5% menos que en el verano previo a la pandemia.

Al margen de las plazas propiamente dichas, durante el verano sólo estuvieron abiertos la mitad de los 438 establecimientos con los que cuenta Barcelona, según los datos del Gremio de Hoteleros. Ahora mismo, el porcentaje de hoteles cerrados es de un 35%.

En Madrid sólo hay un 11% de hoteles pendientes de retomar su actividad

Por contra, en Madrid sólo estaba cerrado el 15% entre julio y agosto y ahora mismo sólo un 11% está pendiente de retomar su actividad, según los datos de la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid.

En cualquier caso, los hoteleros de Barcelona confían en que de aquí a que acabe el año pueda abrir un 85% de la planta y esperan un repunte de la actividad en 2022 a medida que se relajen las restricciones a los viajes internacionales con la apertura de mercados como el norteamericano, uno de los vitales para la actividad en la ciudad.

También depositan sus esperanzas en que se incremente el turismo de negocios y congresos. De momento, ya registran reservas de pequeños grupos para los eventos que alberga Barcelona. En lo que queda de 2021, se van a celebrar más de 30 congresos en la ciudad condal.

Objetivo de los fondos de inversión

La pandemia también ha traído cambios al mercado inmobiliario. Y los hoteles son uno de los activos más codiciados por los inversores. Miquel Laborde, socio fundador de la consultora inmobiliaria Laborde Marcet, asegura que a pesar de los cierres, el hecho de que aún no se alcancen las cifras precovid ha seguido provocando gran interés.

Laborde afirma que "ahora los fondos de inversión y family offices están aprovechando para poder acercarse a la compra de activos hoteleros que antes no estaban a la venta" y recalca que "los precios de compraventa de los activos hoteleros son de entre un 10% y 20% más baratos comparados con los datos registrados antes de la pandemia".

No obstante, su compañía prevé que produzca una regularización al alza de los precios en los próximos meses. En este sentido, su socio Gerard Marcet señala que ahora mismo "la mayoría de los precios por habitación giran en torno a los 200.000 y los 600.000 euros, dependiendo de las características y de su ubicación".