Los casi 6.000 millones de vacunas vendidas en todo el planeta durante este año han disparado los beneficios de compañías como Pfizer, Moderna, Johnson&Johnson y AstraZeneca. Ahora, la investigación sobre las nuevas variantes y las campañas para inocular dosis de refuerzo determinarán el comportamiento de estas empresas en los mercados durante 2022.

Sin embargo, los beneficios y su evolución en bolsa tiene grandes diferencias entre las fabricantes. La estadounidense Pfizer acapara más del 72% de las ventas junto a su socia alemana BioNTech, que había centrado su investigación sobre el ARN mensajero.

La previsión de la norteamericana pasa por acabar 2021 habiendo ingresado 36.000 millones de dólares directamente por las 3.000 millones de dosis producidas. El valor de sus acciones en bolsa han crecido un 56,42% desde el 1 de enero de 2021. La empresa germana, por su parte, cuenta con ingresar otros 14.850 millones.

Moderna es la otra gran beneficiada y prevé alcanzar una facturación de entre 15.000 y 18.000 millones de dólares al cierre el año por la producción de cerca de 800 millones de inyecciones. La revalorización de la acción de la compañía es del 137,27% desde el principio del año. Y aunque alcanzó máximos en agosto, en las últimas semanas ha caído bastante su capitalización. La previsión es que entre ambas compañías puedan duplicar las ventas de sus vacunas de ARN mensajero hasta superar los 93.000 millones de dólares en 2022.

En cuanto a la inversión, "a nivel de precios ha sido brutal para las grandes y no para todo el sector. Hay que hacer un poco de distinción porque no todas se han comportado de la misma forma", subraya Javier Molina, portavoz de la plataforma de inversión eToro en España.

Las vacunas están reportando menores beneficios sobre el total de su negocio a compañías como la británica AstraZeneca y a Johnson & Johnson, que comercializa su versión vacunal a través de Janssen. Ambas prevén ingresar 2.000 y 2.300 millones de euros, respectivamente, por la producción de inyecciones. "Aunque están en máximos, el mercado no les ha interpretado de la misma forma", añade Molina. La primera se vio golpeada por los posibles efectos secundarios.

"La evolución de ingresos típica que cabría esperar del suministro de vacunas para combatir una pandemia -un pico de ingresos que luego se reduce a medida que aumentan las tasas de vacunación y disminuyen los contagios- podría no darse en el caso del Covid-19, o al menos no todavía", apostilla Olaf Tölke, responsable de calificaciones corporativas de Scope Ratings.

No hay que olvidar que las tasas de vacunación varían de forma muy notable entre los países y regiones del mundo. "Para evaluar qué recorrido podrían seguir teniendo las vacunas, es importante que nos fijemos en la población pendiente de vacunación y en la posibilidad de aparición de nuevas cepas, que hagan necesarios  nuevos desarrollos. Respecto al nivel de vacunación a nivel global, se aprecia cómo siguen existiendo regiones claramente retrasadas, situación de debería tener a una homogeneización en 2022", añade Victoria Torre, directora de Oferta Digital de Singular Bank.

Sin embargo, entre las perspectivas para 2022, los analistas también contemplan otros escenarios con la irrupción de nuevos productos contra el coronavirus distintos a las vacunas. Por ejemplo, la píldora que ahora mismo se está investigando Merck. Por su parte, Pfizer también explora pastillas orales para luchar contra la enfermedad. En este sentido, desde Scope Ratings tienen en cuenta que el próximo año este tipo de medicamentos compitan con las vacunas existentes por el negocio del Covid-19.

"El corto plazo va a estar muy sujeto a cómo evolucionan las vacunas a las nuevas variantes" y el sector en su conjunto "va a seguir estando en boca de todos durante 2022", dice Molina. "El Covid ha venido para quedarse y durante un tiempo habrá que hacer más investigación e inversión", añade. Y en ese escenario, unido al progresivo aumento de la envejecimiento de la población, también habrá oportunidades a largo plazo para los inversores.

En el caso de España, el panorama de las farmacéuticas no es tan positivo como el de las grandes compañías extranjeras. Aquí Rovi y Reig Jofre sellaron acuerdos con las fabricantes de vacunas, y sólo la primera ha llegado a producir las viales para Moderna. En el último año, la empresa que acaba de dar el salto al Ibex-35 prácticamente ha duplicado su valor en el mercado. De los 2.125 millones con los que cerró 2020 a los 4.137 actuales tras recuperar todo lo perdido por la detección de partículas metálicas en un lote de viales destinados al mercado japonés.

La segunda, por su parte, sigue a la espera de poder iniciar los trabajos para Johnson&Johnson y acumula desde julio un retroceso del 40% en bolsa. Por su parte, Grifols y Pharma Mar consiguieron en el primer año de la pandemia buenos datos de facturación gracias a la fabricación de pruebas para la detección del virus, pero la proliferación de estos productos en el mercado ha provocado una bajada de las ventas y de los precios.

Los fabricantes de test se disparan

En las últimas semanas, la alta contagiosidad de la variante ómicron en unas fechas tan señaladas como las de navidad y fin de año ha disparado la demanda de test de antígenos.

Y las compañías que los producen cerrarán el 2021 en máximos históricos tras encadenar fuertes revalorizaciones en las últimas semanas en los mercados. Entre ellos, grupos como Abott LaboratoriesSiemens Healthineers o el gigante suizo Roche. Otras como la alemana Qiagen, o las estadounidenses Quest Diagnostic y LabCorp también se encuentran cerca de máximos históricos.

Por otro lado, la actual coyuntura por la que atraviesa el mundo con una subida de precios generalizada es un escenario a tener en cuenta para los inversores de cara a este 2022. "No olvidemos que el sector farma suele presentar un buen comportamiento en situaciones inflacionistas, en parte gracias a la inelasticidad de su demanda. Así, es un sector a no perder de vista si persisten dichas tensiones inflacionistas", concluye Torre.