Son dos de los grandes contribuyentes. Sin ellos las haciendas españolas y, la vasca en particular, verían adelgazar de modo preocupante sus recaudaciones cada año. La de Iberdrola y Petronor, la filial de Repsol, es la otra dependencia energética. La que ha aflorado con virulencia tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia y las sanciones que le han sucedido, es de suministro. La que viene después, es de impuestos.

En Euskadi cada año las tres haciendas vascas ven como entre sus contribuyentes principales figuran dos de las compañías energéticas más importantes del país. Iberdrola no sólo es la primera energética del país sino la cuarta en todo el mundo. Petronor, filial de Repsol, está llamada a jugar un papel relevante con su refinería vizcaína en el proceso de transición hacia las energías limpias en el que está inmersa España. Entre ambas el año pasado aportaron a las haciendas vascas más de 1.500 millones de euros, algo más del 10% del total de impuestos.

La relevancia de estos dos gigantes de la energía queda patente en el trato preferente que las instituciones suelen brindarles. La mera mención de un posible traslado de sus sedes sociales fuera del País Vasco provoca sudores en los responsables de las haciendas. Sólo el año pasado Iberdrola, con sede en Bilbao, pagó en impuestos 740 millones de euros. Petronor generó con su actividad unos ingresos tributarios por 770 millones de euros.  

El máximo responsable de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, suele asegurar que Iberdrola no abandonará Euskadi, que su sitio está ahí donde nació. La compañía, resultante de la fusión de Iberduero y Eléctrica Española, es hoy por hoy uno de los mayores tesoros de contribuyentes para las autoridades vascas. Cuando visita Bilbao, a su despacho en la última planta de la Torre Iberdrola, desde el que se puede ver el Abra, acuden no sólo importantes empresarios sino los políticos con mayor poder.

600 proveedores

Ayer Sánchez Galán volvió a dejarse querer anunciando que su compromiso sigue en pie, que sus planes para con el País Vasco pasan por generar una actividad en el periodo 2022-2025 que equivaldrá a 10.000 millones de euros. Se lo trasladó al lehendakari en una reunión que se suma a los encuentros que a lo largo del año mantienen.

Un montante que, según detalló a Urkullu, pasan por inversiones millonarias en Euskadi los próximos años en el campo de las energías renovables, las redes de hidrógeno verde y eléctricas y la necesidad de impulsar “la autonomía energética”: “La electrificación va a generar nuevas oportunidades de desarrollo industrial para las empresas vascas, tanto en redes eléctricas como en energías renovables”, aseguró el presidente de Iberdrola. El año pasado Iberdrola generó un impacto de 2.300 millones en la economía vasca, la mitad de ellos en compras a alrededor de 600 proveedores.

Petronor, la filial de Repsol cuyo consejero delegado es el vasco y expresidente del PNV, Josu Jon Imaz, es el primer contribuyente de la hacienda vizcaína. El año pasado aportó 770 millones de euros a las arcas públicas. La planta que gestiona en Muskiz (Bizkaia) y que ahora está inmersa en un proceso de modernización tecnológica que supondrá una inversión de 58 millones, está llamada a ser un agente imprescindible en la transición energética del conjunto del Estado. Su papel determinante en el desarrollo del corredor del hidrógeno será otro hito importante para afianzar la presencia de la compañía en Euskadi.

Rebajar precio energía

El gran peso que tanto Iberdrola como Petronor tienen en la economía vasca ha ido acompañada en muchos casos de acusaciones de trato de supuesto favor. Recientemente el sindicato ELA denunció que en el caso de la compañía de Sánchez Galán el tipo real del Impuesto de Sociedades que abonaba una vez descontadas las bonificaciones rondaba el 7,5%. En el caso de la refinería de Petronor, las acusaciones han estado en numerosas ocasiones en torno al supuesto trato de favor medioambiental con el que se trataría a la refinería.

Ahora, el escenario tanto para las compañías como para las haciendas, puede cambiar. El anuncio hecho ayer por el Gobierno para rebajar el precio de la energía podría tener una afección directa en los tributos. Las haciendas forales tienen capacidad recaudatoria pero no reguladora sobre. No será has el 29 de marzo próximo cuando el ejecutivo ponga en marcha las medidas –aún desconocidas- pero que podrían afectar al impuesto sobre los hidrocarburos. Una competencia recaudatoria que data de 1996, cuando el PNV acordó con el PP de Aznar su investidura a cambio de asumir la competencia de recaudación tributaria en esta materia.