El Gobierno intenta remar a contracorriente. El tiempo corre y varios sectores clave en nuestra economía se han echado a la calle. Los precios de la electricidad, el gas y los carburantes, que se han disparado desde el inicio de la guerra, son los grandes problemas a resolver por parte del Ejecutivo. Para ello, Pedro Sánchez y el resto de ministros buscan medidas de urgencia para paliar los efectos. Pero mientras otros países ya tienen diseñada su hoja de ruta, España prefiere esperar a la reunión de los 27 de este miércoles donde se buscará una solución conjunta.

De no salir adelante el proyecto, el Gobierno tantea diferentes opciones para rebajar los precios de la energía. Para tener cierto consenso con todos los actores principales, la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, se ha reunido este martes de urgencia con los presidentes de las principales compañías. A dicho encuentro han acudido, Francisco Reynés (Naturgy), Ignacio Sánchez Galán (Iberdrola), José Bogas (Endesa), Josu Imaz (Repsol) o José Manuel Entrecanales (Acciona).

Bajo esta negociación, el Gobierno ha acordado con el sector energético que las empresas deben arrimar el hombro para abaratar los precios en los que se mueven actualmente los mercados mayoristas. De hecho, la titular de Transición Energética ha indicado tras la rueda de prensa posterior al consejo de ministros que el Gobierno puede aumentar "su recaudación vía impuestos", a la vez que ha recordado que "está encima de la mesa poder aumentar las ayudas a través de su presupuestos".

No obstante, la ministra ha insistido en que "no hemos hablado de impuestos a las grandes compañías, sino de cómo conseguir una energía más barata y cómo pueden contribuir en mucha mayor medida al confort de los consumidores".

Por otra parte, fuentes del sector confirman a este periódico que la reunión ha sido "constructiva" y que el Gobierno ha tendido la mano a las empresas para remar en la misma dirección. Las mismas voces narran que el Ejecutivo les ha transmitido que las compañías y ejecutivos deben ser "aliados para la autosuficiencia energética del país y para que impulsemos la transición".

A pesar de las buenas voluntades, el sector energético se ha opuesto a la posibilidad de que el Gobierno fije un precio tope al precio de la electricidad, tal y como planea el Ministerio de Transición Ecológica. Las empresas entienden que es en el mercado del gas donde se debe incidir y para ello, se requiere de ayudas a las centrales de ciclo combinado.

Durante la charla mantenida, las empresas del sector han vuelto a recalcar que no "tienen beneficios caídos del cielo, como "erróneamente" se hace creer a los millones de consumidores.

En otro orden de cosas, tal y como recalcan dichas fuentes, el sector ha insistido en la necesidad de ampliar las rebajas de la fiscalidad que existe en la actualidad, tales como el menor porcentaje a pagar por el IVA (del 21% al 10%) o la eliminación del impuesto de generación eléctrica. Las grandes compañías consideran que estas medidas deben prevalecer durante la crisis ya que "los grandes perdedores son los consumidores, las familias y las eléctricas", apuntan las fuentes consultadas.