La Gran Vía madrileña recupera el pulso que había perdido con la pandemia. En apenas unos meses van a abrir sus puertas tres propuestas comerciales con las que revitalizar esta arteria emblemática de la capital a la que empiezan a regresar con fuerza los turistas tras dos años de restricciones por la crisis sanitaria.

La apertura de una de las mayores tiendas de Zara del mundo en la recién renovada Plaza de España permitirá extender la zona de influencia comercial más allá del entorno de Callao. La tienda del gigante textil Inditex ha abierto sus puertas en los bajos del Edificio España, sede de un hotel de la cadena Riu. Se encuentra en un paso casi obligado para decenas de turistas que se acercan a visitar el Templo de Debod en el Parque del Oeste.

Justo al otro extremo de esta arteria centenaria de apenas 1,3 kilómetros de distancia, en la zona más próxima a la confluencia con la calle Alcalá y la Plaza de Cibeles se ha instalado también hace unas semanas la rompedora propuesta comercial del expresidente de El Corte Inglés, Dimas Gimeno. Tras una profunda reforma, Wow ocupa el edificio que en su día alberga el antiguo Hotel Roma.

Su apuesta es llevar a la máxima expresión la fusión del comercio físico y digital en un espacio distinto al de cualquier centro comercial al uso. Y los turistas que visitan la capital son un público objetivo clave al que dirigirse con propuestas únicas de moda, tecnología y hasta artículos de hogar.

De momento, ambas apuestas notarán ya cómo el tráfico de viandantes es cada vez más fuerte. Según un estudio realizado por la consultora CBRE, durante el primer trimestre se han disparado los niveles de afluencia en los principales ejes comerciales de España, superando incluso las cifras previas a la pandemia.

La Gran Vía madrileña, donde también están presentes Adidas, La Casa del Libro o Huawei, es la arteria que más ha mejorado en el arranque del año, con una subida del 474% de peatones, casi seis veces más que hace un año. Le sigue el eje Sol, Preciados, Callao, donde la presencia de viandantes casi se multiplica por cinco, tras elevarse un 347%.

Aunque la verdadera batalla comercial en la Gran Vía madrileña, donde también tiene una icónica tienda Primark, llegará con toda su fuerza el próximo otoño, con la apertura de la mayor tienda de Uniqlo en España. La cadena japonesa de moda ha apostado por instalarse en el número 37, en un edificio que albergó hasta hace poco tiempo una tienda del gigante sueco H&M.

"Madrid es una ciudad llena de modernidad y tradiciones, un crisol de culturas y la Gran Vía, una localización inmejorable para continuar presentando nuestra filosofía LifeWear a los consumidores", decía hace unos días el director de operaciones de Uniqlo España, Kohsuke Kobayashi, tras anunciar la tienda de cuatro plantas y más de 2.000 metros cuadrados, que será la segunda existente en la capital madrileña.

"Ganar visibilidad"

Las denominadas tiendas flagship tienen una superficie más grande de lo habitual y normalmente están ubicadas en zonas estratégicas o en edificios emblemáticos. "Las rentas de estos activos suelen ser muy altas, pero las marcas consolidadas saben que es una buena apuesta para ganar visibilidad y añadir un valor agregado a la marca con el objetivo de fidelizar al cliente", dice Ángela Sánchez, directora de Retail de la consultora inmobiliaria Laborde Marcet.

Pero las cadenas de moda saben bien que el auge del comercio electrónico les está obligando a dar una vuelta de tuerca a sus propuestas de tienda física. "Debido al auge de las compras en línea, las tiendas han tenido que dejar de lado la tradicionalidad y aprovechar el incremento de la digitalización y la última tecnología para ofrecer servicios y una experiencia inmersiva", añade.

Dimas Gimeno junto a Rafael Medina en la nueva tienda de Wow.
Dimas Gimeno junto a Rafael Medina en la nueva tienda de Wow. EI

Precisamente, la tienda que ha abierto Zara en la Plaza de España pretende ser exponente máximo de la innovación tecnológica dentro de las tiendas de Inditex. El gigante textil fundado por Amancio Ortega ha instalado varias funciones que ha estado probando en los últimos años en otros establecimientos como las cajas de autocobro, un servicio de recogida en tienda que agiliza la compra o probadores con reserva previa para evitar las temidas colas dentro de la tienda.

Además, tendrá un silo de almacenamiento que le permitirá gestionar hasta 1.500 pedidos al día, en línea con su estrategia de convertir las tiendas en pequeños centros logísticos de la compañía que mejoren su permeabilidad.